Cita a ciegas 7/8

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Las piernas de Raven no la sostenían.

Si Simon no la estuviese sujetando por la cintura, con seguridad, habría caído de rodillas ante él.

Un gemido escapó de sus labios alimentando el hambre que él parecía tener por ella.

Hundiéndose profundamente en su boca, Simon saboreó cada rincón de ella, anhelando más.

Quería hacer mucho más y temía que si no se detenía, llevaría aquello mucho más lejos.

Dejando finalmente un suave beso en sus deliciosos y gruesos labios, se obligó a si mismo a separarse y tratar de controlar su respiración.

-Hola.

Una enorme sonrisa cruzó su rostro al escuchar la voz ronca y sensual con la que le saludó.

-Hola, Raven. ¿Estás lista?

-Si. Solo cojo mi chaqueta y ya nos podemos ir. ¿Has pensado donde?

-En realidad si, y espero que no te importe que quiera tenerte un rato a solas. Creo que todavía no estoy listo para compartirte con otras personas y sinceramente me gustaría que podamos hablar con tranquilidad.

-Claro.

A pesar de que el pensamiento de que él se avergonzase de ella y no quisiera que les viesen juntos en público pasó por su mente, tal y como llegaron a su destino, ese pensamiento desapareció igual de rápido que había llegado.

-Esto es precioso. ¿Como conoces este lugar?

-Lo encontré una noche por casualidad. Como sabes, he tenido algunos contratiempos en el trabajo, y encerrarme en casa no es algo que ayude a evadir según que pensamientos. Suelo venir, me siento en las rocas y escucho las olas romper contra ellas.

-Es hermoso.

-Si. Vamos.

De la mano, caminaron un poco más hasta un saliente alejado de la pequeña multitud que había más cercana al paseo marítimo.

Con cuidado, y sabiendo perfectamente donde pisaba, Simon la ayudo los últimos metros hasta donde solía sentarse él normalmente.

El mar estaba tranquilo, pero aun así, el sonido les envolvió, llenando su cuerpo y su mente de una inmensa paz.

En medio de un silencio cómodo, Raven se relajó y apoyó su cabeza en el hombro de Simon, cerrando los ojos y disfrutando por primera vez en tres años de una libertad que ella misma se había negado.

-Cuando Lena murió, pensé muchas veces en que debía haber sido yo. Al final del día, era mi culpa que hubiesemos estado dentro del coche. Yo insistí a pesar de que sabía que mi madre estaba agotada y que lo último que quería era coger el coche.

>>Ella era tan hermosa y aunque conservo muchísimos recuerdos de ambas, la imagen de sus últimos momentos, me atormenta a menudo. Ella sabía que iba a morir. Lo vi en sus ojos. Me he sentido tan culpable por eso.

El brazo de Simon la rodeó, y acarició su cabello mientras ella seguía hablando.

En ningún momento la interrumpió. Solo dejó que dejase ir todo aquello que seguía apresado en su interior.

-Cuando te conocí, nunca imaginé que acabaría aquí contigo. Mi intención nunca fue llegar a quedar con nadie, sin embargo, contra más hablaba contigo, más deseos tenía de que no me rechazaras.

-Jamás podría hacerlo. Hay algo que necesito que entiendas. Puede que esa cicatriz que hay en la mitad de tu rostro te traiga recuerdos dolorosos, y que cada vez que la veas, los revivas, pero déjame decirte algo. Cuando me la mostraste, realmente no la vi. Todo lo que podía ver era a ti. La chica que me conquistó con sus palabras a través de los meses. Posiblemente llevo enamorado de ti desde el principio, y verte hoy, que te hayas abierto a mi, que hayas confiado en mi, lo significa todo para mi, Raven. Por eso también quería que viniesemos aquí, de modo que podamos hablar con tranquilidad, sin testigos de lo que decimos o hacemos. Sé que voy a besarte de nuevo, muchas veces. Y quizá nos lleve tiempo dar un paso más, pero quiero que entiendas, que no voy a ir a ningún sitio, porque si algo tengo claro, es que mi corazón te pertenece.

No lo pensó, solo se dejó llevar por lo que él había dicho. Tomando la iniciativa esta vez, acortó la poca distáncia que les separaba y juntó sus labios.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por amarme.

Una suave y ronca risa escapó de los labios de él, haciendo estremecer su cuerpo.

-No hay forma de que no te ame, Raven. Te has metido tan profundo en mi corazón que ya nada ni nadie podrá sacarte de allí. Y voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que tu quieras seguir en él.









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