Noche de Carnaval 3/5

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-¿Qué demonios te pasa?

Seth se volvió hacia Will, su padrino y hermano. Él era el único que sabía la verdad acerca de sus sentimientos por Allison.

También era el que le había dicho que era un imbécil por no suspender toda esa farsa, coger a Allison y vivir la vida que realmente quería.

Y le hubiese hecho caso.

Solo había un problema. Ally no le amaba.

-No es nada. ¿Donde mierda está la bebida?

-Eres un idiota, amigo- negó Will con la cabeza-. Pudiendo estar con la mujer que amas y en cambio...

-¿Y de qué serviría? Fue muy clara, tío. Fue un jodido error.

Ambos miraron hacia donde se encontraban las chicas.

Giselle disfrutaba metiendo billetes en cada lugar en el que el chico que bailaba sobre ella, le dejaba, pero cuando miró una segunda vez, Allison no estaba. No había rastro de ella.

Tensándose, se puso en pie y miró por todo el lugar.

¿Dónde estaba?

Dejando a todos atrás, salió de la sala y miró por el pasillo.

La encontró tambaleándose hacia el ascensor.

Llegó hasta su lado antes de que las puertas se cerrasen atrapándola en el interior.

Ninguno de los dos dijo una palabra.

El ascensor los llevó hasta su piso, en la última planta del Bellagio.

La siguió hasta que ella llegó a su suite, esperando a que sacase la tarjeta para acceder al interior, cuando de pronto, ella se dejó caer de rodillas y rompió a reír.

-Ally...

-Olvidé mi bolso abajo. Solo a mi podría pasarme eso. Soy un desastre.

Seguidamente, estalló en llanto.

Sin pensarlo dos veces, la cogió en brazos y entró en su propia suite.

Allison se aferró a su cuello, no queriendo soltarle.

Nunca quiso hacerlo. Nunca quiso decir ni pensar que aquella noche había sido un error, porque lo único malo, fue perder su corazón.

-Habla conmigo, cariño. Dime que puedo hacer.

No podía soportar verla de ese modo.

A pesar de lo que ella pensaba, la amaba. Y no importaba cuantas veces ella insistiera en ello, sus sentimientos no cambiarían.

Sus ojos se encontraron y él limpió sus lágrimas con el pulgar mientras con la otra mano, la mantenía sobre sus piernas mientras estaba sentado en el sofá.

No podía soltarla. Y menos si ella no intentaba alejarse de él.

-Te amo.

Sintiendo sus pulmones llenarse de aire, hizo lo que había estado deseando hacer desde que se despidieron esa mañana dos meses atrás. La besó.

La ropa no tardó en desaparecer.

Sus labios apenas le daban tregua y mucho menos sus manos.

En sus brazos, Allison alcanzó el placer absoluto de nuevo.

Nunca nadie la había tocado como Seth.

Su cuerpo no reaccionaba a nadie más.

Gritando a través de su orgasmo, Allison liberó finalmente todo lo que sentía, y Seth la siguió a través de cada suspiro, gemido, liberándose en su interior sin una sola barrera entre ellos.

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Mientras la observaba dormir en su cama, Seth se maravilló ante lo hermosa que era.

Incluso con su maquillaje corrido a causa de las lágrimas, no existía un ser más bello que ella.

Levantándose con cuidado, cogió su teléfono del bolsillo de su pantalón y marcó el número de Will.

Este respondió tras la primera señal.

-¿Dónde estás? Giselle está como loca buscándote.

-Necesito un favor.

-Dime que no estás en la cárcel.

-¡Por supuesto que no!

Le contó apresuradamente lo que había ocurrido, mientras al otro lado, Will se alejaba de los demás para escuchar atentamente a su amigo.

Giselle estaba volviendo locos a todos preguntando por el futuro novio, y él estaba empezando a desear ahogarla dentro de una de las cubiteras.

-Allison ha dejado su bolso ahí. Necesito que lo traigas a la suite.

-De acuerdo. ¿Algo más?-preguntó mientras buscaba y localizaba el bolso.

-Si. No hagas planes para lo que queda de noche. Voy a casarme hoy mismo con ella.

Seth rio al escuchar el grito eufórico de su hermano y colgó la llamada para vestirse antes de despertar a Allison.

Esperaba realmente que ella aceptase lo que tenía en mente, porque de ninguna manera iba a casarse con Giselle sabiendo que sus sentimientos eran correspondidos.



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