Jaló un banco hasta mi cama y se sentó en ella, analizándome la cabeza y el rostro.
--Bien, ¿Se te abrió la cabeza o algo?-preguntó.
--Si, eso creo.
--¿Te duele?-preguntó.
--Algo, pero creo que ese helado lo resolverá todo.-dije señalando el helado sobre la mesita, el río y me lo paso y busco una cuchara.
Comencé a comerlo.
--¿Y Liz? ¿Cómo está?-pregunté.
--Decepcionada, quiere matar a Flash.-dijo el riendo.--Todos quieren matar a Flash.
--No se les hará tan difícil.-dije riendo; el me miro sin entender.--¿Qué? ¿Acaso no lo sabias?
--¿Saber que?
--Me dijeron que Flash estaba en terapia intensiva abajo.-dije. Harry frunció el ceño.--Así me dijeron.
--No sabía nada... Le hubiera traído una tarjeta o algo.-dijo.
--Que raro.-exclamé.
--¿Raro por qué?
--Nada.
Si, era bastante raro por qué si supuestamente Liz había llamado para avisar que Flash estaba en el hospital... ¿Por qué Harry no lo sabe?
Llamaron a la puerta, y pasó una enfermera.
--Ya las visitas se acabaron.-dijo.
--Bueno, me voy M.J, recupérate rápido.-dijo el.
--Eso quiero... Ah, y Harry, gracias por todo lo que me diste.
--Oye, no agradezcas, el año pasado salvaste mi vida, si no fuera por ti no estaría aquí.-dijo.
Ambos sonreímos y se marchó seguido de la enfermera.
A pesar de que la visita de Harry me alegro, no podía dejar de pensar en lo de Flash, y la cabeza me ardía cada vez que existía la posibilidad de que muriera.
Quería esperar hasta que mi madre se durmiera para irme a buscarlo y así por lo menos verlo, pero mi madre solo estaba viendo televisión como si tuviera cinco años.
Horas más tarde, me levante en pijamas por la habitación, estaba un poco mareada, pero eso no me impidió encontrar la puerta y salir al pasillo.
Trataba de no parecer muy enferma para no llamar la atención, llegue al último piso, y busque la recepción.
--Hola...-dije a la mujer regordeta que estaba revisando una revista médica.
--Hola.-dijo sin siquiera mirarme.
--¿Podría decirme la habitación de Eugene Thompson?-dije.
La mujer suspiro agobiaba, y busco en la computadora.
--Habitación 2-17.-dijo.
Salí rápidamente antes de que se diera cuenta de que no era horario de visitas, y que yo no podía andar por los pasillos de noche de esa manera.
Entre al ascensor y le di al botón del piso dos, tragaba saliva que tenía un extraño sabor a causa de los nervios.
Y al abrir encontré a un hombre sentado viendo televisión en la sala de espera, camine rápido buscando la habitación 17, y la encontré.
Abrí la puerta, y temí por que estuviera cerrada, pero no fue así, estaba completamente a oscuras, y frío por el aire acondicionado.
No encendí la luz por qué me daba miedo despertarlo, o quién sabe que podría pasarle, cerré la puerta detrás de mí y todo quedó negro.
Camine a donde sabía que estaba la ventana y corri un poco la cortina para que entrara la luz, y pude ver a Flash sobre la camilla.
Mis ojos se aguaron, es que verlo así... No me esperaba que fuera para tanto. Estaba todo golpeado, la mitad de su rostro la cubría una gasa, que tenía un poco de sangre seca, y su cabeza estaba envuelta con unas vendas, una de sus manos estaba enyesada, y lo que más me partió en miles de pedazos, era que respiraba a través de un respirador.
Llore en silencio sin apartar mi mirada de el, hasta que mis ojos se llenaban tanto de lágrimas que no podía hacer más que quitarla con mis manos.
Acercarme a él me daba miedo, ¿Y si le hacía algo?
Me quedé a una distancia considerable, analizándolo un poco más.
Tenía pequeños rasguños en su rostro, y su mano aparentemente sana estaba agrietada, acaricie parte de ella.
Acerqué un banco y me senté a un lado de su regazo, aún llorando sin poder creer lo que tenía enfrente. Entrelace nuestros dedos, y trate de calmarme un poco apoyando mi cabeza en mi brazo.
Podía sentir los latidos de su corazón.