Operación "Línea de Tiempo"

Capítulo 83. En la catedral

Era casi de noche cuando llegamos a la catedral. Estaba convencida de que la encontraríamos cerrada, pero a veces se me olvidaba que aquellos tiempos eran muy distintos. Entramos por la puerta principal como si nada y nos quedamos pasmados. Era grandiosa.

 

Caminamos lentamente por el pasillo central, mirando a nuestro alrededor. No había nadie, el silencio era total y nuestros pasos resonaban de una forma lúgubre. Llegamos hasta la zona central y miramos hacia arriba. Allá, altísima, se veía la cúpula. Ringo soltó un leve silbido.

-Deberíamos separarnos –susurró George. –Ringo, tú ven conmigo, iremos por ese lado. Vosotros id por allí.

 

Paul y yo nos dirigimos hacia el lateral, pasando por diferentes capillas. Finalmente llegamos a una verja de hierro tras la cual se veía un pasillo.

 

-Está abierta, entremos -dije empujando muy despacio una de las hojas de la puerta, que chirrió ligeramente.

 

Llegamos a unas escaleras que bajaban. Una vez allí se abrían varios corredores. Empecé a andar por uno de ellos. Llegué a una sala con una tumba y un gran monumento en el centro. Lo rodeé, con curiosidad.

 

-Paul -llamé, al ver que él no me había seguido.

 

-Espera, ahora voy –oí que decía él un poco más lejos.

 

Seguí paseando hasta llegar a otro monumento.

 

-"Horacio Vics Nelson" –leí, sorprendida.

 

Más adelante, en otra tumba, había una inscripción.

 

-"Lector, si monumentum requiris, circunspice" -leí en voz alta –"lector, si buscas monumentos..."

-"Mira a tu alrededor" –terminó una voz a mi espalda. Me volví, para encontrarme con Yoko de pie frente a mí.

Paul siguió caminando mientras observaba las estatuas con asombro. En ese momento le pareció oír voces. Siguió el murmullo hasta que llegó hasta una puerta entornada; terminó de abrirla y se encontró con unas escaleras que bajaban.

Cuando llegó abajo, encontró una enorme sala, una especie de cueva rodeada de arcos, con un altar al fondo. En el centro había una lápida. Y sobre la lápida estaba John.

Avanzó por la sala antes de sentir un fuerte golpe en la cabeza, que lo dejó inconsciente.

-¿Ves algo? –preguntó Ringo mientras seguía a George hacia el interior de una capilla.

-No, aquí no hay nada. Mucho me temo que hemos seguido una pista falsa –respondió él volviéndose. Miró por detrás de Ringo y se quedó pálido.