Capitulo 13 Parte 1

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Capítulo 13: Bestia en ascenso y la pequeña loba.

La brisa, el clima, los árboles y la sombra que estos producían. Este sitio podría ser lo que para muchos es un lugar perfecto para poder relajarse por completo, o eso debería si no fuera por ligero perceptible olor a pescado que rodea a todo este pueblo.

Me enferma. Ni siquiera sé cómo rayos pude soportarlo cuando estuve junto a los demás en ese estacionamiento, talvez al haber tantos olores y aromas distintos este no parecía afectar tanto, pero no fue hasta qué cayo la noche que este fue la causa de que no pudiera conciliar el sueño durante media hora, y obligándome a tomar una pastilla para poder dormir lo suficiente para aguantar mi trabajo aquí.

Y pensar que hasta ayer estaba emocionado por salir de la base y ver el mundo exterior, solo para que al final querer regresar a esas paredes subterráneas, donde este olor no me atormentaría tanto como ahora. Sin embargo, eso tendrá que esperar hasta por los menos otros 6 días además de este. «Carajo» Al menos en este lugar el olor no es tan fuerte como en Hotel y tal y como me habían dicho es un lugar sencillo de vigilar.

Desde la banca en la que me encuentro es fácil monitorear toda el área, y para mi suerte ni tengo que cuidarme la espalda gracias a la pared detrás de mí, pero... creo que mencionaron también el que esta era una zona concurrida, si es así entonces, ¿Por qué este sitio está tan vacío? No es como si no pasara gente por aquí de vez en cuando y sé que tampoco es época vacacional, pero aun así es muy extraño.

Incluso la zona de juegos que tengo frente a mí está totalmente desolada, ¿será que acaso mi presencia les da miedo? Es posible debido a mi uniforme, aunque estoy muy seguro que no es solo por eso. Parece que al final no solo no me será muy complicado, sino que será un trabajo aburrido. Sino fuera porque nos dividieron a los 2 grupos en turnos, pude haberle pedido a Fran que me acompañara y así poder charlar los 2 sobre cualquier cosa.

Podría usar el transmisor para hablar con los demás, pero conociéndolos seguro me regañarían por usarlo de esa forma, sobre todo Amelie; tal vez no debí decirle que no a eso de venir acompañado, pero tampoco me hubiera gustado retrasarlos o que la misión se nos complicara más de la cuenta. Y por esa decisión ahora me encuentro aquí, escuchando música mientras observo como nadie pasa cerca de este lugar.

Esto me recuerda a mi infancia. Cuando deje el orfanato y me llevaron junto con otros chicos de ese lugar a lo que sería nuestro "nuevo hogar". Lo único que recuerdo después de eso, fue despertar dentro de una habitación completamente blanca, además de ser un tanto pequeño. Solo tenía una cama, una mesa con frutas, pan y agua encima, pero sobre todo un gran espejo que hacía de pared para la habitación.

Poco después me enteré de que era uno de esos cristales que la policía usa en los interrogatorios, por lo que del otro lado alguien o varios se encontraban mirándome a través del cristal. Aunque claro, en ese momento no lo sabía. No parecía haber una puerta que me llevara a afuera, solo una que me llevaba hacia el baño. La cama y mesa parecían estar pegadas, por lo que no podía moverlas de ninguna manera.

No había nada más que pudiera hacer, aparte de lo básico: comer, hacer mis necesidades y dormir; la bandeja se llenaba cada ciertas horas todos los días, una vez al día una persona con traje y bata se aparecía dentro de la habitación. No recuerdo la gran cosa de lo que decía; me hacía unas preguntas, respondía, él anotaba y así como terminaba se iba a través de una pared, la cual solo parecía abrirse cuando él lo solicitaba. Intente ver si podía abrirla por mi mismo; sin embargo, nunca lo conseguí.

Al principio no era tan malo, ya que al menos me podía entretener con el espejo, pero no paso mucho para me comenzara a aburrir; cosa la cual me atrevería a decir que era lo más similar que había recibido a una tortura, con el tiempo lo más interesante fue ver como de forma progresiva la parte superior de mi cabello iba adquiriendo un raro color gris, y la inferior se quedaba igual. Poco tiempo después de eso, una de esas personas con bata me abrió la puerta, por fin logrando salir de la habitación para no volver a entrar.

Ahora que lo pienso, comparado con esos días esto no es nada, aun así, no me siento tranquilo en lo absoluto sin nada que hacer. Saque mi celular un momento para buscar algún podcast que pudiera escuchar mientras hacía mi trabajo, para mi mala suerte, hoy es lunes; ahora me arrepiento de haber descargado nada de antemano. Lo vuelvo a guardar y solo cambio la lista de reproducción para escuchar algo diferente.

No fue hasta que levante la cabeza que me di cuenta de que después de tanto tiempo algo había cambiado, o más bien aparecido frente a mí. Era una niña con cabello moreno y vestido azul jugando en la caja de arena. He de admitir que me sorprendí por un momento al no haberla notado antes, pero ya me daba igual, al menos ya me encontraba vigilando a alguien.

