—¡PETER! ¡PETER!-chillaba entrando a toda velocidad a la casa como si fuera una niña de 5 años con sobredosis de azúcar.—¡PETER!
—¿Donde estabas?-salió de la nada con su traje de Spiderman, bueno no de la nada, entro por la ventana y se sacó la máscara.—¿DONDE ESTABAS?-me alzó un poco la voz.
—¡No vas a creer lo que vi!-chille.—¡Y tengo un video!
—¡Respóndeme!-dijo con el ceño fruncido.
Y se acercó a mi furioso, cara a cara.
—¿Estuviste bebiendo?... M.J, son casi las seis de la mañana ¡ESTUVISTE BEBIENDO DE NUEVO!
—¡Cállate y escúchame!-chille.—No estaba bebiendo, ¿Y tu donde estabas?
—¿Yo?-dijo el.-Andaba buscándote por todos lados como un loco.
Mis ojos se aguaron, por alguna razón, nuestra relación se estaba viniendo cuesta abajo, bueno... Hay que ser sinceros ¡Por mi culpa! No paraba de beber pero es que... para mi es difícil.
—¡PETER ESTÁ VEZ NO BEBÍ, TE LO JURO!-chille con un hilo de voz.—¿Me crees verdad?
Él ni siquiera me miraba a los ojos, solo se mantenía ahí, aislado de mi.
—Si no estabas bebiendo... ¿Donde estabas?-susurró.
—Eso quería enseñarte... mira.
Saque mi teléfono y le mostré el pequeño y borroso video que había tomado de la mujer esa, es que fui difícil, después de haberla llamado prostituta nos sacó un arma.
Y bueno... yo...
—Oh... un arma, no es de esas putas que matan a navajazos por lo menos.-dije aún molesta con Ennio.
Si, si, fue un poco fuera de lugar pero ando bastante de mal humor con Ennio, aun que ya no.
La mujer esa gruñó y yo comencé a grabar sin que se diera cuenta, y me soltó un disparo, que no me dio si no que solo rebotó en el callejón, y de la nada ella ya no estaba si no que se había ido... ¿Trepando? Por las paredes.
—Ya va... ¿Que es eso?-dijo el tomando el celular de mis manos.—¡Es una mujer!
—¡Si!-dije yo también.—¿La haz visto?
Pero él parecía confundido, mientras intentaba hacerle zoom a la imagen de ella.
—¡Esto no puede ser! ¡No puede ser!-dijo.
Y yo pidiéndole explicaciones pero el solo decía cosas para sí mismo, mientras yo lo seguía por la casa.
—¡No entiendes! Ella esta muerta...
—¿Como lo sabes?
—Murió por accidente un día que intentaba detenerla... ¿Como es posible?
Más tarde estaba en la universidad, prestándole atención a la clase pero era como si estuviera dividida en dos, con un oído escuchaba y con el otro escuchaba la voz de Peter.
Me había dejado pensando por un rato.
—¿Que es vamos por unas cervezas o que?-dijo Ennio cuando salimos de clase.
—Sabes que no debo.-susurre.
—Ay no vale... Peter no es tu padre.-dijo él burlándose.—Yo creo que puedes beber lo que quieras.
Y en cierta parte tenía él razón, pero es que... Peter también, yo no debía canalizar mi tristeza con alcohol, y Ennio no sabía lo que había pasado, por que en serio se lo oculté a todos, solo la familia lo sabe.
—¡No eres un buen amigo!
El comenzó a reírse.
—¡Es en serio! Sabes que tengo un problema u me invitas a beber.-dije.
—No tienes un problema... él te a metido en la cabeza que tienes un problema, solo bebes conmigo y hemos ido una vez esta semana.
—Y ocho la semana pasada.-le dije con el ceño fruncido.—¡Por favor! No puedo seguir bebiendo.
—¿Por?
Suspire, tal vez debía contarle, era uno de mis mejores amigos, tampoco es que es un secreto de vida o muerte.
—Está bien, te contaré pero no aquí, ¿Tienes hambre?
Y bueno, abrí la puerta de golpe y caí de rodillas la piso mientras me reía un poco. No sé ni qué hora era pero hace bastante que anocheció. Obviamente estaba horrible de mareada pero aun así logré pararme y reírme.
—¡MÍRATE!-dije extendiendo los brazos.—¡ERES PERFECTO!
Peter estaba parado frente a mi, con su traje de Spiderman, y su rostro estaba serio, lo cual me hizo reír.
—¡Te acuerdas todas las borracheras que pasamos juntos a los 16!-exclamé sin siquiera preguntarle.—Quien diría que 4 años después y seguiríamos...
—¡No te atrevas!-susurro.—No te atrevas a decir que seguimos igual... por que no es así.
Estaba tan serio que tuve que sentarme un poco para poder asimilar sus palabras.
—Me dijiste que no volverías a beber...-susurro decepcionado.—Y mira como vienes, ¿Sabes si quiera dónde está tu abrigo?
No quise ni mirarme el cuerpo.
—He tratado de estar junto a ti, por todo lo que hemos pasado, y más por lo reciente, pero tú... tú solo te hundes cada vez más y más, ¿Que pasa en serio qué pasa?
Comencé a llorar.
—¿Por que lloras?
—No lo se....