Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?

124- El universo es esto y no más...

Vanesa: ... sí... disculpe, cargue el servicio aquí por favor -le entrego mi tarjeta y se retira rápidamente, Mónica está aún de pie, con la mirada impresionada por lo que acaba de suceder- ey, linda... ¿estás bien?

Mónica: Sí... eso... eso creo... yo, lo siento, Vanesa... lo siento... -salgo de ahí caminando rumbo a los jardines-

Vanesa: ¡Mónica! ¡Espera, Mónica!

- ¡Carajo, María Vanesa! Es que tu si que no cambias, ¿Qué fue eso? ¿A qué estás jugando?

-Me acerco a la caja a apresurarlos porque se están tardando con mi tarjeta, saco unos billetes para cubrir la cuenta y un par de botellines más, salgo rápido buscando a Mónica.

Camino por los jardines aledaños al bar y no la encuentro, en un impulso regreso a la habitación con la esperanza de que esté ahí, al abrir, noto que no está por ningún lado.

¿Qué hiciste, Vanesa? - camino desesperada por la habitación, la camita de Luna está desocupada- será posible que... no, no... Mónica, no...

-saco mi celular en un intento por llamarla y es entonces que caigo en cuenta que no, no tengo su número, hace años que no lo tengo, así que aviento mi teléfono a la cama y salgo a la terraza.

De pronto el corazón me vuelve al cuerpo al ver a luna plácidamente dormida en una de las sillas del exterior, me acerco y suspiro aliviada, estoy segura que Mónica no se iría dejándola abandonada, pero entonces, ¿Dónde estás, Mónica?

-me acerco a la baranda recorriendo la propiedad hasta dónde puedo con mis ojos, de repente, a lo lejos noto algo de movimiento en la alberca - ¿será ella?

Trato de alcanzar a ver qué es lo que produce el movimiento del agua, pero por mas que lo intento, la copa de los árboles me impiden la visibilidad así que sin pensarlo dos veces, tomo una toalla, los botellines y salgo rápidamente de ahí.

Al llegar a la alberca, la veo sentada en la orilla con los pies dentro del agua, me acerco muy lentamente intentando no asustarla, cuando estoy lo suficientemente cerca, ella voltea a mirarme apenas un segundo y regresa su mirada al agua.

-Linda... yo... escúchame, por favor... yo... -me quito los zapatos y levanto mi pantalón lo suficiente para sentarme a su lado y hundir mis pies en el agua.

Mónica... lo siento, de verdad... lo siento mucho si te incomode, no era esa mi intención, discúlpame, por favor... -la miro y ella permanece impasible mirando solo al fondo de la piscina sin decir nada, simplemente guardo silencio para darle espacio-

Mónica: No te disculpes... no tengo nada que disculparte, es solo que... ¿Qué nos pasa, Vanesa? Tu estas enamorada de Inma y yo... el amor que siento por Lola, sigue aquí... -pongo la mano en mi pecho y la miro directamente a los ojos- pero si lo que acaba de pasar allá, es siquiera similar a lo que dices que sucedió en la funeraria, esto es mas confuso aun...

Quisiera decirte que no siento nada cuando te tengo cerca, pero sabes que es mentira, como también lo sé yo... -acerco mi mano a la suya, tocando y entrelazando su meñique con el mío- todo esto es raro... dime que me entiendes por favor, que no soy la única que tiene pensamientos y emociones encontradas en este momento...

Vanesa: -acerco mi mano más a la suya sin soltar su meñique que permanece unido al mío en una caricia sutil- Te entiendo perfectamente, Linda... porque no te mentiría, y si... estoy enamorada de Inma, y lo que siento es tan real como lo que tu aun sientes por Lola... pero, ¿y nosotras?

¿Qué es lo que pasa, y que jamás entiendo? ¿por qué es que, después de tantos años, aun mi cuerpo no me obedece cuando te tiene cerca?

Mónica: Es solo que no quiero equivocarme... no quiero hacer algo de lo que pueda arrepentirme y tengo algo de vértigo, cuando lo que parece que se ha ido regresa contigo... -libero mi dedo del suyo- es solo que ahora no es el mejor momento, no somos libres, en muchos sentidos...