Capítulo XXXI: Tiempo

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Me levanté temprano como siempre, estiré mi mano al lado derecho, pero no había nadie, no estaba Steve, abrí los ojos y tuve una pequeña ilusión de cuando él aún seguía dormido y para despertarlo yo solía darle besos en la mejilla, él sonreía y me tomaba de la cintura para ponerme sobre él y decirme buenos días y darme el primer beso del día, una lágrima empezó a recorrer mi mejilla, la sequé y entré a la ducha para bañarme y cambiarme, usé una bomber verde, un top negro, un par de pantalones del mismo color así como un par de botines, me hice una cola alta, abrí la puerta de mi habitación y Steve estaba parado ahí.

Me levanté temprano como siempre, estiré mi mano al lado derecho, pero no había nadie, no estaba Steve, abrí los ojos y tuve una pequeña ilusión de cuando él aún seguía dormido y para despertarlo yo solía darle besos en la mejilla, él sonreía y me...

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- ¿Podemos hablar? – preguntó, asentí, pasó, iba a cerrar la puerta – no es necesario que la cierres, esto no tardara – se acercó un poco a mí – no quiero que te vuelvas a acercar a mí – yo esperaba que dijera que buscaríamos la forma de solucionar esto, pero siendo justa, tenía todo el derecho de pedirme eso – solo hablaremos sobre temas del trabajo y cuando realmente sea necesario, no te quiero cerca de mí porque cada vez que te veo, solo veo a una mujer que jugó con mi corazón, ahora puedo entender porque nunca me dijiste que me amabas.

- Steve – dije con la intensión de hablar.

- Steve, nada, has roto mi corazón – sus ojos estaban brillosos e hinchados – yo en serio, estaba sinceramente enamorado de ti y tú no, eres buena mintiendo, me siento tan tonto al haber creído todo lo que me decías, de verdad me hiciste sentir único, pero ya no tienes por qué seguir haciéndolo, yo no pienso volver contigo, sería un idiota si lo hago – controlé mis ganas de llorar, él me estaba odiando sin saber la verdad sobre mí.

- Si es todo lo que me quieres decir ¿ya puedes irte para que pueda salir? – dije en un tono de voz desinteresado y con los brazos cruzados.

- Sí, yo tampoco tengo tiempo, saldré con Sharon.

- Qué bien por ti, felicidades – dije como si no me importara – así que, adiós, Steve – dije para salir de mi habitación cuando fui al pasillo, me encontré con Yelena, Natasha, Bucky, Sam y Wanda viéndome con mala cara.

- Vimos a Steve salir de tu habitación – dijo Natasha.

- Felicidades, sabes ver – dije irónicamente, ella sonrió.

- ¿Y esta ____ siempre ha estado? – preguntó.

- No esperes que te sonría, si prácticamente quieren intimidarme entre todos.

- Qué bueno que te intimidemos.

- No lo hacen – le respondí inmediatamente.

- Pues deberías tenernos miedo, nosotros somos varios y tú, una.

- ¿Debo temer? – pregunté sonriendo.

- Solo no te acerques a Steve, no queremos que lo lastimes.

Endless Love (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora