Agnes:
Miraba con mucha atención todo el departamento de esta mujer que teníamos que dar con ella, era un lugar no apto para ella, necesitaba tener un ligero empujón para crecer, tomé uno de los retratos que estaban en la mesa de estar, su sonrisa iluminaba su rostro junto a su padre, una sonrisa difícil de olvidar, dejé el retrato, todo estaba muy ordenado, una chica de 22 años viviendo sola, sin su familia.
Rosé mis dedos por la mesa dando con su portátil, la tenía en la mesa, sostuve el respaldo de la silla jalando mientras me sentaba, levanté la tapa del portátil, la encendí esperando que se iniciara, siendo ella con una gran potencial esperaba lograr encontrar algo. La imagen de la pantalla se abrió, su mirada tan intensa me provocaba cierto inestabilidad, sonreí dándome cuenta que la inocencia de esta mujer estaba muy lejos de ser tan inocente, escuché unas voces, bajando la tapa del portátil, me puse de pie apresurándome a llegar hacia la puerta, tomé mi arma levantando hacia mi, era voz de una mujer y un hombre, esperé unos segundos, estaba atenta si Fazio me avisaba de que hubiera llegado, revisé mi móvil pero nada, no tenía ningún mensaje, abrí muy despacio la puerta, aseché dejando pasar un poco de luz viendo a una pareja que iba a otro de los departamentos del lugar, cerré cuidadosamente sin hacer nada de ruido, tomé el móvil.
Llamada:
- ¿Qué sucede Agnes?
- ¿ha llegado?
- No, ¿no está en su departamento?
- No, esta vacío, aquí no hay nada.
- ¿Hay vigilantes?
- No, no veo a nadie, espera.Se hizo un gran silencio en la llamada, podía escuchar pequeños sonidos que hacía Fazio.
- ¿Qué sucede?
- Loana. Loana acaba de llegar.
- ¿Está sola? O viene con sus hombres.
- Sola, va entrando.Me removí de la entrada, si Loana estaba aquí y nos descubrían que estábamos en territorio Italiano la situación empeoraría para todos, pero con todo lo que nosotros teníamos nadie se daría cuenta que estamos aquí, la orden de Lestad era muy firme, NO SER DETECTADOS.
Toc!! Toc!!
Levanté mi arma apuntando hacia la puerta, mi corazón empezó a latir tan fuerte, esto era un arma de doble filo, Loana estaba ante mi presencia sin verla, pero si le disparaba a través de la puerta no dudaría en poner sobre aviso.
Loana: Nahir. ¿Estas? Necesitamos hablar.
Levanté una ceja, ¿será que Santino ya sabe de la existencia de esta mujer? Negué con la cabeza, mandar a Loana no era una de las cosas que pudiéramos tomarnos a la ligera.
Loana: Nahir, no tomas mis llamadas, necesitamos ponernos de acuerdo del viaje de Alemania.
Me acerqué a la puerta, tomé la perilla sin bajar mi arma, me cubrí con la puerta abriendo un poco. Empujó la puerta sin entrar.
(Escuchen- Valhalla Calling, Peyton Parrish)
Loana: Nahir.
Podía ver la sombra de ella entrando sigilosamente, empujé la puerta golpeándola, se tambaleó y me apresuré empujando hacia adentro.
Ella levantó su arma apuntándome.
Loana: NO ES TU TERRITORIO.
Agnes: ¿TE SIENTES MUY SEGURA QUE SEA EL TUYO?
Loana: MUY SEGURA. BAJA TU MALDITA ARMA.
Agnes: BAJA LA TUYA.
Loana: NAHIR NO TIENE NADA QUE VER.
Agnes: SI NO TIENE NADA QUE VER ¿Qué HACES AQUÍ?
Loana: NO ES ASUTO TUYO. SABES QUE SI SANTINO LES DESCUBRE, ESTARÁN MUERTOS EN MENOS DE 5 SEGUNDOS.