Cuando Sunny abrió los ojos, parpadeó varias veces cuando los acontecimientos de la noche anterior pasaron como una película a través de su mente.
Sintió como su piel enrojecía a medida que recordaba cada palabra, beso o caricia y Dios... ¡¿Qué había hecho?!
-Deja de torturarte, cariño. Solo respira hondo y hablemos.
Se volvió hacia el cuerpo tumbado a su lado a sus anchas como si la situación fuese totalmente normal.
-¿Que respire hondo?
¡Estoy entrando en pánico aquí! ¿Cómo es que estás tan tranquilo?-Hace unas horas que desperté. Te he estado observando dormir desde entonces.
Sunny se llevó entonces la mano a la cabeza sabiendo que recién despierta su cabello era lo más parecido a un nido de ratas, sin contar con el aliento matutino y... Desnuda. Estaba desnuda.
Con la otra mano sujetó firmemente la sábana sobre su pecho y despacio salió de la cama tirando de la tela para que nada estuviese a la vista.
-Olvidas que ya he visto, besado y probado cada centímetro de tu cuerpo.
-No estás ayudando.
-De acuerdo. ¿Que te parece esto? Ve a darte una ducha y luego baja a la cocina. Hablaremos en cuanto hayas comido algo.
Asintió como pudo y esperó a que él se marchara para correr a su habitación, coger ropa limpia y encerrarse en el cuarto de baño.
Con suerte el agua caliente lograría lavar toda la vergüenza que la estaba consumiendo en ese momento.
Sin embargo, los recuerdos fueron más vívidos conforme lavaba su cuerpo y ni siquiera podía reconocerse a sí misma cuando pensaba en cómo había actuado la noche anterior.
Ella nunca se había considerado impulsiva.
Había necesitado meses de relación con Roger antes de sentirse preparada para dar un paso más allá, pero con Wes...
Y nada de ello se sentía incorrecto.Sí, se dejaron llevar y fueron inconscientes. Muy inconscientes, pero no podía arrepentirse por mucho que quisiera.
Ya vestida, sacó el cepillo de dientes de su neceser y el peine e intentó mejorar un poco su aspecto.
Antes de guardar todo de nuevo en la habitación, sacó su blister de pastillas y se tomó una.
Había estado tomándolas desde su adolescencia como un modo de regular su período, por lo que, dada la situación, estaba agradecida.
También por llevarlas siempre encima lo que había facilitado tomarlas en el hospital también.Una vez lista se dirigió a la cocina dónde encontró a Wes de espaldas a ella mientras preparaba el desayuno.
Lo observó durante unos segundos antes de hacerle saber que ya estaba allí.-Toma asiento. Espero que tengas hambre.
Lo cierto es que estaba hambrienta y ahora que había conseguido tranquilizarse un poco esperaba poder comer sin problemas.
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-Terminé el libro- dijo él mientras lo ayudaba a limpiar una vez terminaron.
-¿De verdad? ¿Anoche?
-Sí. Te quedaste dormida y de pronto la idea estaba ahí, ¿sabes? Seguí tu consejo y borré todo aquello que no me gustaba.
-¿Puedo leerla?
Realmente quería hacerlo. La historia le había parecido preciosa desde el principio y saber que ella ayudó de alguna manera a que él pudiera terminarla la llenaba de alegría.
-Por supuesto. Eres mi lectora cero. Pero tenemos que hablar primero de lo que ocurrió entre nosotros. Es importante.
Lo era. Ciertamente.
Asintió y lo siguió hasta el salón tomando asiento a su lado.
-Antes de nada quiero que sepas que no he estado con nadie en años por lo que no debes preocuparte en ese sentido. Estoy limpio.
-Yo también y tomo la píldora por si te lo preguntabas. Solo he estado con Roger antes de ti y solo ocurrió en una ocasión. Usamos preservativo.
-De acuerdo. Bien.
Antes de que el silencio entre ellos se volviera incómodo, Wes volvió a hablar.
-Creo que no he sido muy bueno ocultando mis intenciones en lo que a ti respecta. Soy muy consciente de que no nos conocemos y que apresuramos las cosas ayer, pero de verdad me gustas Sunny y quiero ver a dónde nos lleva esto. Además, no sería un buen escritor de romance si no creyese que nuestro encuentro fue planeado para conocernos.
-Me gusta el romance, pero tengo que trabajar un poco en mis inseguridades. Eso no quiere decir que me esté cerrando a lo que pueda ocurrir, pero antes de confiar en entregar mi corazón a alguien de nuevo tengo que aprender a confiar en mi misma.
-Lo entiendo y voy a esperar. Mantengo lo que dije. Puedes quedarte aquí y si quieres, no daré un paso más hasta que sientas que estás lista. Ahora vamos, quiero tu opinión acerca del libro.
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Cuando llegó a la última hoja apenas podía creer que ya era hora de comer de nuevo.
La historia la había atrapado de tal manera que fue incapaz de soltarla.Los personajes habían cobrado vida a través de las páginas y conforme avanzaba, se sentía increíblemente unida a ellos.
Otro cambio que hizo Wes fue con el nombre de la protagonista. Ya no se llamaba Brenda. Ahora era Sunny.
Cuando le preguntó el motivo, él solo sonrió y dijo:
-Ella le lleva luz a toda la ocuridad que envuelve la vida de David y tú, Sunny, has traído luz a la mía.
Estaba a punto de volver al salón desde el despacho donde había estado leyendo cuando su teléfono sonó.
Al ver el nombre de Julian primero pensó en no responder, pero no quería esconderse. Y éste tampoco le hizo ningún daño.
-Hola, ¿cómo te encuentras?
-Mejor. Ya estoy fuera del hospital.
-Me alegra oír eso. Iba a pasarme por tu casa para que pudieramos hablar de la oferta que te hice. ¿Es buen momento?
-No estoy en casa. Me estoy quedando con un amigo por un tiempo, pero me gustaría aceptar si la oferta sigue en pie.
-¡Sí, desde luego! ¿Qué te parece si nos vemos a finales de la semana que viene en tu casa y puedo traerte todo lo que necesitas?
-Te lo agradezco. Allí estaré. Gracias por hacer esto.
-Es lo menos que puedo hacer. No voy a perder a mi mejor trabajadora. Te llamaré en unos días y concretamos todo.
-De acuerdo. Gracias de nuevo.
Cuando colgó, se sobresaltó al ver que Wes estaba de pie junto a ella.
-¿Era tu jefe?
-Sí. Me ofreció poder trabajar desde casa. No estoy lista para volver a la oficina y realmente me gusta mi trabajo.
-Eso es bueno, pero ten cuidado, ¿de acuerdo?
-¿Cuidado con qué?
-Podría estar equivocado, pero tu jefe está más interesado en ti como mujer que como empleada.
-¡Venga ya! Eso es absurdo. Julian no...
Pero la imagen de él en el hospital y algunas cosas que dijo detuvieron sus palabras.
¿Wes tenía razón?
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Historias cortas
Short StoryAquí podéis encontrar los relatos que vaya escribiendo de a poco. No sé cuantos serán en total, pero espero que disfrutéis de ellos igual que con mis otras historias. Registrado en Safe Creative Portada @SoniaLopezSouto