Él no parecía sorprendido al verme, sin embargo no quise preguntar tampoco. Él no estaba allí por mí.
Me aparté para que pudiese pasar e inmediatamente se puso a hacer su trabajo.
Me quedé a un lado, sin querer molestar, sin atreverme a hablar.
Tampoco creía que fuese a ser capaz, pero siempre había sido así con él.
Tenía un efecto sobre mí que ni siquiera después de todo el tiempo que había pasado desde la última vez que nos vimos, había cambiado.-Muy bien señor Gutierrez, ¿que le parece si intentamos hacer un poco de fuerza para que pueda ponerse en pie?
-No tengo fuerza en las piernas.
-Tenemos que intentarlo. Solo un poco. Apoye su espalda contra mi pecho y ponga los pies planos contra el suelo. Voy a rodearle el pecho y a sujetarle los brazos. Cuando diga tres, hacemos fuerza.
-De acuerdo.
-Bien. Vamos allá. Una, dos ¡y tres!No funcionó. Tal y como decía el señor Gutierrez no tenía fuerza en las piernas y el esfuerzo le había agotado.
Dejándole descansar un momento, Axel volvió su mirada hacia mí. Y no tenía nada que ver con como me miraba en el pasado. Ese amor había desaparecido.🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑🚑
Tres cuartos de hora más tarde seguíamos allí.
Axel había intentado varias veces más levantar al señor Gutierrez, sin éxito.
Finalmente admitió que necesitaba ayuda.
Si el hombre era ya de por si bastante corpulento, el cansancio por el esfuerzo y la poca fuerza que tenía en las piernas, tampoco ayudaba.
Me ofrecí a ayudarle, pero simplemente negó con la cabeza y susurró algo así como lo último que necesito es otra paciente.
La verdad me dieron ganas de golpearle.Llamó a la central y pidió ayuda. La chica de la centralita avisó que la ambulancia estaba en camino y una vez más preguntó si yo estaba allí.
No podía irme.
La puerta quedaba abierta si no se cerraba con llave.La ambulancia tardó otros veinte minutos.
Yo me estaba quedando dormida de pie porque no me atrevía a moverme del rincón en el que había permanecido todo el rato y sin embargo los dos hombres a mi lado charlaban animadamente.-¿Entonces tuvo un accidente?
-Si. A principios del año pasado. Caí de la moto y la palanca acabó clavada en mi pie. Necesitaba reposo absoluto y ayuda para algunas cosas. Por suerte este pequeño ángel de aquí estuvo conmigo. Mariana venía todos los días a prepararme la comida y asegurarse de que tomase la medicación-. Y luego como si se tratase de un secreto, continuó-. Hace la mejor tortilla de patata del mundo.
Enrojecí. Literalmente.
Él sabía muy bien como yo cocinaba y amaba verme hacerlo.
-Es usted afortunado. Es difícil encontrar a alguien tan buena como ella.El interfono sonó de nuevo interrumpiendo una vez más la conversación.
Con la ayuda de otros dos compañeros, lograron levantar al señor Gutierrez.
Tras algunas preguntas de rigor, y de comprobar su tensión y el nivel de azúcar, le ayudaron a meterse en la cama y se despidieron.Axel no se marchó. Seguía allí guardando sus cosas, como si tuviese todo el tiempo del mundo.
-¿Mariana?
Me dirigí a su habitación y me asomé a través de la puerta.
-Estoy aquí, Ramón. Mañana vendré como he prometido y por favor, tenga cuidado.
-Lo haré. Gracias por venir.
Asentí con la cabeza y me alejé. Apagué las luces a mi paso y cogí la basura.
Esperé a que Axel se despidiese y saliese para cerrar.El silencio se asentó entre nosotros.
No había forma de que subiese al ascensor con él. No podía. Su cercanía todavía me afectaba. Siempre lo haría.-Buenas noches.
Empecé a bajar las escaleras, apresurándome para alejarme lo más rápido que pude de él.
Necesitaba esa distancia más que nunca.Casi había cruzado la puerta de la calle cuando las luces de la escalera se apagaron y su mano tomó mi brazo con fuerza para detenerme.
Su aliento golpeó mi rostro.
Las bolsas de basura cayeron a nuestros pies y de pronto me encontré contra la pared, con su enorme cuerpo cubriendo el mío y su boca a escasos milímetros de la mía.-Siempre me maravilló el modo en que mi cercanía te afectaba- su mano, la que no estaba junto a mi cabeza, acarició mi rostro, apartando el pelo de allí-. Huiste de mí, de nosotros, hace diez años, pero aquí estamos. No vas a correr otra vez, cariño.
Cuando sus labios me tocaron, todas las veces anteriores que lo hizo vinieron a mi cabeza.
Robó muchos de ellos antes de empezar nuestra relación, pero el primero siempre fue mi favorito.Diez años atrás
Empieza un nuevo curso y estoy emocionada. Por fin tengo la clase de amigas que siempre he querido y mi cuerpo finalmente es acorde a mi edad.
De un día para el otro me desperté con pechos y curvas exhuberantes.
Estaba agradecida a quien fuese que hubiese atendido a mis plegarias.
Con dieciséis años lo último que queria era seguir aparentando trece.-Mariana Díaz, baja ahora mismo o vas a llegar tarde.
Esa es mi madre. Bastante impaciente y un poco exagerada. Todavía queda una hora para el inicio de clases y vivo a dos calles del instituto. Ni saliendo a falta de diez minutos llegaría tarde.
-¡Ya bajo!
Desayuné con mis padres y me despedí hasta la tarde.
Había acordado con mis amigas que nos veríamos junto a la fuente para entrar todas juntas.
Aceleré un poco el paso al ver que me había demorado un poco más de la cuenta.
Estaba casi llegando cuando un tipo alto se cruzó en mi camino.
Para evitar chocar contra él, giré mi cuerpo hacia la izquierda, con tal mala suerte que tropecé y me caí.Menudo primer día. Acababa de hacer el ridículo delante de decenas de personas.
Me quedé allí tumbada con los ojos cerrados mientras mentalmente me daba ánimos para ponerme en pie e ignorar a todo el mundo.Primero sentí su colonia, después su aliento, y finalmente unos labios cálidos sobre los míos.
Abrí los ojos, sobresaltada, me incorporé y me puse en pie antes de encararle.
-¿Qué crees que haces?
-Se llama boca a boca. Necesito practicar si quiero salvar vidas algún día.
Me guiñó un ojo y se fue.Fueron solo unos segundos, pero no necesité nada más.
Acababa de robarme mi primer beso y pronto descubriría que también mi corazón.
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Historias cortas
Short StoryAquí podéis encontrar los relatos que vaya escribiendo de a poco. No sé cuantos serán en total, pero espero que disfrutéis de ellos igual que con mis otras historias. Registrado en Safe Creative Portada @SoniaLopezSouto