Vanesa
Habíamos llegado al Hotel donde pasaremos la noche, era bastante acogedor y lo mejor es que Luna podría quedarse con nosotros.
Apenas entramos a la habitación, Luna quedó rendida en una pequeña camita que estaba dispuesta para mascotas, habíamos caminado mucho y por su edad, ya no tenía la misma resistencia.
Mónica y yo, nos quedamos sentadas en silencio por mucho tiempo en la terraza que daba al jardín y a la piscina, además de unas vistas a la ciudad, que por la iluminación de la noche, la hacían lucir espectacular.
- ¿Te gustaría bajar a cenar algo? Parece que Luna está rendida, así que ella no nos acompañaría... qué dices, ¿vienes conmigo a tomar un poco de aire y una copa?
Mónica: No lo sé, no siento mucha hambre y...
Vanesa: ¿Y...? anda! además... -voy a mi mochila y sacó un par de barras de chocolate que escondo detrás de mi espalda, después, me hinco frente a Mónica que continúa con la mirada fija en las luces de la ciudad- puedo intentar sobornarte... -la miro con una sonrisa- si te dejas no te vas a arrepentir...
Mónica: ¿Mmmm... qué llevas ahí detrás? -me incorporo e intento ver qué es lo que esconde en sus manos- anda muéstrame y te digo si acepto o no... anda
Vanesa: Ah, no... eso no es posible, primero tendrás que aceptar ir conmigo al restaurante a cenar, tomar algo, caminar un poco por los jardines...si dices que sí te puedo regalar uno de estos -saco las barras de chocolate que escondo- no son cualquier chocolate... son unos especiales que compré en mi última visita a México... no se... digamos que fue directo en una hacienda que cultiva el cacao, ahí lo procesan y convierten en chocolate, lo mezclan con lo que tú quieras y estos, son realmente exquisitos...-veo como se le iluminan los ojos-
Mónica: ¿Me compartirás uno? Anda, dame un poco, debe saber espectacular...
Vanesa: ¡Lo es, créeme! Oye, ¿sabías que en México, el cacao fue usado como moneda? Así que... si aceptas acompañarme, puedo regalarte uno a cambio.
Mónica: ¿Quieres decir entonces, que estarías pagando por mi compañía?... Vanesa, no te conocía tan directa...
Vanesa: ¿Cómo? ¡No, nooo! No linda, no lo veas así, no es lo quise decir... es solo que... -siento mi cara arder- no... yo no...
Mónica: Jajaja ha valido la pena, solo por verte así de colorada... -sonrío levemente y despeino su flequillo- está bien, bajemos un rato, me apetece una copa, pero de una vez te digo, no es por esos chocolates...
Vanesa: ¡Pero... tú sí que eres... anda, vamos ya!
Y ya que no quisiste los chocolates, los guardaré en mi mochila de nuevo... bajemos, que me muero de hambre.
-Luego de salir de la habitación, caminamos rumbo al bar del hotel, en silencio... desde que llegamos había sido así, pero no del silencio que se siente incómodo, no... era más bien un silencio que se hacía cómplice, y no se en ella, pero en mí, el silencio era acompañado de decenas de pensamientos que estaba intentando callar en mi cabeza.
Desde hacía rato ya, había recibido algunos mensajes de Inma preguntando cómo estaba y enviándome saludos de familia y amigos, que se estaban preguntando si llegaría a acompañarlos.
No había dado respuesta, pero se que, por parte de Inma, era su forma sutil para decirme que pasara unos días con ella por el pueblo, y sí que me habría gustado...
Pero, mientras leía y respondía los mensajes en mi celular, observé discretamente a Mónica, ella solo miraba al frente, se veía tan en calma a pesar de lo que llevaba dentro, que no pude evitar reflexionar la verdadera razón por la que le había propuesto quedarnos aquí.
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Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?
FanfictionUn enfoque diferente surgido de mis fantasías de lo que pudo ser el nacimiento de vanica, espero hacer un buen trabajo y lo disfruten como yo disfruto escribirlo, vamos a por ello!! Este trabajo es TOTALMENTE FICTICIO surge de mis ideas locas y del...