Me miraba al espejo en el cuarto antiguo de Peter, el color del traje era precioso, pero yo no estaba hecha para esto.
Seguía enamorada de Peter Parker, el mismo Peter Parker sue conocí hace años, por eso lo hacía, seguía esperando por el después de todo, aún que eso no quitaba la posibilidad de que, si todo salía bien, y regresaba a casa, tal vez no quisiera estar conmigo.
Pero al menos.... Mayday podría ver a su padre así sea una vez.
Suspire de frustración, mientras me sentaba frente al espejo. ¿Estaba segura de lo que estaba por hacer?
Me dejé caer de espaldas a la cama para mirar el techo, May había cambiado un poco el cuarto de Peter, usándolo a veces como el cuarto de las cosas que no se usan pero en esencia seguía siendo su cuarto. Sus paredes seguían siendo de ese tono azul grisáceo, y miles de cosas científicas que pegó alguna vez hace años atrás.
Una foto con Gwen, cuando Nisiquiera le crecía la barba me hizo sonreír, se veía tan Niño, también una con nuestro grupo de amigos, como quisiera regresar el tiempo atrás.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. No hubiera cometido miles de errores si tuviera la oportunidad, hubiera echo tantas cosas diferentes.
Puse mi mano en una foto que había de Peter y Flash frente al televisor jugando play, ambos sin camisa y con el cuarto echó un desastre, Peter hacia la señal de la Paz y Flash tenía un Cheeto entre sus labios, ambos con audífonos, cuando Flash vivió aquí, llegaron a desarrollar una bonita amistad que se convirtió casi en una hermandad. Fue muy lindo.
Acaricié la foto con cariño, dejando salir un sollozo de dolor. Me quemaba por dentro el hecho de que ellos, todos ellos, Flash...
Gwen, Harry, hasta Peter...
Eran niños en esas fotos, después me miró yo, en el espejo, no soy lo que era en esa imagen, no parece ni la misma persona, ellos se quedaron siendo eternos adolescentes y yo... envejecí.No me malinterpreten pensando en que es algo superficial, no se trata de belleza aquí, se trata de que... la vida me ha llevado por delante en estos últimos años, y es como si fuera una ola interminable que no puedo parar por que solo me hace dar y dar más vueltas y cada vez, cada vez que logro tomar aire, me doy cuenta de que estoy más y más dañada por dentro, y que no importa cuantas terapias con psicólogos haga, o cuánta yoga, no va a arreglarse de un día para el otro.
Pero tenía algo a que aferrarme, un rayito de esperanza. Si podía salvar a Peter... iba hacerlo. Si podía sacarlo de donde sea que Norman lo tiene, iba hacerlo, por que es el ultimo recuerdo que tengo de cuando era feliz en mi juventud, es la última persona que me queda a la que ame, a la que conoció a la verdadera Mary Jane y se quedó a su lado.
Iba hacer lo posible, para que Peter regresara a casa.
Corría para abrazar a una mujer rubia que me saludaba desde el otro lado del Central Park.
—¡Gwen!-grite emocionada, conforme más me acercaba más podía distinguirla, seguía siendo la chica hermosa de 16 años, de gran sonrisa.
Mientras los metros se disminuían mi corazón entraba en ansia, por que algo dentro de mi sabía que algo no estaba bien, ¿Gwen? Pero la necesidad de abrazarla se hacía cada vez peor.
Como si en algún momento Gwen fuera a desaparecer frente a mi, como el polvo, así que obligaba a mis piernas ir cada vez mas rápido, no podía perderla, no podía.
—¡GWEN!-grite de euforia al tenerla entre mis brazos. Tenía perfume a algodón de azúcar, y su risa fue como una melodía para mi. Solloce de felicidad.
—M.J ¿que pasa? Actúas como si no me hubieras visto desde hace décadas...-dijo está respondiendo a mi abrazo, pero a mi no me importaba, mi pecho comenzó a sufrir de espasmos pequeños por la emoción, como si se tratara de un hipo que no podía salir.
Tomé su rostro para admirarlo, recibiendo una mirada extrañada de ella.