Capítulo XXVII: Volver a casa

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- ¿Y cómo siguen todos en el Complejo? – me preguntó Strange, había venido a verlo.

- Todos siguen mal, queriendo vengarse la persona que mató a Mariah – rio ligeramente.

- Bueno por algo son los Vengadores – dijo, sonreí ligeramente, tenía razón – ¿y tú cómo estás? Te siento algo inquieta.

- El tema de Mariah es algo que nos afecta a todos.

- Siento que hay algo más ¿segura de qué estás bien? – asentí – aún no puedo descifrar cuál es ese poder cósmico que hay dentro de ti – seguía sintiendo la magia de Wanda y quizás hasta de Loki en mí, bueno y la suya, una vez durante las mejores, recuerdo que alguien dijo que era como una especie de agujero negro, que podía absorber grandes cantidades de energía hasta podría absorber la energía de un planeta pequeño, mi padre creía que estaba delirando y por eso lo mató porque era algo imposible para un humano como yo.

- Yo también quisiera que lo descifrarás, pero te apuesto no es tan genial como lo que llevas dentro del ojo de Agamoto – sonrió.

- Bueno, es que es una gema del infinito, es la del tiempo.

- ¿Alguna vez la has usado?

- Sí, para encerrar en un bucle temporal a un ser poderoso, una entidad de la Dimensión Oscura, Dormammu, hicimos un trato.

- ¿Y hay más como él?

- No, pero tiene seguidores, son hechiceros de la dimensión oscura, por eso debo estar siempre alerta.

- Es bueno que cuides nuestra realidad – le dije para seguir acomodando los libros junto a él, Wong estaba de vacaciones, Strange estaría solo en el Santuario por un mes entero, debía aprovechar este mes si quería conseguir la gema, no debía pasar de este mes, estuve un par de horas con él para luego irme, subí al auto de Steve, trate de calmar mis pensamientos, ya había pasado una semana desde el entierro y Mariah seguía apareciéndose en mis sueños y pensamientos, la culpa no se iba, era la primera vez que pasaba algo así, felizmente todos seguían pendientes de buscar al asesino, eso evito que Steve fuera ver a mis padres y tuviera que explicarme que ese día jamás los vi porque estaba limpiando la escena de mi crimen, pero sabía que debía ver a mis padres, Steve tarde o temprano terminaría queriendo ir a conocerlos, suspiré pesadamente, abrí la guantera para buscar el papel con la dirección que anotó Steve, la escribí en el Maps de mi teléfono para que me indicara cómo ir y puse en marcha el auto, hasta que llegué a una casa alejada de la ciudad, era la misma en la que vivía, apagué el motor del auto y empecé a practicar cómo decirles "hola, soy su hija____, volví después de 19 años", si alguien me dijera algo así pensaría que me están tomando el pelo – no, no puedo – dije en voz alta, iba a encender el auto, pero alguien tocó la ventanilla del auto, era un señor, bajé la ventanilla.

- ¿Se ha perdido, señorita? – preguntó amablemente.

- No lo sé – respondí al darme cuenta de quién era, él se quedó viendo mi rostro para luego abrir la boca en señal de asombro dejando caer su bolsa de compras.

- ¿_____? – preguntó con lágrimas en los ojos – ¿eres tu hija?

- Papá – dije también con lágrimas en los ojos, para abrir la puerta del auto, ni bien bajé, él me abrazó, correspondí a su abrazo y me sentí otra vez como una niña de 5 años.

- Mi pequeña ha vuelto – dijo sonriendo mientras lloraba – ¡Brenda! – gritó varias veces.

- ¿Qué pasa, Zack? ¿olvidaste tus llaves otra vez? – dijo mamá saliendo de la casa – ya te dije que – se calló al verme y a papá, se acercó lentamente a mí mientras me observaba – ¡Por Dios! – exclamó feliz llorando para acercarse a mí y llenar mi cabeza de besos para luego abrazarme finalmente – mi niñita – dijo mientras me abrazaba fuertemente.

Endless Love (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora