Capitulo 13 Parte 3

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Ya es el segundo día y las cosas siguen igual, no ha pasado ni una sola persona por aquí ni siquiera como parte de una ruta de ejercicios o para pasar de una calle a otra. Al menos esta vez tengo algo más aparte de la música, unos volúmenes, mangas que por suerte traje conmigo.

¿Cuántas veces habré leído estos mismos volúmenes? Me es difícil recordarlo con exactitud, aunque sí recuerdo que ya desde infante estaba con uno de estos entre mis manos. Eso fue incluso antes de que me llevaran a ese lugar donde pasaría a ser un Híbrido, en esos días que aún vivía en el orfanato de Zatho.

Eran un lugar enorme donde se encontraban muchos niños de diferentes edades, donde no importa donde fueras, siempre había alguien jugando o riendo, ya fuera por los pasillos o en el patio detrás del edificio. Las encargadas del sitio eran muy amables, a veces jugaban con los niños, pero la mayoría del tiempo se encontraban limpiando, cocinando, organizando e incluso hasta reparando el edificio.

Recordando lo un poco mejor, diría que ese era el único defecto de ese lugar. Era un sitio muy viejo y pobre hasta cierto punto, teníamos para 3 comidas al día la mayor parte del tiempo, a veces solo para 2; y siempre en el interior podían verse paredes que necesitaban pintura o reparación junto a otros muebles, pero a mí nunca me importa; yo era feliz ahí y no necesitaba nada más. Tal vez de lo único que me arrepiento es el no haberme despido de los demás como sentía que se lo merecían.

Aun así, tengo muchos recuerdos felices, entre esos se encontraba la primera vez que leí mi primer manga. Por esas fechas recuerdo que a varios junto con conmigo resulto que se celebraba nuestro cumpleaños esa misma semana, lo normal hubiera sido que las encargadas fueran a comprar nuestros regalos y dárnoslos a modo de sorpresa, pero en esa ocasión parece ser que no tenían idea de que regalarnos; así que en esa ocasión nosotros fuimos nosotros quienes decidiríamos eso.

Al principio me pareció algo extraño, pero podría usarlo de excusa para salir a la calle, así que no dije nada al respecto. Caminamos en grupo hasta llegar a la zona comercial del distrito más cercano al orfanato. Había muchos establecimientos tanto de compra como de entretenimiento, entre esos había una zona arcade que me gustaba visitar de vez en cuando.

Seguimos caminando hasta llegar a una librería que se encontraba por la zona, la mayoría de los que estábamos ahí no tardamos ni un segundo en ir hacia la sección de mangas, también podían encontrarse varios comics, pero a la mayoría no nos interesaban en ese momento.

Muchos se iban por los más populares, tanto recientes como clásicos. En mi caso yo quería indagar un poco más en la sección «Que es lo que se esconderá en fondo del barril» era lo que pensaba en ese momento, al principio no pude encontrar nada que me llamara la atención, hasta que lo vi.

Esa portada con un tipo cabello de estilo pompadour mirada con una cara seria y enojada. Aun a pesar de ser simple me llamo mi atención, después fui mirando los de más volúmenes junto a este y como si me viera obligado a hacerlo; decidí comprarlos todos. Pensé en un inicio que no podría llevarlos todos, pero para mi suerte supe que se encontraban en rebaja, por lo que al final sí que pude hacerlo.

Tan pronto regresamos, yo me fui a leerlo al dormitorio, a una de las muchas mesas que estaba en el comedor, le quite el plástico protector y comencé a leer. Estaba enganchado, la historia tan rara, el dibujo tan raro, pero único, los combates tan bien hechos y sus personajes tan carismáticos; para cuando me di cuenta, ese día ya se había terminado y me tocaba ir a dormir.

Ah día de hoy todavía sigo releyendo esa misma historia, a veces me pregunto si en algún momento me cansaré de hacerlo, pero creo que el que me encuentre leyéndola ahora es una señal de que eso no era hasta dentro de mucho tiempo.

Sobre todo en esta situación en la cual lo más interesante que podría en mi situación es ver el pasto crecer y poco más.

R: ¡SEÑOR HUNTER! –me gritó mientras corría en mi dirección. Buenos días.

H: Hola, ¿hoy también vas a acompañarme?

R: Si –se sentó a mi lado. Hoy mi abuelo salió y no regresará hasta más tarde.

H: Ya veo, así que te dijo que salieras a jugar hasta que él regresara.

R: Aja, también me dejo una llave por si acaso.

H: «Supongo que será alguna llave de repuesto»

R: ¿Qué libro es ese? –me preguntó acercándose para mirarlo más de cerca.

H: Es un manga, ¿quieres verlo?

R: ¡Si! –afirmo con una gran sonrisa.

H: Ok, pero recuerda tener cuidado con él, ¿de acuerdo?

R: ¡De acuerdo! –lo tomo con las dos manos y se puso a leerlo desde el principio.

H: Oye Ruby, ¿puedo hacerte una preguntas?

R: Claro -seguía leyendo. Aunque no lo parezca, soy muy lista, pregúnteme lo que sea, jeje.

H: Muy bien, en primera: ¿Por qué no vas a la escuela? Es muy temprano entre semana y no suele haber vacaciones hasta finales del año.

R: Eso es porque está cerrada.

H:¿Cerrada?

R: Sí, parece que hubo un accidente con uno de los tanques de gas y al final decidieron cerrar la escuela hasta repararlo, podía verse que tenía un gran agujero en el techo y estaba muy quemada y hasta le salía agua por ese hoyo.

H: «¿Cómo rayos un tanque de gas podría provocar todo eso? Aquí hay algo que no me cuadra o algo más lo provoco o tuvo que ocurrir algo realmente absurdo para que pasara»

R: ...Jaja, me recuerda a la cara de mi profesor ese día.

Watch Me To DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora