134- Ya has llamado a mi puerta...

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Mónica

Estuve el resto de la tarde en juntas de redacción, al finalizar por fin Patri, Andrés y yo salimos a comer algo por ahí, necesitaba disculparme con ellos por mi actitud de las últimas semanas, y agradecerles todo lo que han hecho por mí.

Patri: Mónica, no te preocupes, de verdad que sabemos lo que estás pasando y que habrá altibajos, y para eso somos amigos, ¿no? En las buenas y no tan buenas.

Mónica: Gracias, chicos, lo sé... la realidad es que no sé qué haría sin ustedes y Bea.

Hablando de ella, le he enviado un mensaje para vernos en casa esta noche, ¿Qué dicen? Un asadito y pasarlo un poco bien, además que hay algo que me gustaría comentarles y que mejor si estamos los 4 juntos.

Andrés: ¡Por mí, encantado! Nos haría bien distraernos un poco, pero Mónica emm... yo, es que tengo que preguntar... Hace unos días aun estabas muy apagada de ánimos y ahora, me da la impresión de que estás mejor, ¿es así?

Mónica: mmm... mejor, no lo sé... pero sí más en paz, he comenzado a tomar terapia, y sé que poco a poco las cosas volverán a su cauce, Lola ya no está físicamente conmigo, pero sé que sigue por aquí, y donde quiera que este -miro su anillo en mi mano, lo giro y suelto una sonrisa- ella dijo que siempre estará conmigo, y yo sé que es así.

Además, están las otras personas... realmente estos días me he sentido muy querida, respaldada y sé que tengo una familia que estará... quiero vivir, Andrés, es lo que Lola me enseñó siempre, vivir hasta el límite... y no le voy a fallar...no, no me voy a fallar.

Patri: ¡Pues, me alegro muchísimo! Estamos para ti y siempre hemos querido lo mejor para ti, saldremos de esto, ya verás...

Mónica: Gracias, entonces ¿Qué me dicen? Bueno, Andrés ha dicho que si, que dices tú, ¿patri? ¿Te unes a Bea y a mí?

Patri: ¿Pero lo dudas? Jaja claro que si amiga!

Mónica: ¡Excelente! Bueno, los dejo que he quedado con la editora para entregar mi borrador...

Patri: ¿Pero?... ¿Otro libro? Mónica, ¿Cómo no lo dijiste?

Mónica: pues... llevaba tiempo escribiendo lento, pero después de lo que paso, escribir era mi refugio, así que... parece que está casi listo -sonrío- bueno, me voy que me esperan, los quiero a ambos, les espero en casa más tarde, Ciao.


Vanesa

Después de horas conduciendo, por fin llegué a Valencia para buscar a Inma, no le dije nada porque quería darle la sorpresa.

Para cuando llegué, estaba por oscurecer, me fui directamente a casa de su padre, esperaba encontrarla ahí y salir a cenar algo o no sé, unirme a cualquier plan que pudiera tener.

Al llegar a la puerta, lo primero que vi fue a Diego, su padre, al abrirme la puerta.

-Hola, Diego...

Diego: Vanesa... pasa, pasa... ¿Cómo estás?

Vanesa: Bien, gracias... espero tu igual, ¡te ves estupendo!

Diego: Pues, ahí vamos poco a poco saliendo de esta, supongo que buscas a mi negrita, así que sigue... está en la terraza con los chicos, estás en tu casa, Vanesa.

Vanesa: Gracias, Diego... voy a... bueno, con ella...

-Al menos tenía la certeza de que estaba en casa, en su lugar favorito, esa terraza que tantas veces hemos compartido, no podría ser de otra forma, si Inma viene a ver a su padre y se pierde, es seguro que la encontrarás ahí arriba, en su terraza.

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora