Nahir:
(Escuchen- Million Years Ago, Adele)
Cepillaba mi cabello, espero esta vez que todo sea más tranquilo. Me levanté caminando hacia la cama, acomodé mi lado, miré el lado de Santino que ni se había atrevido a llegar en toda la noche, en verdad que por esta ocasión se lo agradecía, era para mí mejor dormir sola y no en mala compañía.
Abrieron la puerta, levanté la mirada viendo a una chica que tenía un carrito de limpieza, me miró un poco confusa al estar en la habitación de él, terminé de acomodar la cama, pasé mi mano por encima dejando tal y como estaba antes de acostarme, no quería que si ese hombre entrara y la viera desarreglada empezara con sus cosas.
Linda: buen día señora. Deje eso, ahora me encargo.
Nahir: Llamame Nahir, no merezco el sobrenombre de “Señora” (haciendo gesto de comillas)
Negó con la cabeza mirándome, dejó su trapito que tenía en las manos acercándose a mi lado, me tomó entre sus manos apartándome del lado de la cama.
Linda: No Señora, usted no puedo hacerlo, el señor se molestaría en ver que no cumplo con mi empleo.
Nahir: Sencillo, dices que es mi orden, puedo hacerlo.
Linda: Insisto señora, no lo haga.
Solté un gran respiro negando con la cabeza, sostuve la argolla de mi dedo quitándomela, caminé hacia el otro lado de la cama dejando la argolla sobre la mesita de estar, la chica me miraba como si tuviera que darle explicaciones de lo que hacía.
Me acerqué de nuevo al tocador, tomando el cepillo de cabello, lo pasaba suavemente por mi cabello.
Nahir: El señor ya está abajo.
Negó con la cabeza terminando de acomodar la sabana, rodé los ojos, la había dejado perfecta.
Linda: Me llamo Linda.
Nahir: es bueno saberlo, así podemos llamarnos por nuestro nombre.
Linda: el señor no llegó a dormir.
Me detuve mirándola, le sonreí asintiendo con la cabeza, abrí la puerta saliendo de la habitación, cerré la puerta sintiendo una fuerte punzada al saberlo, era lógico, tenía que quedarse con su amante donde fuera que haya sido hasta en el mismo lugar donde me había prometido que no estaría con otra mujer, pero que podía esperarme de un hombre como Santino, hasta la misma Danelik me lo dijo, es adicto al sexo y como no lo tendrá conmigo pues tiene que recurrir a sus mujeres, agradecía que así fuera siempre, prefiero que sea con otra antes de volver hacer lo que hice por loca y ofrecida.
Bajé las escaleras, viendo que todo estaba en silencio, no veía a nadie por la entrada y tampoco por los pasillos ni la sala, ¿será que siempre es así aquí? Caminé hacia algún lado, recuerdo queme hicieron caminar por aquí por donde estaría la cocina, me moría de hambre.
Aseché un poco viendo a otras mujeres que estaban en la cocina, entré y todas me miraron, era la extraña ahora.
Nahir: huele rico.
Amanda: Señora, ¿Qué se le antoja?
Nahir: cualquier cosa para desayunar.
Ellas levantaron la mirada hacia la pared, me giré un poco levantando la mirada viendo que había un reloj que marcaba las 12:00 del día.
Nahir: bueno, almuerzo.
La señora que era una mujer de edad se acercó tomando mis hombros gentilmente llevando hacia la silla de la mesa que estaba aquí. Arrimó la silla cediéndome el asiento, tragué saliva sintiendo una tristeza profunda en mi corazón, nunca me había sentía así desde la ultima vez que mi madre me atendía de esa manera, mis lagrimas empezaron a caer.