Capítulo 75. Charles Dansbury

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-¿Y bien? –dijo el señor Dansbury después de ofrecerle asiento a Sara y sentarse a su vez en un sillón al otro lado del escritorio -¿en qué puedo ayudarla, señora McCartney?

Ella se lo quedó mirando unos segundos. El señor Dansbury era un hombre de unos cuarenta y cinco años, alto y delgado, bien parecido. Su mirada denotaba inteligencia y una chispa de desconfianza. Tenía los típicos ademanes de caballero inglés, así como un aspecto pulcro y cuidado, impecablemente vestido con traje y corbata.

-Debo reconocer –continuó él haciendo una pequeña pausa para encender su pipa y dar unas caladas –que me resulta asombroso y a la vez interesante tenerla aquí. Estoy deseando conocer el motivo de su visita.

Sara carraspeó, nerviosa.

-Verá, señor Dansbury, usted escribió un artículo hace un par de años, sobre el doctor Asher.

-Así es –dijo él.

-Y nombraba en él algo de unos experimentos en los que el Doctor Asher había estado implicado, algo "intrigante". Creo que ésa fue una de las palabras que usted empleó. ¿No es así?

-¿Y por qué quiere usted información sobre ese tema?

Ella dudó.

-Hace poco vi a John con un hombre que al parecer trabajó con Asher, el doctor Frank Philips. Y me pareció sospechoso.

-¿Le pareció sospechoso? ¿Un señor tan serio y amable? –inquirió él sarcásticamente.

-Bueno... sí... yo... -tartamudeó ella.

-Señora McCartney –dijo él reclinándose en su asiento –he estado investigando durante mucho tiempo este asunto. Le aseguro que no sin mucho trabajo, y no sin riesgo. Es una búsqueda que todavía estoy llevando a cabo. Como comprenderá, compartir ciertos datos con usted, a quien, disculpe la descortesía, no conozco más que de algunas fotos en revistas de música, no me resulta del todo lógico. A no ser que usted comparta a su vez conmigo la verdad sobre su interés en el doctor Asher y el Tavistock.

Sara dudó. Sin perder en ningún momento la compostura, Dansbury acababa de dejarle claras sus condiciones. Ya había contado con eso cuando fue a verle, pero había esperado no tener que recurrir a ello.

-Señor Dansbury, no estoy segura de que usted esté preparado para lo que voy a contarle.

Él sonrió.

-Señora McCartney, llevo veinticinco años investigando las cloacas del Estado. No se hace usted una idea de lo que sé. Nada de lo que me cuente puede sorprenderme.

-Está bien –dijo ella poniendo el maletín negro del portátil sobre la mesa y abriendo la cremallera. Se sentía como Terminator en "El juicio final" –quiero que me escuche con mucha atención.

Cuando Sara terminó, el señor Dansbury aspiraba por su pipa apagada. Multitud de pequeñas gotas de sudor llenaban su frente. Le costó un buen rato digerir todo aquello. Sara esperó pacientemente.

Operación "Línea de Tiempo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora