Santino:
Bajé de la camioneta, Enzo solo estaba al pendiente de lo que fuera hacer.
Enzo: Hay que revisar la herida.
Asentí con la cabeza, entré a la villa viendo que todo estaba completamente tranquilo, levanté mi mirada hacia el área de las habitaciones, me detuve quedando frente a las escaleras, podía ver las gotas de sangre que aun manchaban el piso, caminé hacia el área donde teníamos nuestro cuarto de curación, era necesario tener uno como si fuera un hospital, siempre teníamos heridos o hasta yo mismo como en este caso, ir a un hospital común eran preguntas y el temor que los médicos o cualquier persona pudiera atendernos era muy evidente.
Gadiel abrió la puerta negando con la cabeza.
Santino: ¿No que?
Gadiel: Santino, esa mujer tiene que ser un agente.
Santino: Las únicas que están siendo entrenadas para ello son las mujeres de los 'Ndrangheta, no creas que no lo pensé.
Enzo: Pero ellas… eso es imposible, estamos todos del mismo lado.
Me senté en la camilla empezando a quitar mi ropa, me dolía de una manera terrible, tuve muchísima molestia al quitar mi camisa, Enzo se acercó mirando la herida.
Enzo: aun tienes la bala dentro.
Levanté una ceja, era normal que la tuviera dentro, sino ya me hubiera desangrado. Rodé los ojos pasando de las palabras de Enzo. Se puso los guates, lo miré fijamente.
Santino: tata de sacarla con mucho cuidado, no quiero que toques ni un solo nervio.
Enzo: sinceramente debes estar agradecido por la persona que te disparó que n te tocó ni una sola arteria.
Santino: ¿agradecido? Esa maldita mujer sabía lo que hacía.
Gadiel: ¿Agnes?
Los dos miramos hacia Gadiel, negué con la cabeza, reconozco su forma de trabajar de Agnes y ella no era la otra rusa.
Santino: de que tenemos enemigos cerca, los tenemos, empezando por los que me rodean.
Enzo tomó unas pinzas. Sostuve su mano.
Santino: Dame la botella de trago.
Gadiel sonrió negando con la cabeza, si me iba a doler, que al menos valga la pena, tomé rápido la botella que me entregó Gadiel, la abrí bebiendo de la misma botella. Quería gastarme toda la bebida.
Gadiel: Santino, sino te ha mareado la pérdida de sangre, lo hará el alcohol.
Santino: Me niego a creer que una novata haya podido más que todo un equipo supuestamente entrenado.
Gadiel se dejó caer en el sillón. Me miraba fijamente, pasé mi atención a él bebiendo de nuevo un buen trago. Enzo sin esperar mi orden metió la pinza abriendo un poco la herida.
Santino: MALDITA SEAS MUJER LOCA.
Cerré los ojos bajando la cabeza, hemos pasado por todo tipo de herida, pero una bala puede doler más que cualquier cosa que en este mundo.
Santino: aaajjjj… Me las va a pagar sea quien sea.
Enzo: Ya la tengo.
Veía como la iba sacando, levanté la palma de mi mano donde Enzo soltó la bala, la observaba detenidamente, negué con la cabeza, Gadiel se puso de pie cuando levanté la mirada para verlos a ambos.
Respiré profundamente exhalando… ahora otra sorpresa. Enzo empezó a curar la herida.
Gadiel: ¿Quién crees?