El despertar fue surrealista.
En el momento en que abrió los ojos y observó a su alrededor parecía irreal.Todo en lo que podía pensar era en esas crueles palabras que había dicho el hombre del que estaba enamorada.
El mismo que le dijo que la quería.
Todo había sido una mentira.
Una apuesta.La bilis le subió por la garganta y se incorporó el tiempo suficiente para vaciar su estómago.
El dolor de su corazón roto y la aversión por lo ocurrido le provocaron más lágrimas que las que habían nublado su visión mientras conducía tratando desesperadamente de alejarse todo lo posible de aquellas personas falsas y sin escrúpulos.Las risas y burlas resonaban en la oficina mientras ella corría hacia la salida.
Nunca olvidaría y desde luego jamás podría recuperar la confianza en sí misma mientras siguiera rodeada de semejante escoria.La puerta se abrió a su derecha y entró un hombre sujetando un vaso de café.
No le conocía y ella estaba sola en aquella habitación por lo que seguramente se confundió de puerta.Cuando sus ojos se cruzaron, una bonita sonrisa curvó sus labios, marcando profundamente la cicatriz que cubría desde su mejilla izquierda hasta la ceja.
-Estas despierta. Me alegro. ¿Cómo te encuentras?
-Bien.
La mirada de ambos fue directamente hacia el desastre que había en suelo y se sintió tremendamente avergonzada.
-Yo...
-Llamaré al doctor. Quizá tengas una conmoción.
Salió de la habitación antes de que pudiese decirle que su cabeza estaba bien. El dolor que sentía era más profundo y ningún médico cambiaría eso.
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Cerró la puerta a su espalda y se apoyó en la pared junto a esta.
El vaso en su mano temblaba al mismo ritmo que lo hacían sus piernas.
Ahora que la había visto con la cara lavada sin rastros de sangre, era una auténtica preciosidad. Y esos ojos, maldita sea.
Tratando de calmar su reacción, dio un paso adelante y se dirigió hacia la estación de enfermeras.
Esperó fuera mientras el doctor la revisaba.
El café había quedado olvidado.
Puesto que ella estaba despierta, no tenía motivos para quedarse.
Suponía que querría contactar con su familia, tal vez su novio.
Una mujer como ella tenía que tener a alguien y él llevaba demasiado tiempo solo, encerrado en sí mismo después de su propio accidente.La puerta se abrió y el médico salió seguido por la enfermera.
-Vamos a dejarla aquí hasta mañana. Voy a dar la orden para que le sirvan la cena y mañana a mediodía firmaré su alta.
-Disculpen -se acercó a ellos interesándose por su estado.
-¿Usted es el hombre que llamó a emergencias? -preguntó el doctor.
-Si.
-Se encuentra bien. No padece ninguna conmoción de modo que la dejaremos ingresada esta noche solo por precaución pero podrá marcharse mañana. Sus heridas son bastante superficiales. Su torso se llevó la peor parte, principalmente por el cinturón de seguridad, pero aparte de esos y unos pocos puntos que tuvimos que coserle en la frente está perfectamente.
-Muchas gracias.
Limpió las palmas de sus manos en los pantalones antes de golpear la puerta de la habitación.
-Adelante.
Con un suspiro, abrió la puerta y entró.
-Hola de nuevo. ¿Cómo te sientes?
-Mejor.
-Me alegra. El doctor dice que mañana podrás irte a casa. ¿Quieres... Quieres que llame a alguien para avisar que estás aquí?
-No.
Su respuesta salió tan tajante que se sorprendió.
-Vale. Bueno... Esto...
-Lo siento. No hay nadie a quien llamar. Mi familia vive lejos y no quiero preocuparles y de todas maneras estoy bien.
-De acuerdo.
-¿Puedes pasarme mis cosas? -preguntó señalando el sillón que había junto a la cama.
La observó revolver dentro de su bolso y sacar su teléfono antes de teclear como loca en él.
Una vez terminó, volvió a guardarlo y cerró los ojos.
Antes de que pudiese decir algo más, la puerta se abrió de golpe y entró un hombre que parecía desesperado.
En cuanto sus ojos la localizaron, vio el alivio en ellos.-Cariño...
-¡Vete! No quiero verte. ¡Márchate, márchate!
-Sunny, por favor...
-¡No!
Cubrió sus oídos con las manos y mantuvo los ojos cerrados con fuerza.
Sin saber muy bien que hacer, hizo lo que creyó mejor en ese momento.
Abrió la puerta y arrastró a ese hombre hacia fuera antes de que se acercase a la cama.-¡Sunny!
Cerró la puerta y lo encaró.
-¿Y tú quién eres?
-Yo estaba allí cuando tuvo el accidente.
-Bueno, pues ya puedes irte. Me quedo con ella.
-Escucha amigo, es obvio que ella no quiere verte en este momento.
-Escucha tú, amigo. Esa mujer que hay ahí dentro es mi novia y no me voy a ninguna parte. Eres tú quien debe irse. Ahora.
Quizá fue por su tono o por la reacción que había tenido ella en cuanto su novio entró en la habitación, pero no iba a irse a ninguna parte.
-Entonces supongo que será una larga noche, porque de aquí no me muevo.
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Sea quien sea este desconocido, ya me gusta 🤭🤭🤭.
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Historias cortas
Short StoryAquí podéis encontrar los relatos que vaya escribiendo de a poco. No sé cuantos serán en total, pero espero que disfrutéis de ellos igual que con mis otras historias. Registrado en Safe Creative Portada @SoniaLopezSouto