169- Recuperar nuestra amistad

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Mónica

Después de pasar un par de días más en Málaga, regresamos juntas a Madrid, Vanesa no tenía compromisos un par de días y queríamos aprovechar para visitar juntas a Bea y Dey, en realidad fue Vanesa quien me insistió en ello, quería que les contáramos que finalmente formalizamos de nuevo nuestra relación y lo felices que estábamos.

Por la mañana, pase por la casa de Vanesa para recogerla, habíamos acordado ir en mi coche ya que soy yo quién sabe dónde viven, hasta ahora Vanesa no había tenido la oportunidad de estar allá y yo estaba segura que lo que vería le iba a sorprender.

Dey, había comprado una propiedad en uno de los barrios campestres más exclusivos de Madrid, como era de esperarse, cada rincón había sido remodelado por ellas, el lugar era realmente hermoso, pero en mi opinión muy grande para ellas, aunque cada vez que se lo dije a Dey, ella insistía, bajo la mirada dudosa de Bea, que el espacio era necesario para los 5 hijos que pensaban tener.

Después de conducir unos 30 minutos en carretera, por fin llegamos, me estacione frente a un enorme portón de Madera, y llame por el intercomunicador, por la pantalla apareció Dey saludándome con entusiasmo y mandándome un beso, mientras Vanesa frunció la ceja una vez más.

-Es que nunca va a perder esa manía? -le dije con el ceño fruncido después de ver cómo le enviaba besos efusivamente-

Mónica: Jajaja sabes que no, y además, -me gire para verla y acariciar su mejilla con mi mano- también lo hace para molestarte... -me acerco y le dejo un beso antes de descansar mi frente en la de ella- y yo, solo te quiero a ti.

Vanesa: Mmm está bien... -sonrío y le regreso el beso- y yo te quiero, y tanto... no sé cómo explicarte lo que siento ahora mismo, siento el pecho lleno... -sonrío mirándola a los ojos- te amo, siempre... -en ese momento se abre la gran puerta de madera permitiéndonos pasar, el lugar tiene un jardín enorme, tanto, que para llegar a la casa hay que seguir un camino largo, a esta mujer sin duda, le gusta gastar.

-Vaya, porque no me sorprende la casita de tu ex... -sonrío- siempre tan sencilla y nada ostentosa jajaja...

Mónica: Jajaja, pero no negarás que el lugar es hermoso, además es fruto de su trabajo y el de Bea, y ambas dedicándose a lo que hacen y con los reconocimientos que tienen, no esperarías algo más sencillo... jajaja que lo tienen, pero solo están allá cuando pasan muchos días en la ciudad.

Anda, ya llegamos -apago el auto y salgo de él acercándome a la puerta de Vanesa, pero sonrío al notar que ella ha salido ya-

Vanesa: ¿Qué? ¿de que te ríes?

Mónica: Jajaja de que cuando vamos en tu auto, siempre te bajas y caminas a abrirme la puerta, pero cuando conduzco yo, no es la misma historia jajaja sonrío de ver cómo te es imposible esperar a que yo haga lo mismo -me acerco y la tomo de la mano-

Vanesa: jajaja sabes que no me doy cuenta, ¿cierto? es la falta de costumbre, quizá... -la tomo de la cintura y me acerco buscando un beso, hasta que...-

Dey: Mi amor, ¡Bienvenida! -corro hasta donde está Mónica, emocionada de volverla ver abrazándola y levantándola, por supuesto que también separándola de Vanesa que tiene sus manos cerca de zonas prohibidas-

Bea: Hola, Vanesa -me acerco y la saludo con un abrazo y un beso- discúlpala, estaba muy emocionada de recibirlas.

Vanesa: Claro, a mí sobre todo, ¡se nota, si me está cargando en brazos! -digo con ironía y levantando la voz al notar que Dey no suelta a mi novia-

Dey: Ah, Vanesa... -bajo a Mónica y volteo a ver a Vanesa con cara de pocos amigos- no había notado que estabas aquí, bienvenida seas, y no te preocupes -me acerco lentamente- si tu también quieres, solo tienes que pedirlo -me acerco y la abrazo por la cintura abrazándola con fuerza y elevándola mientras patalea intentando liberarse-

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora