Nahir:
No comprendía la actitud de esa señorita, solo estaba cumpliendo con mi trabajo, como si hoy en vez de ser un día de felicidad y alegría solo era de una muy mala broma por parte de esas personas que se creían los todos poderosos.
La puerta del baño se abrió entrando Dalila con otro cambio de uniforme, levanté mi mirada dejando caer mis lágrimas, negué con la cabeza.
Nahir: no hice nada malo.
Dalila: Lo sé nena, Loana Mozzi, es hija de uno de los Mafiosos que trabajan con el señor Santino Carlucci, se van a casar y por lo que se dice es que él hace todo lo que sea por ella.
Negué con la cabeza, aparté un poco el sujetador viendo como me había quedado la quemada que me di con el café demasiado caliente, humedecí un poco mi mano pasando mi mano suavemente, mis lagrimas caían sin poder contenerlas.
Nahir: si me despiden, no sé que voy hacer. Me falta aun para terminar de pagar mi título.
Dalila: el señor Santino se dio cuenta que fue ella.
Sonreí mirando hacia Dalila, como si eso le fuera a importar a ese hombre que desde un principio fueron de lo peor, pero claro que tenían que ser la misma manera, eran tal para cual.
Nahir: aunque su novia haya sido la primera en empezar, sabemos que un hombre como él nunca daría la oportunidad de defender a quien agrada a la su pareja. Además mírala, no es cualquier mujer.
Se acercó rodeando sus brazos por mi cuerpo, sabía que esto me podía costar mi empleo, no tenía ya nada más que hacer y solo era esperar, hasta donde me dijo Preston ese tal Santino vendría de regreso, y más si ya habían hablado la que estaba de más sería yo.
Dalila: Nena..
TOC!! TOC!! TOC!!...
Me soltó donde las dos miramos hacia la puerta.
Ciccio: Nahir, nena.
Sonreí al escuchar la voz de Ciccio. Me puse la blusa del uniforme que siempre debíamos tener de repuesto, me abrochaba los botones acercándome hacia la puerta. La abrí sonriendo a Ciccio.
Dalila: Los dejo.
Esperé a que Dalila saliera, nos encontramos en el baño de damas, aunque por la hora ya casi no habían clientes, y la mayoría que había eran hombres, así que no era demasiado para ser malo. Miró por ambos lados esperando que nadie nos vieran.
Entró cerrando la puerta, me arrojé a sus brazos sintiendo como siempre una gran protección por parte de él, sus abrazos estaban bien afianzados a mi cuerpo.
Nahir: Esa niña empezó.
Ciccio: Lo sé, no hace falta que me lo digas.
Mis sollozos se podían escuchar en todo el baño, no entendía como podía haber tantas personas tan malas sin ponerse en el lugar de las personas que solo cumplimos con nuestro trabajo.
Me aparté de él, me miró tomándome de la barbilla, me sonrió pasando sus dedos por mis mejillas apartando mis lagrimas.
Nahir: si me dejan sin empleo.. ¿Qué haré?
Ciccio: encontraremos otro. Hay muchos empleos.
Nahir: Pero no todos me darían las oportunidades que este me da.
Él soltó un poco de aire asintiendo con la cabeza, teníamos que reconocer que este empleo me beneficiaba hasta cierto punto de la facilidad en mis horarios, sin dejar mis estudios, me faltaba poco para lograr terminar mi carrera en informática, era de las mejores y me faltaban dos pagos más para terminar y ser entregado mi titulo, el esfuerzo era un gran beneficio al a paga de este lugar, por eso no era para mi tan fácil.