Lloraba en el hombro de mi amigo, quien no paraba de decirme que era asombrosa, pero no sabía que más hacer.
—Vas a dañar el vestido.-decía sacándome las lágrimas.—Por favor... para ya.
—No me quiero casar Ennio... no me quiero casar, ya no lo amo... no lo amo.
Me abrazo fuerte.
—¿Entonces que vas a hacer?-pregunto.—Por que veo que sigues con eso de la boda...
Me giré para mirar a la nada.
Segundos más tarde salí ya con mi ropa normal, mi mamá no parecía sorprendida, pero mi suegra no entendía que pasaba.
—Lo siento, no me voy a casar.
—Pe..Pe... pero ¿por que?-dijo con un hilo de voz.
Pero no pude responderle, Ennio me esperaba afuera con el auto encendido, así que me fui sin decir mas nada.
—¿Y ahora?-pregunto cuando me subí al auto.—¿A decírselo a John?
La idea me hacía temblar los labios. Pero Ennio nos llevó al apartamento, y lo bueno es que jamás me dejo sola, había escogido a la mejor dama de honor de todas.
Pero cuando fui abrir la puerta, esta se abrió sola, y era John, me miro sorprendido y sonrió.
—M.J.-susurró.
Y la puerta terminó de abrirse para dejar ver a Peter.
¿Que hacía Peter aquí?
—Peter vino a decirme lo que estabas pensando... y cariño, yo te amo, no tienes que dudar de nuestro amor.-John me atrapo entre sus brazos.—Claro que voy a volver, no tienes por que tener miedo.
Miraba a Peter con cara de ¿Es en serio?
Y Ennio estaba enojado, pero solo se quedó detrás de mi.
—Vamos amigo sepárate de ella.-decía Ennio para sacármelo de encima.
John lo miro sin entender.
—Tu sabes, no mucha cercanía antes de la boda.-mintió Ennio.
Y yo seguía mirando a Peter.
—Sabes que Peter, si esto es lo que quieres, esto es lo que tendrás.-dije, y me fui por el pasillo.
—¡A DONDE VAS!-gritaba Ennio siguiéndome por las escaleras.
—A conseguir un vestido de mierda.-y saque mi teléfono para hacer una llamada.
—Le prometo que será la última vez.-le dije a la recepcionista cuando entré a la boutique para buscar el único vestido que me había gustado, volvérmelo a probar y comprarlo.
—M.J tú estás...
Me volteé para ver a Ennio con los labios tan apretados que habían una línea recta en mi rostro, reteniendo los sollozos de dolor.
—Si es lo que quiere... lo tendrá.
—Pero M.J, es tu feli...
Callo al ver que me giré para no seguir escuchándolo, y pague el carísimo vestido.
La boda era en dos dias.
Dos dias para el resto de mi vida. Junto al hombre que no amo.
No digo que no estuviera en un momento de mi vida segura de casarme con el, yo... yo era feliz. Lejos de Peter.
Pero recordé sus palabras.
—¿Quieres que pase lo mismo que con Flash? Sufrir por que yo un día de estos no gane... que yo muera.