V.
—La redada se efectuó una semana después de las Candelarias, puesto que los vecinos de la localidad reportaron un incremento en la afluencia de automóviles entrando en este sector del Barrio Porvenir—Andrea estaba sentada junto al Presidente en su escritorio, y Sam la precedía junto al alto y delgaducho Jesús—. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas... solicitó una investigación activa a este conjunto de terrenos visiblemente desocupados. Ante la falta de cooperación de los propietarios, descubrieron el funcionamiento de un laboratorio clandestino de opioides, que operaba desde hace meses y distribuía la droga a los carteles de Oriente. Se arrestaron a diecinueve personas, todos ellos extranjeros e ilegales, y variado armamento: desde granadas hasta fusiles.
»Aparte de eso, los vecinos de la localidad afirman que anterior al laboratorio se reunía un culto satanista que sacrificaba animales y niños en sangrientos aquelarres. La zona fue revisada, pero no se encontraron huesos en el imaginario camposanto. Lo que sí hallaron sepultado fueron bolsas de plástico con abundantes estupefacientes. Lo que más extraña del caso, es que en el laboratorio se encontraron figuras alusivas a Santos y Dioses Satanizados, como María Lionza y San Gregorio. Sin duda, estos extranjeros no eran los auténticos artífices, y puede que los líderes sigan escondidos en las localidades próximas, o las fronteras. La Policía Nacional está librando una guerra contra las drogas desde el centro del país, donde el Cartel de Oriente lleva una disputa regional por la supremacía de las fronteras brasileñas y colombianas.
—Es un grupo delictivo que venera la brujería negra—Gerardo cruzó los dedos sobre la mesa—. Frecuentan Chivacoa y Montenegro en sus peregrinajes a la Montaña del Sorte; son devotos de María Lionza y otros dioses crueles. Es bien sabido, que un grupo de la élite venezolana se reúne en la Finca del Chaure una vez al año durante el Ritual a Moloch. Cada mes de julio, desde la época de Algarrobo que la hacienda a funcionado... un selecto grupo de los más influyentes y acaudalados del país se reúne en la Finca del Chaure, situado junto a la poderosa y magnética Montaña del Sorte.
»El aquelarre prohíbe la entrada a los medios de comunicación y, durante dos semanas, la propiedad celebra extraños ritos y peregrinaciones a los bosques de secuoyas que pueblan el corazón de la cadena montañosa. En estas ceremonias tienen lugar noches orgiásticas y encuentros con los seres que habitan los pequeños lagos y montañas que discurren hasta profundidades nunca antes estudiadas. Prenden fuego a efigies y estatuas gigantes de María Lionza y otras encarnaciones... en una representación teatral que simboliza la riqueza y la prosperidad. Pero, algunos lo consideran un rito pagano con connotaciones satánicas.
»Puede que estos capos se reúnan en Montenegro, y hayan plantado las semillas de la corrupción. La superstición que conlleva la adoración de Potencias malignas, es propicio de seres humanos mentalmente trastornados que viven en su propio infierno... Un hombre incapaz de cultivar su mente, será instrumento de agentes capaces moldear su voluntad y causar su propia destrucción. La policía sabe de estas reuniones, pero compran su silencio... o estos hechiceros se han aliado con fiscales y líderes políticos.
—El Presidente Rómulo es santero—señaló Jesús—. Siempre viste de blanco, y acepta abiertamente sus doctrinas. He escuchado de ritos a gran escala en los camposantos donde se concretaron batallas antiguas durante la época de Independencia. El Presidente de la República, los Ministros, la Jefatura y...
—¿De qué sirve luchar contra el Mal? —Gerardo sonrió y bajó la mirada, sus ojos dorados se apagaron como velas al ser sopladas—. Si... ha permeado en cada estrato de la sociedad. ¿Existe realmente la Oscuridad, o es solo la ausencia de luz? Nacimos en un mundo envuelto en telarañas de acero. Las arañas que conforman las grandes corporaciones nos envuelven con sus redes, nos esclavizan con ignorancia, nos envenenan con sus productos y nos venden la cura cuando el daño es irreparable. Nacimos aquí, idolatrando imbéciles que nos roban la atención y consumiendo contenido basura. Vivimos en una jaula de ilusión, sedados con consumismo, mientras nos chupan la sangre.
Andrea frunció los labios en una mueca confusa.
—Presidente...
—Pueden irse...
Los accesos de melancolía sobrevenían en la conducta del Presidente, seguidos de misantropía y episodios de desasosiego. A veces se explayaba en presurosas conjeturas sobre el aparente caos en que vivía el mundo, y cómo podía ser una invención artificial de un grupo en lo alto de la jerarquía. El intelecto del Presidente no era cuestionable, pero sus arrebatos de melancolía se hacían cada vez más perdurables... Gerardo comenzaba a desglosar los sistemas sociales que conformaban la estructura del mundo, y en silencio, sufría y se lamentaba como un dios con el corazón destrozado al escudriñar las injusticias de su mundo. Sam notaba esta dolencia, pero callaba ante la irracionalidad e insignificancia de su pensamiento.
