Capítulo 27. Anita Cochrane.

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Cynthia palideció al oír a Sara. Se echó hacia atrás en la silla y encendió un cigarro.

-¿De dónde has sacado eso? –preguntó.

-Pattie y Lucy lo comentaron la otra noche en el pub. Pero no quisieron contarme nada más.

Cynthia guardó silencio, pensativa. Sara insistió:

-¿Quién es Anita?

Cynthia exhaló el humo del cigarro. Se la veía nerviosa.

-Anita Cochrane fue un ligue de Paul, en Liverpool.

-¿Es una exnovia? –preguntó Sara.

-No, no una exnovia. Paul y ella no fueron novios nunca. Era sólo una cosa casual, se veían de vez en cuando. Ella iba al Cavern cuando tocaban y se llevaba muy bien con él. Era una groupie –al decir esto, torció el gesto.

-O sea, ¿que se acostaban?

-Sí, se acostaban. Pero eso fue hace mucho y no tuvo importancia. Olvídalo.

-No. Pattie también me dijo que lo olvidara, pero fue después de hacerme alguna insinuación sobre la forma en que había acabado la tal Anita.

-¿Lo has hablado con Paul? –preguntó Cynthia.

-Lo intenté, pero al nombrarla se enfadó, me dijo que aquello no tenía nada que ver conmigo y que lo dejara estar. Estaba totalmente descompuesto, Cynthia, y yo quiero saber por qué.

-No creo que deba.

Sara se hartó.

-Ya vale, nadie quiere decirme nada y eso lo único que hace es intrigarme más. Pero si yo quiero averiguarlo lo haré, Cyn, con tu ayuda o sin ella –cambió el tono y habló con tristeza –pero sin ella tardaré más.

Cynthia se la quedó mirando unos segundos. Sabía que decía la verdad. Pero no iba a hablar, no sería ella la que le contara a Sara esa historia. Era su amiga y no quería romper su felicidad.

Aquella mañana, cuando Paul salió, Sara se quedó pensativa unos minutos. Finalmente, cogió la llave del Mini y fue hacia el garaje.

Sería la una y media cuando llegó a Liverpool. De repente se dio cuenta de que no sabía la dirección de Anita. Sin embargo, en aquella época las cosas eran bastante más fáciles. Fue a una cabina telefónica y encontró una guía. Allí buscó por Cochrane hasta que halló lo que buscaba. Memorizó la dirección y volvió a su coche.

Llamó a la puerta. Abrió una chica de unos diecisiete años. Con el pelo corto, peinado de una forma muy poco habitual en la época, y unos rasgos un tanto élficos. No era demasiado guapa, pero tenía una gracia inusual.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora