71- Pongo y Luna

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Pongo... canijo, pero si tu estas como tu madre, no pierdes el tiempo, chiquillo... y quien es esta chica tan guapa? -acaricio a la perrita con la que juega pongo, de reojo veo a alguien acercarse-

Mónica: -Me acerco lentamente, luego de ver al chico que se acerca acariciando a Luna-¿Antonio?

Antonio: Mónica?... Mónica! Ey, eres tú! -dejo a los perros un momento y me levanto para abrazarla- ¡Mónica! que gusto verte de nuevo...

Mónica: Hola chico! no sabes la emoción que me da verte -le digo respondiendo a su abrazo, se siente tan bien, estoy realmente emocionada y luego de unos segundos, me separo de él, y me giro para ver a luna- parece que tu perro y mi luna se encontraron -digo fingiendo no saber que el dueño del perro no es el-.

Antonio: Ah? mi perro... aah, no! pongo no es mi perro, es de... Bueno, de mi hermana, es solo que ahora esta de gira y nos toca cuidarlo en casa, salí a caminar un poco y lo traje conmigo, ya sabes que nos encanta el mar... oye pero, que sorpresa! sabíamos que estaría la gente de telediario por aquí, pero, tu ya no sales ahí desde hace mucho.

Mónica: Bueno, estuve de baja un tiempo, pero me reincorporo a partir de las transmisiones de mañana, estaré de nuevo con Matías, pero ahora entre semana en el horario de la noche, el equipo llega mañana, pero yo me adelante a grabar otros proyectos y demás... oye, pero no quiero hablar de trabajo, mira que... como se llama este chico tan guapo? -me agacho a acariciar al perro, fingiendo no saber nada de él-.

Antonio: Pongo, se llama Pongo... y parece que tu perrita y él se han hecho amigos, míralos, brincando juntos las olas... oye, te parece si nos sentamos un momento en la arena? así les damos tiempo libre y podemos platicar, hace tanto de la última vez que hablamos.

Mónica: Me parece, además está atardeciendo y no sabes como disfruto yo un atardecer. Venga, cuéntame como estas? has crecido mucho, y no solo lo digo por la obviedad del tiempo, hablo que estás más alto.

Antonio: Jajaja no me bromees Mónica, que estoy bastante normal, pero bueno, tu si que has cambiado, y déjame decirte, que para mucho mejor, estas bellísima!

Mónica: Hombre, muchas gracias, tu también estás muy guapo! Antonio, de verdad no sabes el gusto que me da verte, acabas de alegrarme el día, luego de un muy desagradable encuentro que acabo de tener, con esa mujer que tiene que ver con Vanesa, la tal Lorena, me he topado con ella en el muelle y no ha sido nada agradable.

Antonio: Oh, si... Esa señora no me cae nada en gracia, ¿te hizo algo?

Mónica: Bueno, depende que sea el concepto al que te refieres como hacerme algo, en realidad hablamos más bien poco, solamente que hay palabras que duelen más que un bofetón... pero, como las apariencias engañan, y yo no soy una santa... -sonrío abiertamente y vuelvo a mirarlo- te confieso que yo le di doble ración, y que bien me sentí, ¡por dios! Aún me duele la mano, pero es el dolor más gratificante que he sentido en años jajaja.

Antonio: Mónica, tu... la abofeteaste? jajajaja pero... jajajaja pues sabes que? te lo debía desde hace años, así que me alegro mucho, ya era hora que alguien la pusiera en su lugar jajajaja

Mónica: Ay, Antonio... pues mira que no soy partidaria de la violencia, pero esa mujer me sacó de mis casillas, y pensándolo bien... ¡tienes razón! es una deuda de hace años jajaja y la disfrute mucho, no te lo niego... mira a pongo y luna, ¿Quién fuera ellos no? descansando tirados en la arena... parece que se han caído bien.

Antonio: Algo se habrán reconocido... Dicen que eso nos pasa cuando dos almas que han estado buscándose, por fin se encuentran, que hay algo familiar en el aire, en los ojos, en la piel... al menos eso me dijo mi hermana, ya ves que su mente siempre piensa cosas así de raras... y por lo visto, volvió a pasar...

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora