--Flash yo... Yo te dije que vinieras aquí por qué necesitaba hablar contigo, es que si no me sacaba esto del pecho iba a morir.-me miraba con esa mirada de cachorro, ¿Por qué tenía que tener esa cara tan angelical? Mierda.
Quería golpearlo en el rostro pero al mismo tiempo besarlo.
--Yo te quería demasiado Flash, en serio, con todos tus tontos defectos yo te seguía viendo especial, único, y después hiciste lo que hiciste... Y me derrumbaste, no es la primera vez que me derrumban pero, la tuya me dolió más, por qué pensé seriamente en que esta vez, eres el bueno. Y además con la que era mi amiga.
Sin pensarlo había comenzado a temblar, del miedo, pero él creyó que era de frío, y puso su gran mano en mi espalda y me empujó hacia el para quedar más juntos.
Tan cerca, pero a la vez tan lejos.
--Te odie, te juro que te odie, pero me odie más a misma por haber creído en ti, por haber creído en el amor de nuevo, por ser tan... Estupida, en serio, te odie, cada vez que veía que me mirabas pensaba seriamente en lanzarte un zapato, pero me daba miedo que se me perdiera con mi mala puntería.
Cada vez que decía que lo odiaba, el parecía mirar a otro lado, con sus ojos cristalizados.
--Y después deje de odiarte, y comencé a quererte de nuevo, a extrañarte, me gustaba cuando venias a cenar a casa por qué a mi mamá parecías agradarle cuando a ella no le agrada nadie. Extrañaba sentarme en tus piernas y que me abrazaras, extrañaba tantas cosas, y después comencé a deprimirme pensando en ¿Por qué no fui suficiente? ¿Qué tengo de malo para que no te hayas quedado solo conmigo? ¿Qué mierda me falta para mantener a alguien a mi lado? Por qué de verdad todos parecen irse después de subirme al cielo. Y yo...
Mis dientes habían comenzado a temblar, por el frío y por los nervios y las terribles ganas de llorar. Me tomo de las caderas pegándome completamente a él, y me abrazo, sintiéndose igual de cálido e igual de dulce que antes, como abrazar a su almohada después de un buen sueño.
Me quede unos segundos ahí, tratando de encontrar calor de nuevo.
--Nada.-dijo Flash.
--¿Qué?-dije.
--Nada, no te falta nada, eres la persona más completa que conozco y la chica más perfecta que haya pasado por mi vida.
--¿Y si soy así por qué me engañaste? ¿Por qué no te quedaste solo conmigo?
Apretó sus labios y pensó unos largos segundos.
--Por miedo Mary Jane. Siempre pensé de ti... "Es muy buena para ser real", algo malo tenías que tener, y no iba a dejar que me dejaras en ridículo frente a todos, así que actúe antes que tú, preferí lastimarte antes de que tú me lastimaras a mi. Y ahora que hablaste conmigo, otra vez, y más de veinte palabras seguidas... Me siento feliz, por qué sé que aún me quieres tanto como yo te quiero a ti, y estoy arrepentido como no tienes idea.
Miraba sus ojos en todo momento, y recordé lo sincero que él se veía antes de que me engañara, como le creí todo.
Y dudaba.
Nos quedamos en silencio, varios minutos, que no fueron más que pensar entre los dos, aún entre sus brazos, rodeando su torso con mis manos, algunas lágrimas se escaparon de mi rostro pero no deje que las viera, y después sentí su pecho temblar.
--Dijiste que jamás me lastimarías...-fue la frase que salió de mi boca, con una voz quebrada.
--Lo sé, soy un maldito, y sé que todo oportunidad contigo es imposible, y que jamás vamos a regresar, y si lo hiciéramos no seríamos lo mismo de antes, sé que jamás me perdonarás realmente y nunca volverás a confiar en mí.-sus manos comenzaron a moverse en mi espalda cuando sintió que mis pelos se erizaban por el frío.
Deja de tocarme Flash. Por favor.
Pensaba, pero mi cuerpo no era capaz de alejarse de él y acabar con todo.
Su frente busco la mía, y se apoyó en ella, cerró los ojos y pude ver sus negras pestañas, y como estas trataban de no dejar bajar las pequeñas lagrimitas.
Cerré los ojos igual.