—¿Estás bien? —Andrea lo tomó del hombro.
—Creo que dejaré de asistir a las reuniones—dijo, risueño—. Hacen un trabajo maravilloso, y me cuesta encajar en su desempeño. Estarán bien sin mí, voy a dedicarme a otros pasatiempos menos rigurosos.
—¿Cómo qué?
—Me preocupa no ser feliz.
—Samuel—lo llamó Andrea mientras se retiraba, y una transmutación en su rostro lo sobresaltó—... No es nada, es una estupidez.
No había sabido nada de María desde su pelea, y se ausentaba de clases tanto como de costumbre. No quería pensar en eso, y llegó hasta el gimnasio habilitado en uno de los salones del segundo piso de los edificios escolares. Se quitó los zapatos llegando a tiempo para los estiramientos dirigidos por Nelson, Sam era el miembro más nuevo del grupo conformado en gran parte por alumnos de segundo año: Andrés, Mariann, Bianca y Violeta. Raquel era un año mayor que ellos.
El Profesor Rafael Pérez era un experto en métodos de tortura física, y los hacía estirarse hasta límites dolorosos, correr haciendo acrobacias y practicar técnicas de defensa: pulsiones, derribes, caídas y patadas. A veces el grupo sufría un incremento, pero el duro régimen de entrenamiento los ahuyentaba. En ocasiones, sentía que los músculos y los tendones de sus brazos y piernas estaban a punto del desgarro. Sam aprendió rápidamente las patadas frontales y laterales, algunas pulsiones y llaves; nociones de boxeo y condicionamiento físico.
Nelson era buen boxeador, pues sus hombros robustos le brindaban una estructura morfológica defensiva; pero sus patadas eran muy bajas, pues su flexibilidad era nula. Andrés era competente, pero le faltaba energía, al igual que Bianca y Violeta, holgazaneaba cuando el profesor no los veía. Raquel era temperamental, y no podía correr más de dos minutos sin fatigarse y tumbarse boca abajo, entrenaba poco y se la pasaba riendo con el entrenador. Mariann era la más habilidosa, de complexión regordeta más que atlética.
Sam al principio creía que no mejoraba, pero con el paso de las sesiones notaba que su resistencia estaba a la par con la de Nelson, y que la altura lo ayudaba bastante en cuanto desempeño. Aprendió a patear con habilidad y velocidad más que con potencia, y pulía sus técnicas junto al moreno hasta que terminaba la clase.
—Bien, mejoraste rápido—Nelson bajó la paleta de pateo; era el turno de Sam de colocarse los guantes y recibir los golpes demoledores del chaparro—. ¿Por qué estás tan motivado?
—Allá afuera hay mucho peligro—Sam aguantó dos golpes de práctica con los manos metidas en las almohadillas. El golpe recto de Nelson le entumeció la mano, pero se estaba acostumbrado—. Tú lo sabes, ¿no? No quiero volver a tener miedo.
—El miedo—lanzó una ráfaga de golpes, junto con un potente gancho que debía ir a la mandíbula—. Es importante lo que haces con el miedo, porque de ello dependerá tu destino.
—¿Qué eres exactamente?
—No lo sé—se sucedieron los golpes—. A veces ni siquiera sé quién soy o qué debo hacer. Venimos a este mundo para buscar un significado... Creía que había nacido con este don, pero es una herencia—un golpe devastador lo empujó unos centímetros—. Parece que no soy el único en Montenegro...
Después de practicar los golpes, Nelson posó su hombro sobre el saco de arena y se lo detuvo a Sam mientras pateaba. Patadas rápidas, fintas y puntapiés.
—¿Otros «Cambiantes»?
—Sí—Nelson recibió el ímpetu del saco—. Ellos son... diferentes. Al igual que yo, sintieron el despertar de su naturaleza. Pero, fueron agredidos por mis primos mayores y ahora querrán vengarse. Omar me dijo que los Arciniega prestaron un juramento con esta tierra, pero desconozco el alcance de esas palabras. Lo único que sé... es que mi familia es un desastre.
Sam descargó una patada lateral, levantando el pie lo más alto que podía y sintiendo la tensión del latigazo.
—Nunca es tarde para cambiar.
—Cualquiera podría ser un Cambiante en Montenegro. Estas leyendas de perros muy grandes que deambulan en las montañas, son corroboradas por linces que arrebatan niños y brujas que se convierten en pájaros negros de seis ojos. Bien podría ser un porcentaje reducido de la población... o aberraciones cromosómicas que proceden de bestialidades pasadas.
—Para mí—Sam dio una rápida patada, alternó la postura y descargó otra patada con la pierna atrasada—. Eres igual que todos los demás... Un poco peludo y chaparro, pero eres buen muchacho.
Nelson sonrió.
—¿Te puedo pedir un favor?

Sol de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora