Una hora después seguía sin saber nada.
Tenía que volver a casa. Astrid necesitaba el coche, pero por algún motivo, mis piernas no obedecían. No podía obligarlas a moverse y sacarme de allí.Cuando mi teléfono me avisó de una llamada, atendí de inmediato para no molestar al resto de personas que como yo, estaban esperando al médico.
-Hermano, ¿Dónde estás?
-En el hospital. No me ha pasado nada-me apresuré a decir porque no quería preocuparla. Con pocas palabras le resumí lo ocurrido y me instó a avisarla con cualquier cosa que supiera de la chica.
-Cogeré un taxi. Por favor, llama si hay alguna novedad. Iré hacia allí cuando termine el ensayo si sigues en el hospital.
Hablamos un par de minutos más y luego colgué.
Sentía las piernas agarrotadas por estar allí durante todo ese tiempo, pero salvo para un par de visitas a la máquina de café o al cuarto de baño, no me había movido del lugar.No sabía que era exactamente lo que me retenía allí.
Tal vez en parte me sentía culpable porque ella había estado en el bar por la noche.
O quizá por como me había mirado.
Esos ojos...No podía quitármelos de la cabeza.
Si los hubiese visto esa noche en el bar, si nuestras miradas se hubiesen encontrado entonces, tal vez lo habría intentado con ella. Porque estaba seguro de que de algún modo me hubiera quedado atrapado en sus ojos.-¿Logan?
Levanté la mirada y encontré al médico que había atendido a la chica cuando llegamos.
-¿Cómo está ella? ¿Está bien?
-Hicimos una analítica completa. ¿Dijiste que ella estaba en el bar donde trabajas?
-Si. La vi allí con su bebida pero parecía ausente. Pensé que estaría centrada en sus cosas pero no pregunté.
-Hemos encontrado drogas en su sangre. Una mezcla de metanfetaminas y anfetaminas, sin contar el alcohol. Las dos últimas desaparecerán de su sangre en doce horas, pero las metanfetaminas tardan alrededor de treinta y siete horas en desaparecer del todo. Ella estará inconsciente durante un buen rato. Deberías irte a casa.
Asentí y le di la mano antes de despedirme, pero la sensación de que debía quedarme seguía allí.
-¿Puedo verla?
-Por supuesto.
Le seguí por el pasillo hasta una pequeña sala con varios compartimentos separados por gruesas cortinas.
-Es aquí. Tengo que seguir. No puedes quedarte más de cinco minutos, Logan.
Asentí otra vez y esperé a que se alejara.
Descorrí la cortina con algo de temor.
La observé allí, pálida, aun con su disfraz.
Su pelo largo y oscuro reposaba sobre la almohada blanca.
La capa roja yacía sobre una silla junto a la cama.Me acerqué y tomé sus manos entre las mías. Contra más la miraba más me parecía que iba a desaparecer en cualquier momento.
Era casi... etérea.-¿Qué te ha pasado?-susurré en medio del silencio.
Quería desesperadamente que abriese los ojos. Necesitaba comprobar que ese color no tenía nada que ver con la luz del lugar o unas lentillas. Quería que fuese su color natural.
Ella se veía hermosa y tenía sobre ella un aura de inocencia que me volvía loco.
Fijé mis ojos en sus labios.
Eran gruesos, tentadores, y solo podía imaginar cómo se sentirían entre mis dientes.
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Historias cortas
Short StoryAquí podéis encontrar los relatos que vaya escribiendo de a poco. No sé cuantos serán en total, pero espero que disfrutéis de ellos igual que con mis otras historias. Registrado en Safe Creative Portada @SoniaLopezSouto