Nahir:
Si, se veía que tenía un cuerpo bien formado, pero no le llegaba a Santino en ningún aspecto…
Lestad: No aprendes muñeca.
Rodé los ojos negando con la cabeza. Odiaba que hicieran referencia como si fuera un maldito objeto.
Nahir: ¿SABES QUE? Ya me tienen harta, Santino, los italianos, tú los rusos…
Lestad: Si tan harta te tenemos todos, ¿Por qué DEMONIOS NO CUMPLES CON LO QUE SE TE ORDENA?
Nahir: NO SOY PROPIEDAD DE NADIE PARA OBEDECER ORDENES. NO ME INTERESA SI TE DESQUITAS CON SANTINO, O SI EL MISMO SANTINO SE DESQUITA CONTIGO. SOLO QUIERO QUE ME DEJEN EN PAAAAAAZ… ¿Qué ES LO QUE QUIEREN DE MI?
Dio pasos grandes llegando hasta mi, me sostuvo de los brazos, pero ya estaba en verdad de sus malos tratos, primero Santino ahora este idiota que se creía mejor que cualquiera, levanté mis manos apartando su agarre de mis brazos.
Nahir: ¿Qué es lo que quieres? ¿me quieres a mí? Perfecto.
Bajé mis manos hacia el botón de los jeans empezando a desabrocharlo, bajé la cremallera, deslizando el jeans de mis piernas, los iba apartando con una rápides rogando que dijera que no, levanté mi mirada hacia él retándolo, estaba tan sorprendido que tuvo la necesidad de pasar su mano por su barbilla manteniendo su mirada fija en mi. Sostuve la orilla de la playera levantándola, la arroje quedando solo en ropa interior.
Entreabrí mis labios al darme cuenta que humedeció sus labios, dando pasos pequeños. Tragué saliva sintiendo su respiración muy cerca de mi. Sonrió tomando un mechó de mi cabello todo enredado pasando hacia atrás de mi oreja.
Mi respiración entrecortada que no apartaba la mirada de él, me alzó con fuerza sentándome en la mesa, sentí un miedo de que mi locura tuviera consecuencias, reposó sus manos en la mesa mirándome.
Lestad: Te ofreces para que deje en paz a Santino Carlucci.
Mis ojos se movían con una desesperación en no dejar de mirarlo, no era nada agradable estar en esta posición frente a un hombre que se las pudiera cobrar todas juntas en contra de Santino, al menos nunca había mencionado nada acerca de que estamos casados.
(Escuchen- Hoist the Colours)
Se incorporó reposando sus manos en mis piernas. Estaba en serios problemas si este hombre decidiera hacer algo conmigo. Deslizó sus manos en mis piernas empezando a subir más hacia arriba… Podía sentir que mi respiración estaba por gastarse de la manera en que estaba hiperventilando.
Sus manos subieron por mi cintura. Me atrajo hacia él sintiendo su hombría. Cerré mis ojos con fuerza, sentía un repudio hacia él…
Su lengua empezaba a deslizarse por mi hombro dejando pequeños mordiscos, pero no eran esos que se podían disfrutar, bajó su mano hacia mi pierna. Tragué saliva cuando llegó a mi parte apartando un poco las bragas, sostuve su mano antes que me tocara.
Lo miré fijamente negando con la cabeza.
Nahir: Es… estoy…
Lestad: Menstruando… Eso es el menor de mis problemas.
Negué con la cabeza, mis ojos se iban humedeciendo, se apartó desabrochando el botón de su pantalón. Su cremallera se bajaba lentamente, metió su mano quedando expuesto ante mi, aparté mi mirada, no lo quería ver tampoco conocer.
Lestad: Santino Carlucci no es el único que te puede dar el placer que tanto necesitas.
Sostuvo mi barbilla haciendo que lo mirara.