Noche de Carnaval 4/5

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Ahora que tenía al padrino, solo tenía que convencer a la futura novia. Y Allison era terca como una mula a veces.

Mientras esperaba a que ella saliese de la ducha después de despertarla y pedirle que se arreglase porque tenían que salir, Seth se planteó como hacer que ella aceptase.

Unos fuertes golpes llenaron el silencio de la suite y convencido de que sería su amigo que estaba ya allí, se puso un pantalón de pijama sobre el boxer antes de abrir la puerta.

—Amor, ¿por qué te fuiste? Nos estabamos divirtiendo.

Una Giselle completamente ebría cayó en sus brazos al tropezar con esos tacones de doce centímetros que cubrían sus pequeños y delicados pies.

—¿Qué estás haciendo aquí, Giselle?

—Pues buscarte. Hoy es nuestra despedida de solteros. No puedes marcharte sin más. Estamos celebrando que vamos a casarnos, amor.

Seth hizo una mueca al dejar de oír el agua en el cuarto de baño.

Si Allison salía y se encontraba con Giselle, aquello sería un completo desastre.

—Escucha, estoy cansado y realmente no me va mucho ver a otros tios bailar en tanga, así que ve a divertirte y nos vemos mañana.

Los labios de su novia formaron un puchero que aunque en otras ocasiones podría haberle resultado atractivo, en ese momento solo quería que desapareciese.

—En realidad creo que prefiero quedarme y adelantar la noche de bodas.

—Eso no va a pasar, Giselle. Ya te lo dije.

—¿Y por qué mierda no pasará? No me has tocado en los últimos dos meses y estoy empezando a cansarme. Todavía no nos hemos casado y ya me evitas. ¿Que será lo siguiente? ¿Una amante?

Justo en ese momento, Allison salió con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo y el volcán que había estado dentro de Giselle estalló con toda su fuerza.

—¡Maldito hijo de puta! Lo sabía. Sabía que entre vosotros pasaba algo. Ni siquiera podéis estar uno al lado de otro cuando salimos juntos.

—Giselle deja que...

—No quiero oír nada de ti, traidora. Supongo que habrás disfrutado metiéndote en la cama con mi novio. Eres una puta desagradecida.

Al ver como Allison se encogía y apretaba la toalla más a su cuerpo, Seth se puso frente a Giselle y la detuvo cuando la vio avanzar hasta su amiga con la clara intención de golpearla.

—Ni lo pienses. Estoy harto de tu comportamiento. Si, hicimos mal, pero no voy a permitir ni que la insultes ni que te atrevas a levantarle la mano. Si quieres pegarle a alguien, adelante. No me moveré, ni siquiera voy a quejarme. Lo merezco, pero de ninguna manera voy a dejar que la hieras.

Un jadeo escapó de los labios de ambas mientras el azul de los ojos de Giselle se volvía más oscuro conforme su enfado alcanzaba nuevas cotas.

Se preparó para una bofetada. Incluso un puñetazo en cuanto la vio cerrar los puños. Sin embargo Giselle pateó su entrepierna con uno de los tacones dejándole sin aire al momento y doblándolo de dolor.

Antes de salir como un huracán, se volvió hacia ellos y con una sonrisa de suficiencia, habló de nuevo hacia Allison.

—Voy a encargarme de que vivas en la completa miseria. Nunca debí rogarle a mi padre que salvase la empresa del tuyo. Ya veremos cuanto te sigue queriendo Seth cuando vivas bajo un puente.

Y se fue.

Seth escuchó los pasos apresurados de los pies descalzos de Allison acercándose a él con una bolsa de hielo que seguramente sacó del mini bar.

—¿Estás bien?

—¿Es verdad lo que dijo?

Allison evitó su mirada y asintió.

—Hace un mes y medio, descubrimos que mi padre tenía un problema con el juego. Se había endeudado muchísimo y había practicamente dejado a la empresa en quiebra. Sin el capital necesario no habríamos podido salvarla. Ni tampoco la casa. No sé como fue que Giselle se enteró, pero estaba tan desesperada que acepté su ayuda y ahora...

Con cuidado de no lastimarse más, se puso en pie y se acercó a ella para envolverla en sus brazos.

—Que bonito.

Ambos se volvieron hacia la voz llena de sarcasmo que provenía de su espalda.

Giselle había vuelto. Esta vez, con su padre.

—He estado pensando mientras le contaba a papá lo ocurrido. Si ambos me prometen que esto no volverá a ocurrir, lo olvidaré y podrás seguir viviendo la vida que mi papá os ayudó a mantener. De lo contrario...

No fue necesario que dijese más. De lo contrario, Allison y su familia lo perderían todo. Y él todavía no podía asegurarle un futuro en el que pudiese mantener su estilo de vida.

Su familia tenía dinero, pero no podía compararse con ninguno de ellos.

Compartiendo una mirada con Allison, supo lo que tenía que hacer.

Se sentía con la obligación de cumplir su promesa y contraer matrimonio con una mujer a la que no amaba.

Asintió hacia Giselle y su padre y esta se lanzó a sus brazos.

—Sabía que elegirías sabiamente porque me amas, ¿no es cierto?

—Si—, levantó la vista para mirar a la mujer a la que realmente amaba y dijo las palabras que solo eran para ella.— Te amo.

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Solo le queda un capítulo. ¿Que pasará ahora?

Espero que tod@s estéis bien. Os mando un fuerte abrazo.

 Os mando un fuerte abrazo

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