107-Que ya no existe este amor

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Vanesa

Poco he dormido desde anoche, ha sido un día lleno de recuerdos, pero ahí quedará y no más, cuando estaba ahí parada tarareando lo que se convirtió en una canción, encendí la moto y me apresure a llegar a casa para darle forma, ha quedado preciosa.

Salgo de la cama después de ver mi teléfono, rumbo a la cocina a prepararme un café, aún no tengo noticias de Inma, suspiro un poco fastidiada, entiendo que este molesta, pero esto ya me parece exagerado, suspiro profundo y sonrío, nada podrá arruinar mi ritual del café de la mañana.

Mientras enciendo la cafetera, entra una llamada, corro a contestar el teléfono sin siquiera ver la pantalla.

-¿Inma? Guapa, estaba esperando tu llamada, escucha, no me cuelgues, lo siento mucho... lo siento de verdad, pero no tienes razón para sentir celos, te lo prometo, Inma, Cariño, hablemos, por favor... mira que yo te quiero, y sé que me quieres también, no tiene caso seguir así.

Pastora: ¡Pues gracias, mi amparo! Yo también te quiero, chiquilla y tanto... estoy de acuerdo que no tiene caso seguir así, por ello te llamo, que, si no lo hago yo, te desapareces... solo que, no quisiera decepcionarte mi alma, yo no soy Inma... jajaja

Vanesa: ¡Amparo! Mi amparo... mi amiga... que gusto que seas tú, digo... jajaja prefiero que tu hayas escuchado a alguien más jajaja discúlpame, y no me decepcionas, aquí entre las dos, prefiero que seas tú que ella... y tienes razón, te he abandonado un poco con toda esta locura, ¿Cómo estás? ¿Cómo está mi sobrina preferida?

Pastora: Estamos bien todos en casa, echándote de menos, estoy en Madrid, te marco para ver si estarás libre, pero escuche que tienes problemas con tu novia, estarás en búsqueda de la reconciliación.

Vanesa: Bagh... algo hay de eso, pero nada, oye... ¿y si vienes a casa? Te puedo preparar algo rico, comemos y nos ponemos al día, que dices, ¿Te espero?

Pastora: ¡No se diga más, mi amparo! Voy para tu casa, ¿te parece en una hora?

Vanesa: Me parece estupendo, justo para ducharme y preparar algo, te veo aquí entonces...

-Corrí rápidamente a bañarme para estar preparada antes de que llegue pastora, que bonita sorpresa, si hay alguien capaz de mejorar mis días es ella, son tantos años ya caminando juntas y cada día la quiero más y más bonito.

Al salir de la ducha, pongo música y me apresuro a preparar algo rico para comer. Al poco se escucha el timbre y corro a abrir la puerta emocionada.

Ahí está ella, con una sonrisa abierta como siempre, mi amparo, mi amiga... me lanzo y la abrazo tan fuerte que casi nos caemos a medio pasillo.

- ¡Amparo, amparo! ¡Que te he echado de menos! -le digo mientras la ataco a besos- ¿Dónde está mi niña? ¿Dónde la has dejado?

Pastora: ¿Pero... y este recibimiento? Que yo también me alegro de verte, vane... pero no esperaba tanta emoción, ¡cariño! Y la nena se ha quedado con mis padres, Francis y yo hemos venido a cosas de trabajo así que la chiquilla se ha quedado un día con los abuelos... pero, ¿no me invitas a pasar?

Vanesa: Oh, ¡es verdad! pasa, pasa... -en el momento en que Pastora cruza mi puerta, escucho la del ascensor abrirse, ahí está ella, con cara de resaca y señales de estar llegando- dame un momento, amparo, siéntate por favor -cierro un poco la puerta y me acerco a Inma, buscando una explicación-

¿Hola... mmm, me puedes decir que es esto? ¿Por qué vienes así? ¿Dónde dormiste?

Inma: Vanesa, ahorita no por favor... que me va a estallar la cabeza y lo que menos quiero es discutir contigo.

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora