Ni siquiera esperé a llegar a mi habitación. En cuanto crucé la puerta de casa, subí las escaleras mientras marcaba su número.
Nunca me planteé romper ninguna de las reglas, pero supongo que tenía sentido que esa fuese la primera.
El teléfono sonó y sonó sin obtener respuesta.
Colgué frustrado. Estaba deseando oír su voz. Eso era todo en lo que había estado pensando desde que dejamos el hospital.Ni siquiera sabía si mi hermana había hablado durante el camino. Así de distraído estaba.
Dejé el teléfono sobre mi mesita de noche y empecé a desnudarme. Quería darme una ducha rápida antes de marcharme a trabajar.
Entre la celebración con Astrid y la visita al hospital, el tiempo se me venía encima.
Tendría que probar suerte más tarde.🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺🐺
Los domingos eran tranquilos. Demasiado.
Había servido cinco copas en las últimas dos horas. Por suerte solo abríamos hasta medianoche.
No me gustaba trabajar los domingos, principalmente porque el tiempo pasaba mucho más lento, pero ese domingo en particular todo lo que quería era poder estar en casa para probar de nuevo llamar a Mallory.Había sido imposible todas y cada una de las veces que lo intenté antes de tener que ir a trabajar y pese a que no quería, estaba preocupado.
Los minutos parecían horas y ni siquiera el que se acercase a mi una chica linda era aliciente suficiente para mantener mi interés.
Gregor, mi jefe, se acercó alrededor de las once para ver como iba todo y para charlar un rato puesto que no había mucho trabajo. Nada en realidad.
La última copa que había servido llevaba en la mano del mismo tipo al menos media hora y ni siquiera se había bebido la mitad.-Astrid llamó.- Ya suponía que querría hablarme sobre eso. De hecho, había estado esperando esta conversación desde el inicio de mi turno.
Le serví una copa de lo que solía tomar siempre y seguí limpiando la barra para mantenerme ocupado mientras hablábamos.
-Lo sé. Sabes que estoy agradecido de que nos contrataras a ambos, pero ella...
-Lo sé, Logan. Me jode perderla, pero me alegra que haya conseguido el papel. - Sin embargo, aunque sentía que sus palabras eran sinceras, su rostro mostraba algo totalmente distinto.
-Es jodidamente genial. Estoy orgulloso de ella. Ha trabajado duro para lograrlo. Y se merece todo lo bueno que la vida le tenga preparado.
-Lo sé. Logan yo...
Fuera lo que fuese que quería decirme, se detuvo cuando sonó su teléfono.
Lo vi mirarme de reojo antes de responder la llamada y alejarse.Gregor era un gran tipo. Realmente el dueño del bar era su padre pero él había demostrado que podía llevarlo y lo había estado haciendo los últimos cinco años.
A sus treinta se mantenía en forma y por lo que solía ver algunas noches, no le faltaban insinuaciones. Sin embargo siempre se había mantenido profesional y admiraba eso de él.Nos trataba a todos con respeto y se aseguraba siempre de que las camareras y bailarinas estuviesen seguras.
Ese era uno de los motivos por los que no me había opuesto a que Astrid bailase aquí. Si yo no la vigilaba, siempre había ojos sobre ella asegurándose de que estaba a salvo.Cuando finalmente dieron las doce estaba impaciente por salir.
Creo que nunca en todo el tiempo que llevaba trabajando allí, me había apresurado tanto en recoger.Me despedí de todos y salí al aparcamiento a por mi coche.
La temperatura había descendido de forma considerable y podía ver el vapor salir a través de mis labios mientras me encogía dentro de mi chaqueta y hundía las manos en los bolsillos.
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Historias cortas
Short StoryAquí podéis encontrar los relatos que vaya escribiendo de a poco. No sé cuantos serán en total, pero espero que disfrutéis de ellos igual que con mis otras historias. Registrado en Safe Creative Portada @SoniaLopezSouto