--Hija, Dios, despierta.-exclamó ni madre.
Me di la vuelta y la mire, estaba enrollada hasta el cuello con las sabanas.
--Tu padre llamo, para preguntar si ibas al juego de hoy.
--Pues claro que iré.-dije, con la voz ronca por qué aún tenía sueño.
--Pues, apúrate por qué no haz comido y además el juego es en dos horas.
Mire mi reloj.
4:27 de la tarde, había llegado a mi casa a las 5, pero mi madre estaba dormida y no lo había notado.
--¿Qué hay de comer?-pregunté.
--Nada, tendré que hacerte algo, ve a bañarte ps.-dijo, y cerró la puerta.
Salí de las sabanas y me mira en el espejo.
Mierda ¿Ahora cómo taparía eso?
Flash se había vuelto loco con los chupones. Mire la chaqueta de él sobre mi escritorio, y lo único que se me pasó por la cabeza fue usarla.
Fui a bañarme y me vestí, y me puse una camisa blanca grande encima para taparme el pecho y tape mi cuello con el pelo.
Salí y la comida estaba sobre la mesa, comencé a comer.
--¿Y cómo estuvo la fiesta anoche?
--Muy linda, algo cursi pero linda. Se extendió hasta las 4 que eso es algo inusual según todos.
--O sea que te quedaste más tiempo.
--No, a las 3:30 regrese con Flash y después lo eche.
--¿Se pelearon?
--No, lo eche por qué tenía sueño, y hambre.
--Cuando no tu.-dijo comenzando a reírse.
Termine de comer, y me fui a habitación. Me maquille, me peine y tome la chaqueta, abotone los primeros dos botones para cubrir mi pecho, no se veía mal como lo había puesto, y salí.
--Espera ahí.-dijo ni madre cuando estaba por salir.--¿Y esa chaqueta?
--Es de Flash.
--¿Ya son novios de nuevo no?
--Si mama, anoche me lo pidió.-dije. Suspiro.
--Espero que estés feliz con tu decisión.
--Lo estoy mama, ya me tengo que ir.-dije.
Cuando llegue, apenas estaba oscureciendo, y mi papá estaba en la entrada con un abrigo que lo hacía ver más gordo de lo que era, y además tenía una gorra graciosa.
--Hola.-dije cuando llegue.
--Hola.
--¿Ya llegó el equipo?-pregunté.
--Si, hace como quince minutos, vamos a buscar asiento.-dijo.
"Eres el mejor, no lo olvides"
Envié el mensaje a Flash antes de sentarme con mi papá cerca del campo, habían varios de la escuela a los cuales saludaba alegremente.
Cuando salieron los jugadores me levante emocionada aplaudiendo y gritando.
--¡VAMOS FLASH!
Y estaba desesperada, el marcador era 21 a 24, a favor del otro equipo, no quería ver a Flash decepcionado, o sea siempre estaría para el, pero no sabia como consolarlo.
Y de repente, el balón estaba en las manos de Flash que corría a todo dar para anotar.
--Dale, dale, dale...-susurraba mientras mis uñas se apretaban contra mis rodillas.
La campana sonó, anotamos, y ganamos. 27 a 24.
--¡AHHHH!-grite eufórica saltando de mi asiento hacia abajo para abrazar a Flash que estaba todo sudado y aún tenía el casco.
Me cargo en sus brazos y me dio varias vueltas emocionado.
Mis ojos se habían aguado por el nerviosismo de perder, y él lo noto.
--¿Por qué lloras?
--Nada, solo nervios, ¡DIOS MÍO ERES EL MEJOR FLASH!-grite y lo volví a abrazar.
Mi papá llego hiperventilandose, reí cuando tuvo que apoyarse en sus rodillas y tomar unos segundos para respirar.
Los dedos de Flash se entrelazaron con los míos, y apretó mi mano, lo mire para ver cómo su vista estaba fija en su padre, que venía caminando hacia nosotros.
Algo dentro de mi decía que huyera de ahí, pero no podía, la mano de Flash estaba aferrada a la mía.
Y tampoco quería una incómoda situación con mi padre que de seguro se daría cuenta por el mismo que ese señor estaba loco, y que yo le tenía miedo.
Palmeo el hombro de Flash con fuerza.
Mi padre se reincorporó.
--¿El es tu padre Flash?-preguntó mi papá, tratando de ser amable, tragué saliva.
El hombre me miró.
--Hijo ¿Qué te dije de ella?-dijo con desprecio.
--Óigame pero que le pasa.-dijo mi padre enojado.
--Papa no...-dije atravesándome antes de que se acercará más al señor Thompson.
--¿Qué le pasa a este?-preguntó mi papá.
--Te lo contaré ahora... Vámonos.-dije.
--No te vayas...-suplico Flash.
--Flash no... Yo me tengo que ir, Chao.-dije soltando su mano y jalando a mi padre.
