121- Esta vez, no te soltaré...

841 42 8
                                    

Vanesa

Abrí los ojos muy temprano, durante la noche Mónica había está muy inquieta, y cada que la sentía moverse, creo que un poco asustada, la apretaba mas a mi protegiéndola, y ella se aferraba a mí una vez más, que razón tenía Dey, sus noches son inquietas y no puedo ni imaginar lo que han sido todas estas semanas para ella.

Respire su olor, miles de recuerdos vinieron a mi y aunque se que no es el tiempo ni el momento, mi cuerpo y mi corazón no entiende de razones, aspiro su perfume y sonrío... ella aún descansa entre mis brazos y yo miro esa ventana de la que hablaba Dey, los últimos días he venido cada noche a tocar mi guitarra en el parque con la esperanza de que me escuchara, anoche, después de verla así en el balcón, tuve la señal que necesitaba para dar un paso más.

Por un momento pensé en colarme con las llaves que Dey me entrego, pero no quería arriesgarme a que en ese estado fuera a llevarse un susto, así que me arriesgue y me colé hasta su puerta, ahí me quedé sentada en su puerta haciendo música para ella y con tan buena suerte que abrió esa puerta y hoy, la vida me ha dado la oportunidad de amanecer una vez más a su lado...

¿Pero, y ahora? La he visto a detalle y he notado que está demacrada, se ve que no lo ha pasado bien, se ve incluso más delgada, pero tan bella como siempre... ¿Qué hago? Como puedo hacer para ayudarla a salir de esto...

Una locura pasa por mi cabeza, y... ¿por qué no? Salgo con cuidado de la cama, me pongo mis zapatillas y mi chaqueta y salgo de ahí, Luna levanta su cabeza y me mira, le sonrío y me doy la media vuelta para seguir mi camino hasta la puerta.


Mónica

Cuando desperté, mire alrededor de mi cuerpo buscando los brazos que me cuidaron toda la noche, pero ella no está, me giro y no veo su ropa, salgo de la cama buscándola y Luna me sigue sin dudarlo ni un segundo, camino por la sala, por el estudio, por la terraza, por cada rincón de la casa y no, ella no está aquí...

¿Acaso lo soñé? -Le pregunto a Luna que me mira sorprendida- ¿ella estuvo aquí, Luna?

Como era de esperarse, mi pequeña amiga solo me miraba e inclinaba su cabeza contrariada.

-Si... si, quizá solo lo soñé, pero... -aspiro mi ropa- pero por que huelo a ella -aspiro una vez más- no, sé que no lo soñé, ¿pero dónde está? – camino lentamente y regreso a mi recamara para meterme de nuevo a la cama, miro el reloj de mi mesita de noche- 9:00 am... apenas si me da tiempo de ducharme y arreglarme un poco, tengo la cita a las 11:00 am con la psicóloga, Luna así que... estarás orgullosa de mí, que hoy saldré de esta casa a intentar hacer algo por mi -luna me mira atenta- entonces, vamos a por esa ducha amiguita...

Después de unos minutos, salgo de la habitación duchada y un poco arreglada, nada especial, apenas si me seco el cabello, un poco de maquillaje, unos vaqueros y una camiseta, no más.

Me voy directo a la sala, necesito recoger un poco de este desorden.

Comienzo a hacerlo cuando escucho el timbre de portería.

-Sí, diga...

Portero: Srita. Carrillo, hay una chica que trae un pedido para usted.

Mónica: Pero... si yo no he pedido nada, ¿Qué broma es esta? Por favor dígale que debe haber un error.

Portero: Lo siento Srita. Una vez más insisten que todo está pagado, y a nombre de Mónica Carrillo.

Mónica: ¿Sabe qué? No tengo tiempo para esto, hágala pasar por favor.

Portero: Va para allá, señorita, buen día.

No entiendo qué es esto, pero no quiero desquitarme con la persona que reparte los domicilios, después de todo ellos sólo están haciendo su trabajo -en ese momento suena el timbre de la puerta, me acerco tan de prisa a abrir, que se me cruzan los pies y tropiezo cayendo sobre una rodilla, alcanzó a sujetarme de la pared para no caerme de boca -

Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora