190 - Luna Park

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Vanesa

Algunos meses habían pasado ya desde que mi nuevo disco se había dado a conocer y la sobrecarga de trabajo había sido una locura, profesionalmente mi carrera estaba en un momento inmejorable y mi relación aún más.

Cada día que pasaba, sentía como el amor que siempre he sentido por Mónica crece y crece más, y si alguna vez surgía alguna duda, bastaba con cerrar los ojos y traer a mí el recuerdo de su olor para hacer hasta lo imposible para llegar a casa a dormir a su lado.

Como era de esperarse, con el éxito en mi carrera, el tiempo para estar juntas se disminuye cada vez más, y confieso que conforme mis compromisos iban creciendo, también lo hacía el temor de que Mónica se cansara de mi ritmo de vida y que por su mente pasara la idea de separarnos.

Pero cada vez que el temor aparecía en mí, era justamente ella quien se encargaba de mirarme y sonreír entusiasmada recordándome lo orgullosa que se sentía de mí y lo que estaba logrando.

Y así me lo demostró una vez más, cuando comenzamos la gira por Latinoamérica hace ya algunas semanas, y cuando por fin viajamos a argentina, a dar uno de los conciertos más espectaculares que jamás me imaginé, en el Luna Park en buenos aires, con lleno total, no podía sentirme más feliz, y ella por supuesto, estaba a mi lado alentándome a cada instante, y a pesar de lo difícil que era para las dos separarnos, si no era yo, era Ana, pero siempre encontrábamos la forma de que ella estuviera en cada concierto conmigo.

Al terminar el concierto en Luna Park y la respectiva celebración por el éxito que tuvimos, me fui directamente a mi habitación y apenas entré, me quité la ropa y me metí en la cama, eso sin poder conciliar el sueño por la adrenalina y el recuento de lo vivido.

Sin embargo, la frialdad de la cama y el silencio de la habitación, me llevaron directo al recuerdo de la mujer que amo, y fue entonces que todo se tornó complicado, y en un enfrentamiento de realidad, probé una noche más el trago amargo de la soledad que también significa mi carrera.

-Hola mi amor... supongo que por la hora debes estar durmiendo en nuestra cama, aquí todo ha sido una locura y no puedo dejar de pensarte y en lo mucho que me hubiera gustado compartir esto contigo.

Solo quería decirte que te agradezco mucho todo el apoyo, aunque las cosas a veces son difíciles para las dos, te echo de menos como cada noche que pasó fuera de casa, ahora voy a dormir, te quiero...

-Ahora sí, ... y a dormir. -dije después de enviar el mensaje-

Ana: ¡¡Vanesa!! Vanesa, despierta te digo! -grito tocando la puerta de la habitación después de haber estado llamando al teléfono sin recibir respuesta- Vanesa, abre la puerta ya!

Vanesa: Pero Ana, ¿Qué escándalo es este? Déjame dormir... -digo abriendo la puerta y regresando a mi cama-

Ana: ¿dormir? ¡Pero si tienes que despertar ya! Es tardísimo y tenemos que preparar todo, que esta noche volvemos a España y además... tengo una sorpresa para ti, anda, déjame espacio en la cama y despierta, ¿Cómo se enciende este aparato? -digo tratando de sintonizar en el modem el telediario en España que debe estar por finalizar-

Vanesa: Ajam... guarda silencio y deja dormir... baja el volumen y...

-Después de abrir la puerta y volver a la cama con toda la intención de volver a dormir, escuche a Ana encender el televisor con un poco de fastidio por la interrupción que eso suponía, pero no fue hasta escuchar una voz que me parecía familiar que pegue un salto en la cama girándome sorprendida, pero no mas que luego de lo que estaba por escuchar.

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora