112- Instinto.

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-Ana, no pude evitarlo, Inma es mi pareja y está pasándolo mal también, entiéndeme por favor, por eso necesito que vayas con nosotros, por favor, guapa... no puedo hacer esto sola-

Ana: Pero Vanesa...

Vanesa: ¡Pero nada Ana! Tía, no me regañes... Esto es muy difícil para mí, ¡por favor! Te juro que intente pasar de largo, pero no pude, simplemente Inma quería que estuviera acompañándola, por favor entiéndelo... habrá más personas del gremio, seguramente allá estará con más gente también, por favor, ven conmigo.

Ana: Está bien, Vanesa, pues ya veremos cómo nos apañamos con eso, que sea lo que el destino quiera...

-Después de una larga conversación con Ana, finalmente la convencí de acompañarme al funeral, esta situación me está rebasando, no se que hare, no se como reaccionar, intento mantenerme calmada, pero lo siento es que el corazón se me esta saliendo del pecho, este trago si que no lo esperaba.

-Inma, guapa... ¿Estás lista? Vamos a pasar por Ana.

Inma: sí... ¿Era necesario, Vanesa? ¿Ni siquiera a esto pudiste venir sin asistente?

Vanesa: Inma, Ana también conocía a Lola, ella también quería estar allá, ¿de verdad será un problema?

Inma: No, Vanesa... -la miro fijamente a los ojos- ni siquiera puedo llamarlo un problema... vámonos.

-Después de pasar por Ana, nos fuimos directamente a la funeraria, Inma sentada a mi lado, totalmente callada, se que no era por Ana, lo que estaba pasando le está doliendo y es simplemente su forma de gestionarlo, de cuando en cuando volteo a mirarla, simplemente recargada en el asiento, con la mirada fija en la ventana, no puedo hacer más que tomar su mano y ella responde a mi caricia sin siquiera voltear.

Por el retrovisor, Ana y yo nos miramos intentando comunicarnos sin decir nada, se que esta tan nerviosa como yo, ninguna de las dos creyó nunca que estaría en esta posición, y me encargo de agradecerle con una mirada que esté aquí, que no me deje pasar sola por esto.

Al llegar al lugar, bajamos del carro y la prensa estaba por todos lados, creo que yo no había dimensionado a la fotógrafa, pero al estar aquí, me doy cuenta de que sin duda era una mujer muy querida e importante para mucha gente.

Para intentar pasar lo más desapercibidas posible entramos separadas las tres, Inma viene natural ni siquiera se percató que vestía de una forma que a todas luces es un grito a no ser reconocida por la prensa, aunque en el fondo, es la prensa lo que menos me importa.

La prensa que se ha quedado afuera del lugar por respeto, afortunadamente no se ha dado cuenta de mi presencia, solo la abordaron a ella y a algunos compañeros que entraron a la par.

Una vez dentro, Inma se mantiene cerca de donde se encuentran sus compañeros, Ana y yo, nos perdemos entre las personas, el lugar está con mucha gente, pero no logro ver gente conocida, como es lógico, busco a Mónica, necesito verla, aunque sea de lejos, saber como esta, no pido más, el corazón me late a mil y siento que me va a estallar.

Ana: Vanesa, tienes que calmarte... si Inma te ve así, puede darse cuenta de que no es por afecto hacia Lola.

Vanesa: Ana, aunque no lo creas, esta situación si me está afectando, sé que mi relación con ella no era la mejor, pero cuidaba y hacía feliz a Mónica, por supuesto que estoy muy agradecida por ello y esto... tía, es bien triste, era muy joven, con tantas cosas por delante...

Ana: Pues sí, y se nota que era muy querida, hay mucha gente aquí, allá está Jimena, vamos a acercarnos.

Vanesa: ¡Jimena... clarooo! Ahora sé porque creía que la conocía, apenas la vi una vez, fue un día que pasé por Mónica al trabajo, tuvimos una diferencia, ¡Jo! Como la olvidé... anda vamos, al mal paso darle prisa... -caminamos hacia Jimena que habla con otras personas que no me son familiares-

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora