Pasó su mirada hacia mi, como si fuera a decirme algo, pero todo lo contrario, salió del despacho. Solté un gran respiro caminando hacia la puerta, él daba pasos apresurados llegando hasta Beida que la sostuvo del brazo, no sé que tanto se pudieran estar diciendo pero ella solo negó con la cabeza sonriendo. Rodé los ojos de ver la manera tan seductora que tenía ella para hacer las cosas teniendo la atención de Santino en todo momento. El hombre de seguridad abrió la puerta cediendo el paso a que saliera. Por supuesto que Santino terminó por acompañarla.
Pasé de ello subiendo hacia la habitación, entré cerrando la puerta, tomé la pijama que aun estaba en la cama, era momento de descansar y pensar en lo que realmente quería en mi vida. Entré al baño cerrando la puerta, ya lo que Santino estuviera dispuesto de hacer ya sería cosa de él. Me quité la ropa entrando a la regadera, abrí el agua dejando caer el agua que estaba fría empezando a tornarse tibia, me metí dejando que me cubriera el cuerpo por completo.
Todas las palabras de Beida entraban por mi cabeza de una manera tan rápida, en lo que ella pensaba de Santino y la diferencia de como lo miraba. Había una gran diferencia en la manera que podíamos ver a Santino, claro que cada una en situaciones muy diferente.
Cerré mis ojos disfrutando del agua, masajeaba mi cabello tan suave como que si un calor estaba invadiendo mi cuerpo… abrí mis ojos al escuchar que la puerta de la habitación se había abierto. Miré hacia el espacio que estaba entre la puerta y el piso viendo la sombra de alguien que pasaba de un lado y del otro.
Mi mirada estaba demasiada atenta cuando vi que se quedó de frente. La puerta se abrió. Tuve la necesidad de tragar saliva al ver a Santino con un pants que se le marcaba el miembro a la perfección.
Entró cerrando la puerta. Su mirada en ningún instante la separaba de mi, cosa que mi cuerpo no me estaba ayudando mucho que digamos…
(Escuchen- Lift Me Up, Rihanna)
Santino: ¿Qué te dijo Beida?
Negué con la cabeza bajando mis manos tratando de cubrir mis pechos, como si no los conociera, dio pasos pequeños mirándome, reposó su cuerpo en la meseta sin apartar su mirada de mi.
Santino: Que no te de pena en que te vea. Eres mi esposa.
Nahir: ¿Por qué no nos conocimos antes?
Entreabrió sus labios, era algo que nunca se me había pasado preguntarle desde hace mucho pero mi pensamiento traidor hizo que conociera cada una de mis palabras que no quería mencionar.
Se incorporó entrando hacia donde estaba el agua de la regadera cayendo, lo seguía con la mirada viendo que tomó el bote de shampoo, dejó caer un poco en una de sus manos, dejó el boté empezando a frotar sus manos la una con la otra, hasta en eso dejaba ver a una Santino tan sensual, provocando mil emociones en mi. Sostuvo mis manos haciendo que me diera vuelta, cerré los ojos mordiendo mi labio inferior. El rose de sus labios sobre mi hombro, me estaba… santos cielos, un pequeño mordisco sobre mi hombre me hizo soltar un ligero jadeo…, sus manos delicadamente y con una suavidad empezaban a masajear mi cabeza, me estaba rindiendo a sus pies.
Santino: (voz ronca): ¿Cuál fue tu pregunta?
Nahir: (abriendo los ojos y carraspeando) Que… amm ¿Por qué no nos conocimos antes?
Santino: ¿Quieres escuchar lo que muchas esperan o el verdadero motivo?
Rodé los ojos, solté un gran respiro dando media vuelta, levanté mi mirada hacia él que me sostuvo de una de mis manos, su otra mano se fue hacia mi espalda baja, me atrajo hacia él rosando mis pechos con su pecho de él. Se movía lentamente como si estuviera bailando una melodía romántica o hasta podía decir que su ser dejaba llevarse ante este momento.