Nahir:
Miraba a estas dos locas de reojo, no es que les tenga mucha confianza que digamos, pero era lo que había, son las que me van a entrenar de una o de otra manera.
Me acerqué a la bolsa, ellas tenían la suya donde empezaron a sacar armas que no eran para nada las que me había mostrado en su momento Loana.
Metí mi mano sacando las que me correspondían, rasqué un poco la cabeza viendo que eran un poco diferentes a las que había visto en el cajón de Santino.
Nahir: ¿Todos ustedes usan las mismas armas?
Valentina: Cada una tiene sus armas específicas, cuando nos vayamos a Afganistan, todos tendremos las mismas.
Nahir: ¿Cuáles serán?
Beida se levantó acercándose a mí, solté la bolsa apartándome un poco, como dije, no confiaba del todo en ellas, en cualquier momento ellas pudieran atacarme justificando que estoy a prueba.
Rodó los ojos tomando mi bolsa, sacó varias armas, entre ellas la misma de los tensores que usó en mis pies Valentina.
Beida: Tendrás que enfocarte en estas.
Valentina: Necesito saber que tan buena puntería tienes.
Sonreí tomando una de las armas que ella me daba, rodé los ojos sosteniendo entre mi mano. La miraba fijamente, cada detalle gritaba el nombre de Valentina.
Valentina: Cuidado, mucho cuidado con esa arma. Le perteneció a mi madre. Así que la quiero tal y como está.
Beida se apartó caminando hacia una buena distancia donde estaba otro hombre que se la pasaba platique y platique con él. Miré por ambos lados, lo que Beida aprovechaba cuando Dimitri no estaba.
Nahir: ¿Beida siempre es así?
Levantó su mirada hacia Beida, pasando de nuevo su atención hacia mi, levantó una ceja en forma de querer saber a lo que me refería. Era demasiado obvio entender a lo que me refería.
Valentina: ¿Así como?
Mis dedos rosaban suavemente por la estructura del arma. La miré con una sonrisa de burla…
Nahir: Coquetea con todos.
Se incorporó reposando sus manos en la cintura.
Valentina: Si… ¿Algún problema con ella?
Nahir: No, pero se le ofrecía a mi esposo.
Valentina: ¿tu esposo la rechazaba?
Nahir: No lo sé. Pero veo que su actuar siempre es cuando no está Dimitri presente.
Dio varios pasos acercándose, la distancia entre nosotras era demasiada corta.
Valentina: ¿Sabes que pienso?
Levanté mis hombros sin importar lo que me fuera a decir, lo que ella pensara o dejara de pensar me tenía sin cuidado.
Valentina: Que ves lo que hacen los demás cuando no ves lo que haces. No se me olvida que eres rusa, los rusos son nuestros enemigos.
Sonreí dando por su lado, la amistad entre nosotras no era fácil de formar y tampoco quería ser amiga de estas locas descerebradas.
Nahir: Lo sé. El odio que le tienen a los rusos no coincide con lo que Santino mi esposo, Daemon tu esposo y Dimitri su esposo piensan.
Valentina: No te la des de muy astuta. CONMIGO NOOOO.
Entreabrí mis labios al escuchar que me levantaba la voz, Beida se giró prestando atención en donde me encontraba con Valentina.