T2 - Capítulo LXXII: Dar las gracias

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************STEVE************

-        ¿Nos vamos, Capitán? – preguntó ___ sonriente mientras tenía una fuente en la mano y la correa de Dodger en la otra, ella llevaba un vestido de lana color caramelo con cuello redondo, tenía un cinturón negro con hebilla dorada que marcaba su cintura, un par de medias negras de nylon que resguardaban sus piernas del frío junto a un par de botines, una chaqueta de cuero negro y tenía el cabello semi recogido adornado por trenzas en los laterales, no podía dejar de observarla, era la chica más hermosa que mis ojos hayan visto, su calidez de persona la hacían brillar como una estrella – te debo de gustar mucho, si llevas mirándome en silencio sonriendo por casi tres minutos – dijo, le sonreí.

-        Perdón – me disculpé para acercarme a ella, darle un pequeño beso, abrir la puerta trasera para Dodger, ____ le quitó su correa y él subió, luego abrí la puerta del copiloto para ____, la tomé de la cintura antes que subiera – ya te dije que tú me encantas, hermosa, puedo admirarte por horas y jamás cansarme de verte – le di un beso en la mejilla, ella sonrió y subió al auto, así como yo para poner el auto en marcha hacia la casa de Blair, a mitad del camino, hice que ____ condujera, al principio estaba temerosa, pero luego no, ella dice que sí conduce es porque imagina que tengo mis manos sobre ella como ese día, sonreí, me encantaba ser tanto aquella persona que le brindaba seguridad, así como ella era mi paz, llegamos a la casa de la mamá de _____, ella estaba feliz al ver a su hija conduciendo, la abrazó efusivamente para luego hacer lo mismo conmigo, Blair era ese tipo de personas que te hacía sentir como en casa, me sentía como un hijo para ella, así no la viera, solía enviar mensajes para saber cómo estaba, _____ había horneado papás con especias y mozzarella para acompañar el pavo, Blair decía que era su receta secreta que pasaba de generación en generación, llegaron Sam y Linda, estuvimos  conversando mientras cenábamos, hasta faltaba comprar vino, así que fui con ____ a comprarlo, había uno en particular que era el favorito de su mamá por lo que teníamos que ir al otro pueblo, compramos un par de botellas y la guardamos en la gaveta, mi vista se distrajo cuando noté que el vestido de _____ dejaba ver sus piernas a la altura de sus muslos, las medias solo le llegaban hasta la mitad de ellos, tenía un detalle de encaje en los bordes, frené torpemente el auto, ella volteó a verme y bajo su vista hacia sus piernas, sonrió.

-        ¿Mis medias y yo lo distrajimos, Capitán? – preguntó sonriente, asentí – ¿te gusta? – preguntó alzando más su vestido, tenía un par de ligas a los costados, volví a asentir – qué bueno porque lo compré especialmente para ti, quería darte la sorpresa, pero se arruinó – avancé un poco más el auto para alejarlo de la carretera y apagar las luces, ella sonrió, entendió, se quitó la chaqueta para quitarse el cinturón de seguridad y colocarse sobre mi regazo, tuve un deja vu, desabrochó su cinturón para luego alzar su vestido, me sentí tan avergonzado de la erección que acababa de provocar en mí, tomó mis manos para empezar a deslizarlas por su cuerpo iluminado solamente por la luz de la luna y las estrellas, traía un conjunto de lencería en encaje negro, las medias estaban sostenidas por unas ligas laterales a su ropa interior, acaricié cada detalle de lo que traía puesto sobre su cuerpo – creo que ahora sí podemos hacer la escena del auto como se debe – sonreí y la atraje hacia mí para devorar a besos su boca, sus manos se encargaban de levantar mi suéter y la camiseta que llevaba abajo, deslizó sus dedos por las líneas de mi dorso, ante su atenta mirada, mis ojos se perdían en los suyos, esto no era un deja vu, esto se sentía como si estuviera siendo tocado por primera vez, pero no me sentía nervioso sino ansioso, tenía su cabello recogido en un moño con mi mano, mis labios recorrían la piel de sus hombros y brazos dejando pequeños, el aroma a rosas que emanaba era tan embriagador, y la suavidad de su piel era exquisita, ella desabrochó su brasier, felizmente ella lo hizo porque yo no hubiera podido hacerlo ante mi desesperación por seguir acariciándola, mis besos ahora se dirigieron a sus pechos, ¿en qué me había convertido?, era un adicto a ella, mis manos acariciaban sus muslos, se veían sensuales vestidos de esa forma, desbrochó mis pantalones, alcé ligeramente las caderas para que pudiera bajarlos, oí un golpe, fue su cabeza contra la esquina del auto, sobé ligeramente su cabeza.

Endless Love (Steve Rogers y tú) (Steve Rogers & tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora