--Peter...-dije al ver que había llegado. El me miró analizándome. Saque mis lagrimas con rapidez.--¿Qué haces aquí?-pregunté.
--Lo mismo que tú.-dijo. Traía flores en su mano, que eran hermosas, a mí no me gustaban las flores, pero esas eran especiales.
--Voy... Voy a darte privacidad.-dije levantándome.
--No por favor, quédate.-dijo.
Su mirada era insistente, y asentí, mientras volvía a sentarme como antes, el dejo las flores junto con las mías y tomó asiento a mi lado. Nos quedamos unos segundos en silencio, hasta que comenzó a golpear con nervios sus rodillas.
--Es horrible...-dijo. Lo mire, ahora ya más calmada.--Antes, me volvía loco por no saber que comprarle a Gwen para navidad, ahora... Ahora solo debo comprarle flores, no puedo traerle nada más.-dijo. Mis ojos volvieron a aguarse.
--Yo cuando estaba comprando los regalos, se me pasaba por la cabeza comprarle uno, después solo recordaba que estaba muerta... Me salía de ahí de inmediato.-el asintió.
--También me pasó.-dijo.--Pero siento que e avanzado, M.J.-dijo. Lo mire sin entender.--Esta tarde... Escuche por última vez el último mensaje de voz que ella me había enviado. Eh decidido borrarlo.
--¿Ya lo hiciste?-pregunté.
--No, ¿por qué? ¿Crees que estaría mal hacerlo?-preguntó.
--Solo quiero escucharlo, ¿puedo? Extraño su voz.-el asintió, y sacó su viejo teléfono, tecleo varias veces, y después lo puso en altavoz.
"Peter voy saliendo de casa para la feria, M.J me a dicho que le compráramos un algodón de azúcar, deberíamos llamarlos después para ver cómo están allá en Atlanta, en fin, solo quería decirte que ya voy para el muelle."
Sencillo, concreto, tan simple; que me había echo botar lágrimas y apretar los labios para no dejar salir los sollozos de dolor que me había provocado escucharla de nuevo, escucharla decir mi nombre. El también dejó escapar unas lágrimas.
--Sabes... Creo que tú deberías eliminarlo.-dijo. Lo mire, y quito mis lagrimas con su pulgar.--O deberíamos hacerlo juntos.
--Estamos juntos en esto Peter, hasta el final.-dije. Le dio a las opciones, y después a eliminar.
Apreté el si, cuando me pregunto si estaba seguro que quería borrarlo. Y sentí algo extraño, como si me arrancarán del pecho un peso, que me dolía, pero a la vez me hacía bien.
--¿Sabes qué es lo bueno de llegar al final?-preguntó, hice señas de que siguiera.--Que cuando lleguemos al final, ella estará ahí.
A la hora de cenar, todos reíamos y compartíamos mientras comíamos la comida que habían echo tía May, mi tía y mi mama. Había quedado muy rica, y al fondo se escuchaba una música navideña muy bonita.
Creo que jamás pase unas navidades tan tranquilas como esa, ayudando a Flash a sostener el tenedor con su mano enyesada, y ver a Peter con un bigote de ponche de crema.
Cuando se hicieron las doce fuimos a abrir los regalos, estábamos sentados alrededor del árbol lleno de luces y bambalinas de colores.
--Este es para ti.-dijo mi mama pasándome una caja verde con un lazo amarillo.--Es de Flash...-dijo.
Mire a Flash que se había puesto Colorado y prefería no mirar. Abrí la caja y mi mandíbula casi cayó al suelo.
Oh, oh.
--Tendremos un problema Flash...-dije. El me miró aterrado.--Te compre lo mismo.
Mire el suéter navideño, y comencé a reírme al igual que el.
--Ustedes tienen que ser enfermos...-exclamó mi mama.--A ver, ve a ponértelo.
Me gustaba bastante el suéter, y admito que se lo compre a Flash por qué pensaba que se vería sexy con el. Pero no pensé que él me lo compraría a mi. Después de sacarme el suéter rosa, me lo puse y me quedaba un poco grande, pero era lindo.
Al salir Flash tenía el suyo puesto. Lo abrace, dejando atrás toda la pena de que mi mama estuviera ahí.
--¡Awww!-exclamó tía May.--Se ven tan lindos, ¡Peter tómales una foto!
Peter río, y se volteó para tomarnos una foto, Flash se aferró a mi cintura y yo a la suya y sonreímos.
--Lucen igual que dos tontos...-dijo mientras reía.
--Calla bobo, abre mi regalo a ver si te gusta.