--¿Qué es eso?-dijo Peter cuando saque las pulseras.
--Se las compre a una señora fuera de una tienda, ¿te gustan?
--Creo que esas pulseras tienen un significado...
--Alejan el mal, supuestamente, pero no las compre por eso, las compre por qué son lindas.
Me acerqué a la mano de Flash, y la pase delicadamente, después se la apreté, con él ojo hacia afuera.
Y me puse la otra, en mi mano izquierda, y la de él en la derecha, para tenerlas más juntas cuando nos tomáramos de la mano.
--Espero que nunca se la quite...-susurre. Peter apretó los labios y me miró con tristeza.--¿Quieres algo de la mesa? Se que tienes hambre...
--No, no quiero nada. Ya es tarde, debería irme a casa... Deberíamos irnos a casa... ¿No crees?
--No volveré hoy... Tal vez mañana.
El suspiro rascándose la cabeza. Y después beso mi nuca.
--Cuídate M.J.-dijo, y se marchó, dejándome de nuevo sola con Flash.
Dormía en una horrible posición a su lado, aún sentada en el banco, cuando sentí como apretaba mi mano.
Me levante casi de golpe sin separar nuestras manos, y lo mire, tenía los ojos entre abiertos, o bueno, su ojo moreteado estaba entre abierto.
Por qué el otro estaba tapado por la venda.
--Flash...-susurre asombrada.
El medio sonrió.
Y a pesar de solo ver sus hoyuelos a los lados de sus mejillas, y un poco de la curva de sus labios, me pareció la sonrisa más hermosa de todas las que él me a regalado.
Alcé su mano contra mis labios, y la bese varias veces llorando.
Trató de hablar pero su garganta no lo dejaba, trato de señalar con su mano enyesada la pulsera.
--¿Qué pasa?-dije, y no podía quitar la sonrisa de mi rostro.--Ah, la compre ahora... Dicen que aleja el mal de la persona que la usa, espero que sea cierto... Por qué tú y yo la necesitamos bastante.-reí un poco y el también.--Jamás te la quites, por favor...
Leí como con sus labios decía "jamás".
Suspiré, pero no frustración o cansancio, si no de esos suspiros de alivio, de esos que das cuando ves algo realmente lindo o adorable.
Al día siguiente salte a los brazos de Harry en pleno pasillo, con la gente mirándome como si fuera un fantasma.
--Ya me entere.-dijo el, devolviéndome el abrazo.--Lo siento tanto... Soy un idiota.
--No tanto.-dije riendo.--Tenias razón...
--Oye, mi papá dice que... Para la cena de acción de gracias, que venga tu familia a casa... Ya sabes, él y tu mamá... Como que se agradan.
--Oh, bueno le diré a mi mama.-dije.--¿Liz irá?
--Irá un rato en la tarde nada más... Mi papa la conocerá ese día...
--Uhhh. ¿Y estás nervioso?-pregunté.
--No... Para nada.-dijo el.--¡Peter!-chillo en cuando lo vio pasando por el pasillo.--Tu tía y tú están invitados a la cena en noche de gracias en mi casa.
--Bueno, está bien.-dijo el.
--Seremos los originales, como antes.-dijo Harry batiendo las manos homo sexualmente.--No me la creo...
--¿Los originales?-dije riendo.
--Tu, Peter y el yo.-dijo el.--La parte más importante del equipo, el chicle que nos mantiene unidos a los tres.
--¿unidos?-dije riendo.--Peter y yo salimos en vacaciones y tú no estabas en el país.
--Shhh, también soy el chicle que mantiene cerrada tu boca.-y me cerró los labios para que parara de hablar. Rodee los ojos y rei.
Entramos a clases normal.
Cuando Liz, la que antes era mi amiga, se acercó a mí algo apenada.
--¿Cómo estás?-preguntó, se rascaba la nuca nerviosa.
--Bien, ¿y tú?-pregunté.
--Bien, sabes... Los chicos del grado reunimos dinero para comprarle esta tarjeta a Flash... ¿Podrías llevársela?
Parecía al borde de un colapso, tome la tarjeta y la metí en mi bolso.
--Claro, no hay problema.-dije.--¿Y cómo está el equipo? ¿Siguen enojados con el?
--Ya no, desde que supieron lo que le pasó comenzaron a preocuparse.
--Genial.-exclamé.--Bueno, tengo que irme a clases de cocina, nos vemos.
--Si... Nos vemos.-dijo ella despidiéndose con la mano.
--Déjame decirlo por ti.-dijo Harry dramáticamente.--¡Fue el momento más incomodo de mi vida!