Santino:
Miraba a las chicas como estaban bailando, los clientes estaban desesperados por tener sus privados, Ciccio entregaba las pastillas a las chicas.
Gadiel: Señor. Mañana tendremos una reunión con el señor Dimitri, me acaba de informar.
Asentí con la cabeza sin dejar de ver a una de las chicas.
Santino: Pedí por Regis, ¿Dónde está?
Gadiel: Ya mero le toca su turno de bailar.
Le hice seña que me dejara solo, le di un sorbo al vaso cuando Enzo estaba hablando con Regis, ella levantó su mirada, alcé mi vaso en señal de brindis. Ella sonrió.
Voz: CON USTEDES LA PRESENTACIÓN ESTELAR DE REGIS…
Las luces empezaron a tener el efecto de colores, iluminaba si hermoso rostro, sonreí con ella era de las pocas bailarinas que me agradaban verla… solté un respiro recordando cuando Nahir bailó como una árabe. Le di un sorbo a mi bebida acabándome todo lo del vaso. El mesero me sirvió nuevamente… Lo vi de reojo que tenía una sonrisa al ver a Regis… Una mujer que con sus movimientos tenía a todos tan embelesados…
No apartaba la mirada de ella, empezó a bailar de una manera tan seductora, como siempre dedicándome cada movimiento ante los demás, los clientes ni esperaron ni un solo segundo cuando empezaron arrojando los fajos de dinero. Todos estaban pendientes para hacer las entregas correspondientes.
Se quitó el bustie delante de los clientes, aparté mi mirada esperando que terminara su número, me senté tomando el móvil, los mensajes de Daemon eran demasiados, la pregunta del millón de euros… ¿Dónde estaban los relojes? Dejé el móvil dejando de escuchar la música del baile de Regis, respiré profundamente.
Empezaba la siguiente presentación, mi móvil empezó a sonar, miré la llamada tomándola.
Llamada:
- Santino.
- Daemon.
- Disculpa que te moleste, me imagino que estas en tu centro.
- Así es.
- Concretamos mañana.
- Sin duda, mucho de que hablar, estará mi esposa presente.
- ¿Te casaste? Creí que un milagro pasaría en que no lo hicieras.
- Me casé. Claro que me casé. Nos vemos mañana, me gustaría que tu esposa estuviera presente.
- De acuerdo. Trataré.
- Nos vemos.Terminé la llamada cuando la puerta se abrió. Sonreí al mirar a Regis que estaba como siempre con su hermosa sonrisa.
Regis: ¿Qué me mandaste a llamar?
Me puse de pie, su mirada seductora y coqueta me encantaba, caminé hacia ella, humedecí mis labios al tenerla frente a mí, una de las mujeres que me agradaba tener a mi lado.
Bajó su mirada tomando mi mano, levantó su mirada hacia mí.
Regis: Por fin tienes dueña. Que suerte la de Loana Mozzi.
Negué con la cabeza, me di la media vuelta caminando hacia el sillón me senté tomando mi bebida. Ella me siguió sentándose a mi lado. Deslizó su mano suavemente por mi pierna, rosando sus dedos por mi miembro…
Dejé recaer mi espalda en el respaldo del sillón. Acariciaba su cabello suave y sedoso.
Santino: Creo que me haces falta.
Regis: No te trata bien la vida de casado.
Santino: Hace unas horas que llevo casado, más no capado.
Regis: Por allí dicen que el hombre casado sabe mejor.
Sonreí mirando cada rasgo de su hermoso rostro, mis dedos acariciaban su mejilla viendo que cerraba sus ojos disfrutando esas pequeñas caricias, enredé mis dedos en su cabello atrayéndola hacia mi, se subió encima uniendo nuestros labios.