La adivina 5/5

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Las siguientes horas pasaron a cámara lenta.
Después de la enorme impresión de ver a Liam allí, este siguió al coche patrulla después de que Claire contara por encima a Janette y Stuart que su padre se había ido y que pronto iría a verles para contarles todo lo demás.

Él permaneció fuera en una sala, inquieto, esperando a que los dos agentes que habían ido a buscarla, le hicieran toda clase de preguntas.

Pese a que le hubiese gustado estar dentro con ella, no se le permitió.
En su lugar, habían llamado a su abuela y esta había llegado poco después que ellos.

Cuando finalmente ella salió, lucía agotada y pálida. Deseando más que nunca estrecharla entre sus brazos, dio un paso al frente, pero se detuvo al ver que ella retrocedió al verle.

—Claire...

—Ahora no. Por favor.

Apretó los puños contra su cuerpo y asintió.
No sabía que era lo que había ocurrido, pero debía ser algo fuerte para que ella se encontrara en ese estado.

—Vamos pequeña. Todo estará bien, te lo prometo.

Ella asintió a su abuela quién la miraba con preocupación. Dejó un beso en su frente y tiró de ella hacia la salida.

—Espera. Solo... Te dejaré ir, pero tenemos que hablar.

—Liam, muchacho, este no es el momento —dijo la abuela al reconocerle.

Desesperado al pensar que tendría que regresar a su casa sin la posibilidad de hablar con ella, dijo lo único que sabría que la haría reaccionar.

—Nuestras vidas están ligadas, ¿lo recuerdas, Claire? Aquella adivina nos lo dijo y después de que te marcharas, dejé de creerlo, pero esa misma mujer me trajo de un modo u otro hasta ti y voy a aferrarme a eso, porque te amo. Te amé en el mismo momento en que te conocí y si hay aunque solo sea una mínima posibilidad de que me ames, voy a tomarla.

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DOS AÑOS DESPUÉS

Colgó el cartel de cerrado una noche más. Había sido un día agotador, pero después de esa noche, le esperaban unas vacaciones que estaba deseando tomar.

Tras cerrarlo todo y asegurarse de conectar la alarma, salió a la calle e inspiró el fuerte aroma del mar.

Subiendo el cuello de su chaqueta y con las manos en los bolsillos, empezó a caminar hacia su apartamento.

Cuando pasó por delante del puerto, se detuvo y apoyado en la barandilla, miró hacia la feria buscando aquella caseta dónde una anciana había marcado una noche de jamás olvidaría cuatro años atrás.

—¿Me buscabas?

Sonrío ante la voz de la mujer.
Nunca le había dado las gracias y estaba realmente agradecido.

Ella había estado en lo cierto.
Su vida estaba ligada a la de Claire. Lo había estado desde que se habían conocido nueve años atrás y lo estarían durante muchos más si él tenía algo que decir acerca de eso.

Al día siguiente, en el cumpleaños de ella número dieciocho, darían el sí quiero frente amigos y familia.

Después de su confesión en la comisaría dos años atrás, ella se lanzó a sus brazos y le besó, dando a su corazón un motivo para seguir latiendo.

Habían sido unos largos meses de ir y volver para poder estar juntos, pero volvería a hacer cada uno de esos quilómetros si significaba compartir su vida con ella.

Su padre fue capturado y encarcelado.
Gracias a las imágenes de las cámaras y del testimonio de Claire, el hombre confesó y admitió que él había provocado el incendio con la intención de destruir la competencia directa de su empleador.
Él solo había sido un peón ante el juego de un hombre desesperado y ambicioso, pero lamentablemente habían muerto dos personas y eso sentenció a ambos a prisión.

Nunca supo el motivo por el qué el padre de Claire no lo quería cerca de ella, pero la abuela creía que en el fondo, temía que alguien alejara a su hija de él.
Lástima que él mismo fue el causante de eso.

Ahora finalmente podría tenerla para sí mismo a partir del día siguiente. Ya no habría más distancia que les separara o nadie que se interpusiera.

—Gracias —dijo tendiendo la mano a la mujer.

Esta aceptó el gesto y luego fijó sus ojos en la palma de su mano antes de sonreír y darse la vuelta para alejarse.

Él no preguntó ni ella ofreció ninguna explicación, pero ¿qué era la vida sin un poco de misterio?

FIN

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Hay un EXTRA de esta historia, por si lo queréis leer. Un abrazo.

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