Capítulo 26. La trampa de Pattie.

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Quince de agosto, concierto en el Shea Stadium. 55.000 personas, aquello era una pasada. No se parecía a nada de lo que hubiéramos hecho hasta entonces. James, Peter, Mal, Neil y hasta Brian trabajaron muchísimo en el montaje conmigo. El espacio, el público, las características de aquel concierto eran tan absolutamente impresionantes que todo tenía que estar mejor que nunca.

 

Y lo estuvo. El sonido fue espectacular, aún con todas aquellas miles de fans gritando, desmayándose y corriendo por todas partes. Yo, a pesar de todas las experiencias que había vivido hasta el momento, estaba sobrecogida por aquello.

-Feliz cumpleaños, cariño –le dijo Paul aquella mañana en cuanto vio entrar a Sara en la cocina.

-Gracias –contestó ella abrazándole; y añadió, pensativa –quién iba a decirme que cumpliría los veinte en 1965.

Mientras desayunaban, Paul sacó una cajita del bolsillo de su chaqueta y se la tendió. Sara la abrió y dijo, emocionada:

-Es preciosa, Paul.

Era una pulsera de oro blanco, con una placa que ponía “Sara” en la parte de delante y “Paul” detrás. Paul le ayudó a ponérsela y ella se la quedó mirando un rato.

-No me la quitaré nunca –dijo.

-Hay algo más, esto es menos romántico, pero creo que te gustará –dijo Paul metiendo la mano en el bolsillo y sacando una llave.

Sara la cogió y se la quedó mirando.

-¡Es la llave del Mini! –exclamó sonriendo.

-Sí, te lo regalo, yo ya no lo uso y sé que te encanta.

-Gracias, aunque yo tampoco lo usaré demasiado, ya sabes que no se me da muy bien conducir y no me hace falta en mi vida diaria.

-Lo sé, pero quedará bien en tu garaje vacío  -dijo él con un guiño.

A finales de ese mes de septiembre George anunció que se casaba con Pattie. Fue una enorme alegría para todos. La boda sería en enero, un mes algo atípico, pero querían que fuera cuanto antes. Para celebrarlo, las cuatro novias Beatle salieron a cenar junto con algunas amigas más de Pattie.

Tras la cena se fueron a tomar unas copas. Cynthia tuvo que marcharse en seguida, ya que había dejado a Julian un poco resfriado.

Sara se quedó con el resto de las chicas en el pub. Se lo estaba pasando bien, aunque Pattie siguiera sin ser su amiga. Toleraba a Sara y la respetaba mucho, por su trabajo y porque indudablemente era muy importante para Paul y el grupo. Pero la envidiaba, envidiaba la admiración que sentía George por ella. En alguna ocasión había estado a punto de costarles una gran pelea, ya que él no dejaba de hablar de ella.

-Dicen que Rose O’Donell tuvo un susto tremendo el mes pasado –dijo Lucy, una amiga de Pattie –ya se veía suplicándole a Harry que se casara con ella. Menos mal que al final fue una falsa alarma.

Pattie rió entre dientes.

-Es que hay que tener cuidado. Depende de nosotras, porque desde luego a ellos les importa poco y no les gusta –se volvió hacia Sara –tu tomarás precauciones, ¿verdad, Sara?

Sara titubeó, no se veía hablando de su vida sexual con aquellas chicas. Apenas hablaba con nadie de eso, sólo alguna pequeña insinuación a Cynthia, pero muy general.

-Claro –dijo, simulando indiferencia.

En realidad tomaba la píldora, pero consideró que eso a las chicas no les importaba en absoluto. Deseó que la conversación girara hacia otros derroteros.

Pero Pattie parecía interesada en seguir con ella.

-¿Seguro? –dijo mirando de soslayo a las demás –mira que te juegas mucho…

-Sí, ya lo sé, no te preocupes, Pattie –contestó Sara incómoda. ¿De qué iba aquello?

Pattie jugó distraídamente con su vaso.

-Si no, recordad a Anita…

Lucy sonrió maliciosamente.

-Es cierto, ¿no querrás acabar como ella?

Sara no sabía nada de ninguna Anita, pero intuyó que tenía que ver con Paul. Conocía bien a Pattie, no decía nada por casualidad.

-No sé de qué estáis hablando –dijo nerviosa.

Pattie fingió sorpresa y se llevó la mano a la boca.

-¿En serio? ¡Lo siento! Ya he metido la pata. ¿Paul no te ha contado nada?

Allí tenía la confirmación.

-No.

-Pues entonces no debo seguir hablando, olvídalo.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora