Capítulo XXXIV: Mente

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- Perdóname por haberte lastimado, Steve – le dije apresuradamente a Steve, él estaba con los brazos cruzados.

- ¿Eso es todo? Ya me has pedido perdón – debía hacerlo mejor.

- Es que realmente lo siento, Steve, no quería lastimarte – suspiré -sé que mi actitud los durante los últimos días no ha sido la más buena, pero quiero que sepas que todo lo que te decía sí era cierto, y quiero que lo sepas porque tú eres muy importante para mí, en serio – me acerqué a él y acaricié su pecho – pero yo no soy buena para ti.

- Si era tan importante para ti por qué me engañaste con Loki, solo porque pensabas que no eras buena para mí ¿Por eso me engañaste con Loki? ¿Solo por tu absurdo miedo de no ser buena para mí? – asentí, él se quedó observando mi rostro – _____, yo soy el único que sabe lo que es bueno para mí, y tú lo eres, yo aún te amo preciosa – extrañaba tanto que me llamara así – y no sé cómo dejar de hacerlo, me siento tan tonto por amar a una mujer que me rompió el corazón, pero sé que debajo de esa apariencia ruda de la mañana, aún está esa mujer dulce de la que me enamoré, ella existe, lo sé, lo siento – él veía la parte buena que aún quedaba en mí, coloqué mi mano sobre su mejilla.

- Eres tan bueno, Steve, no te merezco.

- Claro que me mereces, preciosa, todos nos merecemos amor.

- Yo no, no soy quien crees, Steve – él merecía saber la verdad – escucha, necesitas saber que – me interrumpió.

- Deja de decir eso, una y otra vez, ya te dije que yo sé quién eres, y me encanta cómo eres – dijo tomando mi rostro entre sus manos – hasta cuando sacas de quicio a Nat – dijo sonriendo, sonreí junto a él – solo quiero darte amor, déjame hacerlo, te perdono lo de Loki porque sé que tú también me amas, lo puedo ver y sentir – empecé a llorar, él limpió mis lágrimas, tenía razón lo amaba a mi retorcida manera, ya no podía ocultarlo más – te lo dije, me amas y no necesito oírlo de tus hermosos labios para saberlo – solo me acerqué para besarlo con desesperación, hizo lo mismo, me tomó de la cintura para alzarme y hacer que lo envolviera con mis piernas, se sentó sobre en el borde de su cama conmigo encima de él, bajé mis manos hacia su pantalón para desabrochar su cinturón y desabotonar su pantalón, se paró ligeramente para bajar un poco sus pantalones, ambos nos besábamos con necesidad, nos necesitábamos, nuestros cuerpos se extrañaban, él movió mi ropa interior a un lado y entró en mí, acaricié sus mejillas para pegarlo más hacia mí y besarlo mientras me embestía tomándome de las caderas, yo las movía a su ritmo, mis gemidos se ahogaban en sus besos, solo me aferraba a él mientras me tenía firmemente de la cintura, sentí que alcancé el orgasmo cuando todo mi cuerpo se relajaba y se ponía a la merced los brazos de Steve, él solo sonrió y me siguió besando hasta que él también lo alcanzó – te amo mucho, mi pequeña preciosa – dijo acariciando mis mejillas con su rostro pegado al mío.

- Lo sé – le contesté sonriendo, me dio un pequeño beso en la nariz – yo tam... – antes de que pudiera decir algo más, empezaron a sonar las alarmas.

- Hay problemas, esto puedo esperar – dijo para besarme, por alguna razón sentía que esto ya no podía esperar.

- Sí, vamos – dije con cierta tristeza, acomodamos nuestras prendas, salimos de la habitación, oíamos gritos, los seguimos hasta la sala y vi a Loki, rodeado de la mayoría del equipo, había intentado arrancarle la gema a Visión.

- Vaya hasta que al fin llegas, compañera – me dijo Loki sonriendo lanzándome una navaja, la atrapé.

- ¿De qué está hablando? – dijo Steve volteando a verme, yo lo vi con lágrimas en los ojos, el momento que más temí había llegado.

Endless Love (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora