Santino:
Bajé de la camioneta mirando que mis hombres hacían lo mismo, la bodega donde se producía cada una de las armas siempre estaban custodiadas y ahora más que llegarían dos de las personas que estaba con cierto vínculo, más que nada para la creación de la micro memoria que necesitarían que tuvieran los relojes.
Camina rumbo a la entrada, todos me saludan cosa que respondía con gesto de la cabeza, miré por ambos lados viendo que todos los puntos estuvieran perfectamente cubiertos.
Enzo: Señor, los 'Ndrangheta no deben tardar en llegar.
Asentí con la cabeza empujando un poco la puerta de la bodega principal, la mayoría levantó la mirada dirigida hacia la puerta, algunos empezaron a ir a su lugar, todo tenía que estar por un proceso donde cada uno tenía a su cargo una labor, sabían que no me gustaba llegar y ver que no estuvieran haciendo nada.
Hombre: Señor. No sé si sabe pero ha llegado el aviso de la reunión en la villa del señor Fabricio.
Miré al hombre cuando mi móvil empezó a sonar, lo tomé mirando que era una llamada de Loana, rodé los ojos tomando la llamada, más que nada por que conocía la insistencia que tenía siempre en no contestar, sería un sinfín de mensajes y no tenía tiempo para enfocarme ahora en sus caprichos.
Llamada:
- ¿Qué sucede?
- Hola, mi amor, solo quería saber donde estabas.
- Donde esté no es de tu incumbencia.
- Ayyy, puedes dejar tu mal humor para otra ocasión.
- Mira Loana no estoy para perder el tiempo, tengo una reunión importante. ¿Qué necesitas?
- No estabas en la reunión de mi padre.
- No, la verdad como te dije no tengo tiempo para perderlo.
- Espera, espera… Oye…
Giré un poco al escuchar cuando las camionetas se iban cerrando, sonreí agradecido que ya estaban aquí.
- Te veo luego, cualquier cosa hazlo saber a Danelik.
- Pero Santino, lo que quiero decirte es…
Terminé la llamada de inmediato, Enzo y Gadiel ya estaban en la parte de adelante llevando al despacho a los 'Ndrangheta, aliados que siempre han estado al pendiente de lo que fuéramos a necesitar.
Hombre: Informo que procedan en la reunión del señor Fabricio.
Santino: No, no es el momento, si piensa que no me entero de lo que va hablar, está muy equivocado, por el momento solo mantenme informado y si sale de lo que fueran sus asuntos entonces allí si ni Dios bajado del cielo lo va a proteger.
Mi hombre asintió con la cabeza, más le valiera al padre de Loana en no pecar de traición, lo que en esta vida ha tenido siempre ha sido gracias a mi, no me tentaría la mano en querer terminar con su vida, mucho menos después de la ultima traición que le dejé pasar.
Abrí la puerta, Daemon y Dimitri se pusieron de pie al verme.
Daemon: Vaya Santino, veo que la droga Paraíso Adán y Eva la has distribuido mucho mejor en conjunto de la tuya.
Santino: entre poco los pedidos de tu droga dejaran de ser por mi parte.
Daemon: Lo sé. Espero que no te vayas arrepentir.
Santino: Saben los dos que la droga no es mi fuerte, no es lo que quiero distribuir así que estoy haciendo una alianza que necesito para llegar a los malditos rusos.
Nos estrechamos las manos de un fuerte apretón, tomamos asiento, esta reunión era muy simple, ahora lo que necesitaba más que de Daemon era de Dimitri, él siempre ha sido una persona que logra realizar lo que siempre le hemos pedido en mis necesidades.
Santino: Si los hice venir, es por que ya tengo los prototipos de los relojes que presentaremos en la noche de Gala.
Dimitri: Te había comentado que deben ser indetectables. Los rusos pueden tener sincronía siempre y cuando alguien pudiera enlazarlos.
