Endless Love (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)

T2- Capítulo XLII: Soy un veterano

- No es miedo, es precaución – contesté, él seguía sonriendo – y no podría alguna reseña porque no correspondí a su beso, si quiere saber qué tal besa, vaya a besar a alguien si quiera besarlo y sobre todo que no esté comprometida – rio.

- ¿Si usted no tuviera novio me hubiera correspondido? – preguntó.

- Eso es algo de lo que me reservo el derecho de responder – volvió a sonreír.

- Por cierto, y ¿su novio? No lo vi tratando de tomar un taxi junto a usted.

- Se quedó conversando con el secretario general y otros funcionarios, mañana le darán su traje y escudo – me sentí mal por el hecho de que le darían a John algo que alguna vez fue suyo – perdón – le dije.

- ¿Por qué? – preguntó confundido.

- Por su escudo, debió tener una estrecha relación con él, después de todo lo tuvo desde los 40's – rio ligeramente.

- Oh no, yo aún tengo mi escudo, además mi relación con mi escudo no es tan estrecha como la de Thor con su martillo – reí – desconozco el origen del que tendrá el Sr. Walker, y si tiene curiosidad, mi traje aún sigue guardado y empolvándose – sonreí – pero, con todo respeto, el Sr. Walker está empezando mal – lo vi extraña – el Capitán América jamás dejaría a su chica sola.

- Bueno, es que esta chica sabe cómo tomar un taxi.

- Eso no pareció.

- Había fallas en el aplicativo, además pude haber caminado y tomar el metro o un bus.

- Pero está lloviendo.

- Capitán Rogers, he estado en la Marina ¿cree que un poco de lluvia y un par de tacones son demasiado para mí?

- No lo creo, parece una mujer fuerte, y por favor, llámeme Steve, así yo también podría llamarla por su nombre.

- Para hacer eso, tendría que tener un grado de confianza con usted y es obvio que no lo tenemos, ni lo tendremos, Capitán.

- ¿Por qué?

- Porque usted me besó, sin mi consentimiento, repito.

- Lo lamento, le vuelvo a pedir disculpas, es que te veo y solo veo a mi ____.

- Lamento su perdida, Capitán, pero no es motivo válido para que me bese.

- Lo sé y por eso, otra vez, lo siento.

- Disculpas aceptadas, Capitán – noté que sonrió por el retrovisor.

- Estoy conduciendo hasta su galería en Brooklyn, pero no sé si es el lugar donde vive – dijo.

- Sí, vivo en uno de los apartamentos que se encuentran arriba – respondí – siento que lamentaré haberle dado información personal sobre mí – dije.

- Quizás, pero no me ha dicho en qué número vive – respondió.

- Estoy segura de que eso no será un impedimento para usted, después de todo encontró mi galería.

- Te doy toda la razón – me dijo – pero meterme a tu casa, creo que ya es demasiado y no quiero que me pongas una orden de restricción, sobre todo cuando mi intención es acercarme a ti para ser tu amigo.

- Ya le dije que no pasará, Capitán.

- ¿Por qué?

- Porque usted está viendo a un fantasma en mí, y me gusta que mis amigos se acerquen a mí por quien soy, no porque motivos personales, como parecerme a la novia fallecida de alguien.