Él y yo éramos tan distintos, como la luz y la oscuridad, como el calor y el frío, pero sobre todo como el bien y el mal. Vine con un propósito, entré a su vida con un objetivo, pero la calidez de su corazón abrigó el mío, su amor hacía que quisiera...
- Buenos días – dije Steve con la voz ronca susurrando contra mi oído, sonreí, otra cosa a la cual podría volverme adicta.
- Buenos días – le respondí y me acerqué para besarlo, él sonrió.
- Estoy pensando en dormir todas las noches contigo, me gusta verte dormir y despertar.
- Y a mí dormir en tu pecho, es más cómodo que la almohada – le respondí.
- Puedes dormir sobre mí todas las veces que quieras – me dio un pequeño beso – ¿quieres desayunar aquí o donde Dothy? Me imagino que debes estar hambrienta como yo, ya que no comimos nada anoche.
- Vamos donde Dothy tengo demasiada hambre.
- Ok, iré a ducharme y cambiarme, vengo a buscarte para ir a desayunar, cuando regresemos los demás ya estarán aquí y por la tarde tenemos la misión.
- Sí, Capitán – dije, él sonrió.
- Respecto a lo que paso ayer, yo quería decirte que, si sentiste que me sobrepase contigo, lo lamento.
- No tienes que lamentar nada, Steve, yo quería que pasara – dije acariciando su mejilla – quiero seguir descubriendo esas sensaciones contigo.
- ¿En serio?
- En serio – le respondí para volver a besarlo, lo atraje hacia mí para que quedara encima de mí, empezó a acariciarme como aquella vez, pero mi estómago rugió y arruinó el momento, él rio.
- Creo que lo dejamos para después, estás hambrienta.
- Lo siento – dije con las mejillas enrojecidas.
- No te preocupes – me dio un fugaz beso y se paró – ya regresó – asentí, él salió y me metí a la ducha para darme un baño rápido, salí y tomé un suéter delgado crema, un par de pantalones negros y unos botines del mismo color, Steve vino por mí.
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- ¿Nos vamos? – le pregunté sonriendo.
- Vámonos – me dijo correspondiendo a mi sonrisa, subimos a su auto para ir a desayunar lo de siempre donde Dothy, cuando volvimos al Complejo, todos ya estaban de vuelta, Steve se fue con Tony y Bucky para hacer coordinaciones para la siguiente misión, Yelena me dijo que la acompañara a su cuarto junto a Nat.
- ¿Y? – me preguntó Yelena – cuéntame, no te importa ¿cierto, Nat?
- Para nada, ya está superado – respondió.
- No entiendo – dije.
- Entonces no paso nada – dijo Yelena como si estuviera decepcionada.
