—Ya sabes Cecilia.-dije a la niñera.—Es un secreto de nosotros cuatro lo de l helado ¿verdad?
Dije cuando íbamos saliendo de la heladería, haciendo al Niño reír, Mayday iba en su koala luchando conmigo por comerse el helado, y la niñera reía.
—¡Mayday cálmate!-chille riendo al ver que La Niña de estaba llenando de helado por querer tomarlo.
Normie reía, era ya hora de regresarlo a casa, por más que no quisiera abandonarlo, pero aún así regresamos caminando a su edificio, el apartamento de siempre de los Allan, donde du abuela lo esperaba para pagarle a la niñera y recibir a su nieto.
Al verme me saludo, a lo que yo también hice, con una sonrisa, tal vez Normie pueda tener una vida normal después de todo, aún que lo dudo mucho, vivíamos en Queens.
Aproveche la noche para ver a mi padre y Louis en una pizzería. Me encantaba ver que mi papá había aprendido de sus errores y había encontrado a una hermosa mujer después de todo.
Louis era muy dulce, era l madrastra perfecta. Y una abuela también, por que quería a Mayday como si fuera de ella. A papá le había ido bien en estos años con un libro que había publicado, no tanto como para volverse un bestseller pero si como para pagar algunas deudas, y llevar a Louis a un crucero.
Estaba feliz de que estuviera feliz.
—¿Han sabido algo de él?-pregunto mi padre mientras veíamos a Louis que metros más allá intentaba dormir a Mayday abrazándola con ternura y tarareando una canción.
Mire al suelo huyéndole a la pregunta de cada vez que nos veíamos. Papá nunca se llevó mal con Peter, pero no lo amaba como amo a Flash, así que se tuvo que resignar cuando supo que estaba embarazada.
—No...-dije.—No quiero hablar de eso papá...
—¿Y cómo estás haciendo M.J?-pregunto confundido.—Digo, solo eres una mesera, y me preocupan tú y mi nieta...
Rodee los ojos. No es que no le creyera, es que siempre es la misma conversación.
—Papá, yo sé trabajar y tengo manos...-dije. A lo que el dio por terminada la conversación, para preguntar por otras cosas.
—El año pasado lleve a Louis a la tumba de Flash.-dijo. Lo mire frunciendo el ceño.—Tú sabes que fue como un hijo que nunca tuve...
—¿No haz visto a Pietro? Tal vez te llevarías bien con el.
—El no me agrada.-dijo. Negué con la cabeza.—Intente llevarlo a los burritos pero... ¡es vegano!
Comencé a reírme por tal confesión, yo ya lo sabía por el tiempo que vivimos juntos pero, no me imaginaba una tontería más grande de su parte, y de solo recordar los burritos de hace años mi estómago gruñó, esto era como un trauma post guerra.
—No quise hacerte enojar ahora...-dijo mi padre cuando estaba bajando a La Niña del auto para irnos a casa, nos habían traído en su carro esa noche.
—Papá, no te preocupes...-dije.
—Solo me preocupo por ti y La Niña...-dijo, y comenzó a sacar su billetera, cerré la puerta del auto para irme corriendo, pero el gordito se bajó del auto para seguirme.—¡MJ ten!-dijo cuando me alcanzó, escondiendo varios brilletes.
—Papá no, estamos bien...-dije.
—Ten.-dijo, rodee los ojos.—No voy a irme hasta que tomes el dinero M.J.
—¡Te dije que estamos bien! No lo necesitamos.-dije molesta.
—Bien, si no lo necesitan entonces puedes comprarle un juguete a La Niña o algo así. Por favor... tómalo.
—Papá cada vez que la ves le das regalos, no necesita que me des dinero por favor confía en mi...
Puso ojos de cachorro y tomó mi mano para dejar los billetes. La verdad es que si vivía muy apretada, con un trabajo que odiaba donde apenas podía ver a mi hija, y admito que la renta de mi apartamento me ayudaba muchísimo a sobrevivir el mes pero, esto de ser adulto no es fácil.
Y con los ojos picándome por las ganas de comenzar s llorar acepte el dinero que mi padre me estaba dando. No nos moríamos de hambre pero... podría servir para alguna emergencia, después de todo.
