Vanesa
Al salir de la habitación de Mónica, no pude dar un paso lejos, mis piernas se negaban a responder y solo atiné a recargarme en su puerta, la escuche... escuche a Mónica llorar fuerte, una vez más... me gire para acariciar su puerta, y comencé a llorar con ella, como quisiera abrazarla y estar ahí dentro para ella, pero se que por ahora no es lo mejor, he hecho lo que tenía que hacer y en sus manos esta la única esperanza que me queda de que regrese a mi, lo absurdo, es que esa esperanza pende de lo que Dey haya escrito ahí, la moneda en el aire puede o no favorecerme, no lo se, pero será mejor que salga de aquí, bajo la escalera y María me espera.
María: ¿Cómo está?
Vanesa: Triste, llora, llora mucho -me derrumbo de nuevo- no se que hacer, me parte verla así pero me ha echado de su lado, no suelta el abrigo, le entregado el sobre junto con la nota, no hay más que yo pueda hacer, solo esperar... escúchame María, podrías por favor ayudarme para abrir el auto de Mónica? necesito sacar mi maleta, será mejor que me vaya.
María: Pero que dices? Vanesa no te puedes ir a esta hora, es tarde quédate aquí, ya mañana Mónica estará más tranquila y podrán hablar.
Vanesa: Gracias María, pero prefiero irme, no quiero incomodar, pasaré la noche en un hotel y ya mañana con más calma, podré decidir qué hacer.
María: Bueno, como prefieras, pero al menos déjame llevarte, conozco un pequeño hotel de unos amigos de Jesús de buen servicio, si te vas, por favor avísame que llegaste con bien a Madrid, mira, este es mi numero, guárdalo. Vanesa, esto pasara, Mónica entenderá, solo hay que darle tiempo, conozco a mi niña, ahora está sufriendo, pero lo que le pasa contigo es especial, ya veras que todo se arregla, vamos pues.
Llegamos al hotel juntas, María me encargó mucho con los dueños, al parecer son amigos de su familia, es una mujer muy dulce y protectora.
María: Vanesa, te dejo descansar, hazme saber cuando salgas por favor, los dueños del hotel son amigos de nosotros, te aviso que sin discusión, los días que estés aquí corren por nuestra cuenta, esta situación es extraordinaria, Jesús y yo te invitamos y me da mucha pena lo que ha pasado, me voy, que descanses.
María
Después de dejar a Vanesa en el hotel regreso a casa, me sentí muy apenada con esa muchacha, pero entiendo que no haya querido quedarse en casa, no puedo dejar que las cosas se queden así.
Llegando a casa, me voy directamente a la habitación de Mónica, la encuentro en su cama abrazada al abrigo de Dey, veo en la mesa el sobre que Vanesa le entrego, ni siquiera ha hecho por abrirlo, hija mía.
-Mónica? hija...
Mónica: Mamá... mamita perdóname, no quise hablarte así, discúlpame por favor.
María: Te comprendo hija, no tengo nada que perdonarte, es natural que te sientas así.
Mónica: Abrázame mamá, lo necesito -mi madre se recuesta en mi cama y me abrazo a ella- por que se fue? por que me abandono así mamá?
María: Ella necesita tiempo para procesar esto hija, no tiene caso preguntar ya que se hizo o que no se hizo, tienes que seguir adelante.
Mónica: seguir adelante... sabes que estaba por formalizar las cosas con Vanesa? todo se me cayó mamá, ella me engaño.
María: Ella solo callo algo por un tiempo, mi niña tienes que entender, si Dey la busco, es porque algo vio, si ella no hubiera visto en Vanesa algo que te haría bien, no le habría entregado ese sobre, y menos la forma de contactarla, no me lo dijo a mi, ni a ti, confío en ella y tu y yo sabemos que Dey no es una mujer confiada, debes darle valor a lo que hizo, pensar que por algo lo decidió así y respetarlo, aunque te duela.
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Entrelazadas... ¿Puedes sentirlo?
FanfictionUn enfoque diferente surgido de mis fantasías de lo que pudo ser el nacimiento de vanica, espero hacer un buen trabajo y lo disfruten como yo disfruto escribirlo, vamos a por ello!! Este trabajo es TOTALMENTE FICTICIO surge de mis ideas locas y del...