Aunque es extraño, en mi celular pone que son las 10:07 de la mañana, ¿no se supone que debería estar en la escuela? Después de todo, si no es periodo vacacional, debería de haber clases. Y si es el caso, entonces, ¿por qué no hay más niños alrededor? Mientras divagaba sobre eso estaba mirando un momento hacia arriba, como si de alguna manera la respuesta me cayera del cielo, pero a los pocos segundos, paso algo que me obligaría a volver a bajar la mirada.

Ñ: Disculpe señor

H: ¿Hm? –me quite mis audífonos y los guarde en mi bolsillo. ¿Me hablas a mí?

Ñ: ¡Sip! –me dijo con una sonrisa de oreja a oreja. No lo conozco de nada, ¿usted es nuevo?

H: Eh, nuevo en el pueblo, ¿dices?

Ñ: Aja.

H: No, solo he venido por trabajo –agitó la mano en señal de negación.

Ñ: ¿trabajo?, pero no escuche ningún barco –se puso a pensar mirando hacia un lado.

H: No, no trabajo en un barco, más bien soy como un "exterminador de plagas"

Ñ: ¡Ah!, ¿usted es quien se encarga de los Restos? –me preguntó mientras se sentaba a mi lado.

H: Así es, ¿entonces sabes que son los Restos?

Ñ: Aja –asintió volvió a dejar salir su sonrisa. Nos lo enseñaron en la escuela, el profesor dijo que debíamos tener cuidado y alejarnos si veíamos uno.

H: ¿Ah sí?, y supongo que no habrás visto alguno por aquí, ¿o me equivoco?

Ñ: No, nunca he visto uno, solo sé que tienen la piel o el pelaje azul.

H: Ya veo «Bueno, al menos lo intenté»

Ñ: ¿Y usted que está haciendo aquí solo señor?

H: Estoy vigilando en caso de que aparezca algún Resto.

Ñ: ¿Y no es aburrido?

H: Demasiado –me recargó en la banca. Y así puede que este durante toda esta semana.

Ñ: Jajá, a mí tampoco me gusta esperar mucho tiempo.

H: ¿Y tú?, ¿solo viniste a jugar en la caja de arena?

Ñ: Si, mi abuelo está preparando el desayuno, y como sabe que no me gusta esperar tanto me dijo que viniera a jugar un rato afuera.

H: Entiendo, ¿Y te estabas divirtiendo en la arena?

Ñ:... No –disintió con la cabeza. Desde hace días que no viene nadie a jugar y me aburre jugar yo sola. –se voltea y mira hacia el frente con una deprimida mirada.

H: «Entonces lo de que este sitio este tan desierto no solo cosa de hoy»

Ñ: Pero, ahora no estoy aburrida –dijo mirándome de nuevo.

H: ¿ah no?, ¿y eso porque?

Ñ: Jajá, porque usted me está hablando señor, gracias.

H: De nada, igual, yo también estaba algo aburrido vigilando esta zona.

Ñ: ¿Y trabaja usted solo?

H: No, mis compañeros están vigilando por todo el pueblo, a mí me toco vigilar aquí.

Ñ: ¿Y estará aquí todo el tiempo?

H: No, solo hasta que anochezca, un compañero tomara mi lugar y no regresaré hasta la mañana siguiente.

Ñ: Entonces, ¡¿nos volveremos a ver?!

H: Sí, supongo que sí –le enseñe una sonrisa.

Ñ: ¡Qué bien! –exclamó con una gran sonrisa. ¡Ya no me la pasaré sola!

H: Me alegra por ti «y supongo que yo tendré algo de compañía durante esta semana»

Ñ: Ah, ¿señor me podría decir su nombre?

H: ¿Hm?, claro, me llamo Hunter, ¿y tú?

Ñ: ¡Me llamo Ruby! –lo dijo con mucha energía. Ah, señor Hunter, ¿Qué hora es?

H: Emm, ya son las 11.

R: Oh rayos –se bajó de inmediato de la banca. ¡Mi abuelo me debe de estar esperando!, ¡regresaré en un momento, no tardo!

H: Ok «Y pensar que disfrutaría hablar tanto rato con una niña, si se enteran seguro que se burlan de mí»

Volví a colocarme los audífonos de vuelta mientras buscaba entre mis listas de reproducción. Ahora además de vigilar parece que haré de niñero, en realidad tampoco está tan mal viendo mi situación, aunque no me lo esperaba en lo absoluto.

... ¡Oh!, una notificación de que se han subido 2 nuevos podcast's, parece que duran alrededor de 2 horas cada uno, con esto creo que podre pasar el día de hoy sin problemas, pero... Nah, creo que solo escucharé el primero mientras espero su regreso. Después de todo dijo, no tardaría. Abrí la app, seleccione, reproducir y me dispuse a disfrutar de la charla.

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